Reencuentro...

1.6K 86 37
                                    

Sarah p o.v

Había pasado ya un mes desde que había entrado al famoso "retiro" y aunque al principio no estaba muy confiada, la verdad que me había ayudado a reconciliarme conmigo misma y a sanarme.
Le había perdido el miedo a los terribles recuerdos de mi secuestro, había dejado de soñar con la risa de la loca maestra y también había aceptado que Alex no estaba muerto por mi culpa porqué yo no había hecho nada malo más que confiar en alguien que no debí.
Era un error y de los errores se aprende.

Había superado todo... Menos a Lando Norris.

Seguía soñando su cara, seguía sintiendo su toque en mis más profundos sueños pero sabía que era un proceso más largo que un mes para superarlo, más sabiendo que yo lo había lastimado, faltaba mucho para perdonarme esa parte.

Durante mi aislamiento social, había conocido personas muy lindas, incluido Pascal.

Sí, como el camaleón de Rapunzel, yo también lo pensé cuando lo conocí y me reí, pero en mi cabeza para no hacerlo sentir mal.

Era un increíble artista.

Actuaba, dirigía, componía canciones, creaba accesorios, guionista, producía, editaba, sonido, arte, manualidades, escritor y le fascinaba disfrazarse.
Era un maldito genio con un cerebro impresionante pero como cualquier ser humano, en algún punto de su vida se entregó tanto a su trabajo que terminó descuidándose a él y a sus seres queridos, perdiendo el camino.
Desde el primer día nos habíamos hecho amigos, me gustaba mucho escucharlo contarme historias y verlo dibujar en cualquier trozo de papel.
Era de Londres pero tenía años trabajando en Australia.
Una noche antes de partir al hotel dónde seria nuestra ceremonia de despedida, Pascal vino a mi habitación.

—¿Se puede?
—Claro, adelante.
—¿Lista para irte?
—Sí–suspiré–aunque suene raro, podría pasar más tiempo aquí.
—Yo igual, aprendí muchas cosas y conocí gente increíble, incluida tú.-me sonrió.

Sus ojos grises claro me miraban fijamente siempre y me intimidaba un poco.

Pero ningún gris era igual a aquellos ojos grises que tanto me gustaba que me miraran y que a veces eran verdes.

—A mi también me gustó mucho conocerte, espero mantengamos el contacto al salir de aquí.
—Por supuesto que lo haremos, mira, esto es para ti–me dio algo cubierto por papel periódico–perdón por el periódico, lo robé de la sala común para usarlo como envoltorio.
—Vaya, no esperaba esto, muchas gracias.-dije con sorpresa.
—Descuida, espero que te guste...
—Es hora de dormir.-una de las encargadas interrumpió.
—Claro, ya me iba–le contestó–nos vemos mañana.
—Hasta mañana, Pas.-le sonreí.
—Voy a extrañar todo menos el Pas.
—Es con todo mi cariño.-me reí.

Se fue riéndose.

Puse su regalo en mi maleta, lo abriría al llegar a casa, no quería llorar y que pensaran que no estaba bien.

Dormí con toda la ilusión de que amaneciera y por fin mirar a mis padres, abrazarlos tanto como pudiera y comerme una hamburguesa del tamaño del sol.

Iba a extrañar todo de este lugar, menos la comida.

Lando p.o.v

Aterrizamos en Melbourne el lunes por la mañana, estaba muerto de cansancio.

Dormí todo el día por el jet lag.

Stuck with U.Where stories live. Discover now