Lo que escondía una Habitación

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¡Hola! Como ya sabéis mi nombre, no hace falta que me presente :)

Bienvenidos a mi sitio favorito. En el que nos encontramos cada noche para disfrutar de una salida momentánea de la realidad. Preparad palomitas y poneros cómodos.

NOTA:

Cada nombre en esta historia ha sido inventado por este pecho hermoso, y cada palabra extraña que salga en cursiva también. Eso quiere decir que, si encuentras parecidos con la realidad, no está de más decir que es pura/mera coincidencia. Sin más dilación:


**Cenizas Psicopáticas**

Yo tenía treinta y dos años y había pasado seis desde mi separación de mi esposo Alex. Nunca me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Si tan solo me hubiera dado cuenta a tiempo, nada de lo que estás a punto de leer habría ocurrido.

Ender me espiaba todas las noches, por las mañanas y a todas horas en mi habitación. Le permití quedarse en mi casa por un tiempo mientras terminaba sus estudios de informática, ya que se había quedado desempleado y no tenía otro lugar adonde ir. Lo hice como un gesto de gratitud hacia su madre, que siempre fue amable conmigo.

¿Cómo descubrí que el hijo de mi ex cuñada me estaba observando? Presta atención a lo que te contaré.

Fue una noche de fin de semana. Después de salir del cine con mi novio, le sugerí que pasáramos la noche en mi casa, ya que había pasado un tiempo desde que nos mostrábamos cariño...

Después de entregarnos a la pasión, empezamos a hablar sobre nuestro futuro como pareja. Johnny expresó su deseo de formalizar nuestra relación y comenzar a vivir juntos. Aunque Johnny tenía veintitrés años y era más joven que yo, su madurez fue lo que me cautivó, no su herencia familiar como se rumoraba. Sus padres habían fallecido en un trágico accidente varios años antes y él había superado esa pérdida.

Johnny nunca estuvo de acuerdo con la estadía de Ender en mi casa, y siempre manifestaba sus celos cuando podía. Yo le aseguraba que Ender solo estaría en mi casa durante unos meses. Además, no lo veía con frecuencia, supongo que sus estudios no le permitían salir de su habitación. Le propuse a Johnny que se quedara conmigo por un tiempo y aceptó. Me dijo que traería sus cosas esenciales por la mañana. Fue esa mañana cuando ocurrió lo inesperado. Estábamos organizando mi habitación para estar más cómodos. 

A Johnny no le pareció buena idea tener la computadora allí, así que sugirió llevarla al salón. Decía que los dispositivos electrónicos afectaban la calidad del sueño. La verdad es que nunca noté nada extraño y siempre la tenía frente a mi cama. Johnny desconectó la computadora, pero antes de apagarla, notó que estaba en modo de espera.

—Amor, ¿no apagas la computadora por las noches? —preguntó mientras se sentaba en una silla y la revisaba.—Claro, siempre la apago después de escribir una historia en mi blog —respondí frunciendo el ceño—. 

Es extraño. Johnny movió el mouse y, efectivamente, la computadora estaba encendida como si no la hubiera apagado. No usaba mucho la computadora, excepto para actualizar mi blog de historias por las noches. Johnny la apagó y todo parecía estar normal: la pantalla se puso negra y escuchamos el sonido de apagado. No había duda de que se había apagado, pero en realidad seguía encendida. Sin querer, moví el mouse mientras limpiaba mi escritorio y la pantalla se iluminó de nuevo, mostrando una ventana de navegador con el historial de navegación.

Nos miramos el uno al otro, confundidos y un poco asustados. ¿Cómo era posible que la computadora estuviera encendida y mostrando mi historial de navegación? Había algo extraño en todo esto, algo que no cuadraba.

Miré a Johnny y me di cuenta de que también estaba inquieto. Comenzamos a revisar el historial de navegación y encontramos páginas extrañas y perturbadoras, incluyendo búsquedas sobre mí, sobre Johnny e incluso sobre mi ex esposo Alex. Estaba claro que alguien había estado husmeando en nuestra vida personal. El pensamiento de que Ender había estado espiándonos se apoderó de nosotros. Las piezas empezaron a encajar y los recuerdos se desenredaron en nuestra mente. Recordamos pequeños detalles, como encontrar la puerta de mi habitación entreabierta cuando regresábamos de la sala, o escuchar ruidos extraños procedentes de mi habitación por las noches. 

Nos sentimos invadidos, violados en nuestra privacidad. La persona en quien había confiado y a quien le había abierto las puertas de mi hogar nos había traicionado de la peor manera. Después de ese descubrimiento, confrontamos a Ender y lo echamos de mi casa. No queríamos tener nada más que ver con él. Nos aseguramos de cambiar todas nuestras contraseñas y tomar precauciones adicionales para proteger nuestra privacidad. Pero, a pesar de haberlo sacado de nuestras vidas, las cicatrices emocionales de esa experiencia aún permanecen. A veces nos encontramos mirando por encima del hombro, preguntándonos quién más podría estar espiándonos en la oscuridad.

Y así concluye mi relato. 

A veces, el peligro acecha en los lugares más inesperados y de las personas en las que confiamos. Nunca subestimes el poder de la invasión a la privacidad. 

Cuida tus dispositivos usbs y demás, protege tu espacio personal.

Hasta la próxima, queridos lectores. 

Que tengáis dulces sueños y recordad, la realidad a veces es mucho más aterradora que la ficción.

Cenizas PsicopáticasWhere stories live. Discover now