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Después de un agotador día de exámenes, Taehyung tras una ducha se colocó unos shorts coloridos de pijama, sin ninguna camisa que tapara su torso y se acostó en la cama.

Rendido debido al exceso de trabajo el día de hoy, se escondió entre las cobijas para finalmente conciliar el sueño, cerró sus ojos y rápidamente entró en un sueño rotundamente profundo.

Todo estaba teñido de blanco, él se encontraba acostado en el centro, como si en su propio sueño estuviera durmiendo en el frío mármol.

Sin embargo, en la realidad, algo fuerte y pesado tiró de sus delgadas piernas, haciendo que cayera al suelo bruscamente.

Se colocó sobre él, abriendo sus piernas descaradamente y metiéndose entre ellas, besando su cuello y clavículas hambriento.
Simulaba embestidas duras y profundas  mientras sus labios y fría lengua se estampaban en los pezones del chico aún dormido debajo de él, mordiendo y lamiéndolos hasta dejarlos completamente erectos y sensibles.

Taehyung soltó un pequeño gemido y en ese preciso momento, abrió los ojos, despertando de su sueño y observando con terror lo que en realidad estaba sucediendo.

Confundido miró a su alrededor, viendo cómo efectivamente no era solo un sueño, ya que estaba en su propia habitación. Su respiración comenzó a hacerse jodidamente pesada al observar un "hombre" sobre él.

Su cuerpo era musculoso y pesaba como el maldito infierno. Sus ojos eran enormes y rojizos, extremadamente brillantes al igual que su piel, la cual parecía brillar a tal nivel que resaltaba en la oscuridad de la habitación. Sus labios eran gruesos y suaves, tan rojizos como lo eran sus ojos, como si sangre manchara sus carnosos bezos.

Su radiante belleza anonadado, pues jamás habrás visto algo tan hermoso que parecía irreal. No parecía humano, quizás no lo era.

Él era Jungkook, el íncubo más poderoso entre todo los demonios. La mano izquierda de Lucifer.

Taehyung quería gritar, quería decirle que parara y si era necesario, luchar contra él pero su cuerpo no se lo permitía. Estaba  completamente inmóvil, como si realmente no hubiera despertado del todo, pero parecía tan real.

Sus ojos comenzaron a lagrimear en terror, en su interior gritaba con fuerza a tal punto que su garganta comenzaba a doler, pero ningún ruido salía de ella.

Se sintió ser alzado con rapidez, chocando con fuerza su rostro contra la puerta de la habitación. El vaso con agua dentro que se posaba en su mesilla y algunos libros de su estantería, cayeron al suelo debido al gran impacto que causó el golpe.

Jungkook se pegó a él, tan cerca que esa gran erección rozaba descaradamente con la fina tela de su short, podía notar a la perfección su gran pene entrar superficialmente en él, causándole un calor que comenzaba a inundar su cuerpo.

El miedo en Taehyung era notorio, temblaba en demasía y silenciosamente suplicaba a un Dios en el que no creía para que todo cesara, pero a su vez, líquido pre seminal comenzaba a manchar su ropa interior, sintiendo una extraña excitación que no había sentido antes, era muchísimo más potente.

Su pequeño pijama fue arrancado con asperidad y unas grandes y fuertes manos se posaron en su pequeña cintura, apretándole hacia él.

Sin ningún tipo de lubricación fue embestido con fuerza, provocando un dolor y ardor que más tarde se convertiría en el más placentero y rudo encuentro sexual que había experimentado.

Las embestidas eran profundas y fuertes, llegando con cada una de ellas a su punto más débil. Entraba y salía de él rápidamente, sosteniendo su cintura mientras el rostro de Taehyung se empapaba de sangre, sudor y lágrimas. Chocaba  fuertemente contra la puerta con cada embestida, no sería extraño que moratones cubrieran parte de su frente y boca después de eso.

Salió de él repentinamente y de un solo empujón, lo aventó a la cama. Su fuerza era tan exagerada, tan inhumana.

Taehyung cayó a la cama con la respiración jodidamente acelerada y su cuerpo envuelto en una lujuria que parecía enloquecerle en demasía, quería más, mucho más.

Rápidamente volvió a posicionarse encima de él, sosteniendo cada uno de sus muslos para abrir sus piernas y entró de golpe nuevamente para comenzar a embestirme con más fuerza y rapidez. Sus muñecas fueron entrelazadas para colocarlas sobre su cabeza, de todos modos no podía moverse pero a esa cosa le encanta la dominancia.

Su mano se posó en su cuello, ejerciendo presión, robándole el aire pero en esos momentos no importaba, curiosamente, sentirse tan vulnerable ante alguien o algo, solo le hacía excitarse más.

Su rostro estaba totalmente sonrojado, al igual que casi todo su cuerpo debido a la gran presión que Jungkook hacia al tocar su piel. Su cabello rubio estaba revuelto y sudado. Sus labios rojos e hinchados debido a las múltiples mordidas que él mismo se había ocasionado, teniendo en cuenta también la rudeza en la que el otro lo besaba.

Sentía una explosión de sensaciones, estaba excitado, sentía miedo, también confusión pues todavía no tenía claro si todo era fruto de su imaginación en sueños o estaba sucediendo.

Las embestidas continuaban sin cesar, posó sus labios sobre los de Taehyung, comenzó a succionar, lamer y morder sin ninguna pizca de sensibilidad, haciéndolos suyos.
Sus labios eran fríos pero la sensual y húmeda manera en la que los movía, los hacían jodidamente calientes.

Sin la capacidad para pensar, le correspondió el beso casi instantáneamente, permitiendo que la larga lengua de Jungkook, entrara en su cavidad bucal de la manera más obscena.

Era una sensación extraña, ya que su lengua, al igual que sus labios, era fría y al sentirla profanando su boca caliente y sedienta de placer, causaba más descargas eléctricas que iban directas a su entrepierna. Saliva de ambos se deslizaba por las comisuras de Taehyung.

Sus ojos brillaban en deseo, un brillo que jamás había sentido, pero ahí estaba, suplicando en silencio a algo que lo estaba follado rudamente.

Empujó más, haciendo que ese ardor y placer sea simplemente delirante y exquisito.

Jungkook comenzó a masturbarlo al ritmo de sus veloces embestidas y Taehyung iba sintiendo una bomba irse acumulando debajo de su vientre, sabiendo que pronto explotaría. Respiró pesado y sintió su cuerpo azotarse con violencia mientras su propio semen comienza a expulsarse. Sus labios se abrieron, formando una perfecta "O", aún sin poder gritar siente sus cuerdas vocales destrozarse debido al gran gemido que deseaba salir pero se ahogó en su interior. Su cuerpo se estremeció y su vientre se contraía repetidamente, haciéndolo temblar y llegar a un orgasmo tan violento como el acto.

Al poco tiempo siente a Jungkook correrse en su interior y al instante ese gran peso sobre él, desaparece por completo. Dejándolo con una sensación de vacío, volviendo a caer en un sueño profundo, como si nada hubiera sucedido.

ÍNCUBO [KØOKTÆ]Where stories live. Discover now