Capitulo 14

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En el capítulo anterior....

Escuché el suave chasquido, pero no colgué.

No había bromeado acerca del bulto de mis pantalones y no había forma de que pudiera darme la vuelta todavía.

Tenía que quitarme la imagen de ella con la flor sobre los senos o nunca podría abandonar aquella cabina.

Desde luego, Camila era sorprendente.

Cuando me había propuesto a mí mismo como su amante del verano, no había imaginado que fuera a abrir tal caja de Pandora.

Cuando por fin pude, colgué.

          **************

Benja.....

Mi padre me esperaba a pocos metros.

BEN:__Hola, papá -me acercó con una sonrisa desenfadada-. Pensé que te pasarías la tarde discutiendo con Lassen acerca de ese semental.

PADRE:__He decidido darme un descanso para que él piense en la última oferta que le he hecho- Sergio Bustamante era un hombre alto y fibroso que parecía más joven de su edad, igual que Mora, su madre.

SERGIO:__Apuesto a que es un lío de faldas. ¿Me equivoco?

Sonreí.

BEN:__Podría decirse que sí.

SERGIO:__También me da la sensación de que esta vez podría ser una novia en serio.

No me gustó oír aquello.

BEN:__No. No estoy preparado para sentar la cabeza todavía.

SERGIO:__Pues yo creo que sí. Te he visto cómo miras a los Bordonaba y a sus familias. Lo que creo es que eres muy selectivo y eso está bien. Pero nunca te había visto tan distraído. Así que, si la mujer a la que llevas todo el día llamando está preparada para formar un hogar y una familia, te sugiero que vayas adelante.

BEN:__No lo está.

SERGIO:__¡Oh! - me miró un largo momento-. ¿Quieres que vayamos a comer una hamburguesa caliente y tomar una cerveza fría y hablamos de ello?

BEN:__La hamburguesa y la cerveza me parecen bien, pero no hay nada de que hablar.

SERGIO:__Si tú lo dices... pero la oferta queda abierta para cuando quieras.

BEN:__Ya lo sé, papá. Y te lo agradezco - le pusé el brazo por los hombros a mi padre-. Vamos a comer. Me estoy muriendo de hambre.

              ********

La furgoneta de envíos llegó a la casa de Camila a la mañana siguiente.

Mientras firmaba el recibo, se fijó en el sello de Santa Fé.

Bueno, al menos no le había mandado otro ramo de flores, la segunda vez le hubiera costado mucho explicarlo.

En cuanto se despidió del conductor, cerró la puerta y rasgó el papel del paquete.

Dentro había un par de guantes de una piel increíblemente suave.

Se los puso y notó que eran demasiado grandes para ella, pero dentro de uno de los guantes encontró una nota.

Querida Camila:

Los vi en unas rebajas. Podría haberlos llevado el sábado por la noche, pero he decidido mandártelos para que pases las próximas treinta y seis horas imaginando lo que sentirás cuando me los ponga y recorra todo tu cuerpo con mis manos. Mientras tanto, disfruta de las margaritas. B.

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