Caído del pedestal

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En la mierda.

Estoy en la mierda.

Q planteamiento más irónico, yo q era el mejor detective del mundo, apunto de vencer a Kira y un maldito shinigami casi me mata, siquiera sé cómo es q todavía estoy vivo si es q a esto se le puede llamar vivir.

Watari murió y no pude mostrarme ni lo puedo hacer por...por...

Me gustaría dar una explicación lógica y cargada de razón, pero definitivamente no la hay.

Por el momento solo hay dos cosas claras para mí: una, me van a echar del piso por no pagar el alquiler, y dos, necesito comprar más alcohol.

No me apetecía en absoluto salir de este pequeño espacio pero era eso o quedarse del todo sobrio, así q al final, cogí mi abrigo, e intentando no tropezarme con las botellas vacías, me dirigí a la licorera q había no muy lejos de donde yo me alojaba.

La noche es fría, me debería empezar a comprar zapatos...

Casi no había nadie en la calle, y los pocos q habían se alejaban de mi al verme tambalear por los efectos del alcohol.

Con el sonido de la campanita de la puerta entré al lugar donde pasaba más tiempo q en el lugar donde dormía.

- Ya estás aquí de nuevo?

- ...

Ignoré su pregunta y cogí una de las primeras botellas más baratas q había encontrado.

- Mientras q puedas pagarlo a mí no me importa todo lo q bebas, pero cre-

- Si no te importa callate y cobrame la botella a no ser q prefieras regalarmela.

Me miró con asco y con el mismo desprecio arrebató el dinero q tenía entre mis manos para pagarle.

Salí de nuevo a la calle mientras empezaba a abrir la botella esperando q me durase lo suficiente como para llegar a casa con ella por lo menos hasta la mitad.

- No! Aléjate de mi!

La voz de una mujer desesperada llamó mi atención y algo resignado levante la vista de mi bebida.

- No te preocupes lindura, no haré nada q no quieras~

Dos personas participaban en la escena; una mujer y un hombre. De ambos se podía decir poco al no haber mucha luz, pero la poca q había proporcionada por una farola parpadeante me dejaba ver q el hombre era dos veces más grande q la mujer.

Ella cayó al suelo y el hombre se acercó más asquerosamente q antes.

Pues nada, yo me iré a casa y no he visto nada.

- Ayúdeme por favor!

Mierda, me ha visto...ignorala L, céntrate en tu camino.

- Por favor! Ayúdeme!

Maldito sentido oxidado de la justicia.

Dejé la botella apoyada contra un muro y me dirigí hacia ellos.

- Amigo, ella te ha dicho q la dejes.

El hombre se giró, visto desde más cerca tampoco era tan alto ni voluminoso, el alcohol me está afectando demasiado a la materia gris.

- A ti q te importa? Aléjate de aquí y no te metas, borracho!

Intentó pegarme un puñetazo pero llegue a esquivarlo más por tambalearme de un lado hacia otro q por reflejos.

Siguiendo con la pelea, con las pocas fuerzas q me quedaban le di un patada en el estómago pero él ni siquiera se inmutó y me respondió con un puñetazo como el anterior, pero con la diferencia de q este último me dio de lleno en la cara y acabé en el suelo.

- Estás algo borracho no?

Ahora, el hombre ayudaba a la mujer a levantarse gentilmente.

- Jaja no parece q sea él.

Q demonios está pasando? Me conocen o algo por el estilo?

- Oh vamos, estoy segura al cien por cien de q lo es.

- Si tú lo dices será verdad.

Me estaban tomando el pelo?

- Perdona, estarás muy confundido, empecemos de nuevo. Es un gusto volver a verte, L Lawliet.

Eres mi mayor misterio (L Lawliet × ____)Where stories live. Discover now