Parte 1

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En algún lugar de Rusia rural, existía un antiguo poblado rodeado por dos grandes ríos con un bello Kremlin justo al centro, era conocido por ser una de las fortalezas más antiguas del país, estaba rodeado por un muro de piedra coronado por un techo de madera de una altura de 6 a 8 metros, seguido de un verde jardín decorado con vegetación nativa que resistía el frío avasallante de esas tierras. Al centro se situaba la estructura principal, un verdadero castillo de piedra de cientos de años de antigüedad, estaba mantenido en perfectas condiciones y parecía tener la capacidad de albergar cómodamente a 10 familias. Fuera de las murallas, el pueblo se veía feliz y estable, no habían rastros de pobreza y los crímenes eran prácticamente inexistentes, era un verdadero paraíso dentro de todas las tensiones internacionales del momento.

Decidido a escribir su reportaje acerca de este peculiar poblado, el periodista neófito inglés Horacio Perez viajó al frió país en busca del material suficiente para hacer su debut en el mundo de las letras. Al llegar al pueblo lo primero que hizo fue asegurar su estancia en una pensión barata, no tenía mucho dinero, por lo que no podía darse lujos, pero su cuerpo jóven y mente aventurera no le darían oportunidad de arrepentirse de sus acciones. Antes de investigar a fondo sobre la historia del lugar, le preguntó a los dueños de la hospedería que tal les parecía la villa y si tenían alguna opinión sobre su gobernador, ya que no había escuchado mucho sobre quienes vivían en el Kremlin y mantenían el poblado en prístinas condiciones.

- Los Volkov llevan administrando estas tierras por generaciones, jamás los he visto personalmente, pero les debemos todo lo que tenemos - comentaba emocionada una señora mayor de edad.

- Creo que nadie los ha visto realmente, - se le sumaba alguien que parecía ser de la misma edad - pero son justos y amables, jamás nos ha faltado nada, las calles se mantienen libres de delincuencia, los cultivos y los animales es como si fueran bendecidos... -

- La economía se mantiene estable, bajo su mandato estamos seguros, ha sido así desde que tengo memoria, mi abuelo me contaba historias parecidas, de cuánto admiraba y cuánto les debíamos a los Volkov, pero solo podemos pagarle con nuestra lealtad eterna - agregó el marido de la última mujer.

No recibió mucha más información al respecto, nadie había visto a los Volkov jamás, desde generaciones vivían en las sombras y dirigían al pueblo de manera que todo funcionaba a la perfección, de forma incógnita eran los hombres y mujeres más amados de todo el pueblo, no había nadie que no hablara maravillas de su mandato.

Con aquellas palabras en mente, Horacio se sintió seguro bajo el cuidado de tan benevolentes mandatarios, y solicitó a través de una carta elegantemente escrita, una audiencia con la famosa familia Volkov. Pero después de días de esperar, no hubo respuesta alguna.

Recostado sobre la polvorienta cama que le habían preparado, Horacio pensó frustrado en el silencio que había recibido de la amada familia, si eran tan amables, ¿Por qué no se habían dignado siquiera de darle una respuesta negativa? Después de una noche de consultarlo con su cerebro, decidió intentar hacerles una visita no anunciada directamente a su hogar, de todas formas el lugar debía estar completamente vigilado y si no le era posible entrar, lo mandarían de vuelta al pueblo. Cubriendo cada centímetro de su piel aceitunada, se dirigió, entrada la tarde, hacia el hermoso castillo que escondían las altas murallas de piedra, el frío casi nocturno le calaba los huesos y enrojecía su nariz, subiendo los hombros hasta la altura de sus labios, caminó por las húmedas calles del pueblo hasta llegar a la enorme entrada a los jardines del Kremlin.

Dando un giro en 360 grados escaneo sus alrededores, no había seguridad alguna, nada interrumpía su paso por aquel edén artificial, por lo contrario, su mente curiosa insistía que todo era una invitación para seguir investigando. Siguiendo el ansioso latido de su corazón atravesó los caminos de tierra rodeados de un intenso verde hasta llegar a la entrada principal del enorme castillo que le recordaba que no estaba en un casual paseo por el bosque, sino en una misión autoimpuesta de crearse un lugar en el mundo del periodismo con un artículo digno de las revistas y periódicos de mayor calaña.

Halloween - Volkacio Vampiro AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora