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Chan

Salí una hora antes de la universidad, y sin esperar más, me fui directo a la cafetería que había visitado antes con Felix y Sana, mi lugar favorito. Llevaba conmigo esa cartera que era idéntica a la de Felix, y sí, con la misma foto que nos habíamos tomado hace años. Estaba nervioso, muy nervioso, por fían aclararía todo con el chico que más quería en el mundo, y esperaba que me entendiera y que pudiéramos retomar nuestra antigua relación, por sí, quería volver a tener todo con él. Aún no tenía muy claro qué le diría, pero sin duda, hablaría con el corazón, diciéndole todo lo que no pude cuando perdí comunicación con él.
El tiempo pasó rápido, y cuando vi mi reloj, parecía que tal vez Felix ya estaba cercano a llegar, y no me equivoqué, escuché la puerta del lugar abrirse y rápidamente volteé a verla, y ahí estaba él, tan radiante como siempre, instintivamente sonreí y supuse que mis ojos estaban brillando y tenía las pupilas dilatadas, signo de que estaba viendo a quien más me gustaba. Parecía que caminaba en cámara lenta hacia donde yo estaba, y no podía dejar de admirarlo. Inconsciente hablé.

—Te ves hermoso. —Felix ya había tomado asiento frente a mí y ante lo que dije simplemente bajó la mirada. Pero pronto volvió a su rostro neutro.
—Hablemos ahora, Chan, ¿qué es lo que me quieres decir? —Casi nunca había escuchado ese tono en él, sólo lo utilizaba cuando quería terminar rápido con la situación o cuando se sentía incómodo. Y no pude evitar no sentirme mal ante tal pensamiento de incomodarlo.
—Tal vez pienses que te he abandonado antes, y quiero que sepas que esa nunca fue mi intención, así que voy a contarte todo tal y como realmente pasó. No voy a pedirte que me creas, pero quiero que sepas que yo nunca te he mentido y nunca lo haré, porque después de tanto tiempo, me di cuenta que nunca dejé de amarte, que esto que siento por ti jamás desapareció, y me doy cuenta de lo mucho que me has hecho falta, sin importar que estuve con Sana, porque nunca sentí por ella lo que siento por ti. —Me confesé sin esperar una pronta respuesta por parte de Felix, cabe decir que en todo ese tiempo ni siquiera lo dejé hablar, me dispuse a contarle absolutamente todo desde el último día que estuvimos juntos en Australia.

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Narrador omnisciente

Pasó alrededor de una hora y media en la que Chan se la pasó simplemente hablando con toda sinceridad hacia Felix y éste sólo se limitaba a asentir, aunque en su mente y corazón hubiera una revolución de sentimientos. Debía aceptar que escuchar toda la verdad y lo que pasó en su inicio de vida en Corea sin él a lado de Chan,lo hacía muy feliz, pues él tampoco dejó de amarlo en esos cinco años de separación.
—Y no sé si esté bien que te esté pidiendo una oportunidad más, porque ahora estás con Seungmin, y aunque me cueste aceptarlo, sé que él es un buen chico, alguien que te hará feliz y ni te lastimará como yo lo hice. —Terminó Chan sin dejar de mirar al pecoso, quien de ratos le sostenía la mirada pero luego volteaba a cualquier otro lado que no fuera el rostro del australiano mayor, pues sentía que no podría aguantar más ver simplemente esos lindos labios lejos de él, realmente quería besarlos, desde hace mucho, pero no lo haría, no lo dejaría ganar tan fácilmente, aunque todo su ser deseaba juntar esos labios con los suyos de una vez por todas.

—No estoy saliendo con él, Chan. —Dijo Felix calmado. —No he salido con nadie desde lo nuestro, porque seguía con la esperanza de que regresaras, Sana me lo contó todo, pero quería escucharlo de ti, y no sabes cómo me siento en este instante, pero tampoco voy a lanzarme a tus brazos justo ahora. —Y esta vez Chan sonrió ampliamente.
—¿Cómo puedes hacerme esto, Lixxie? Cuando dijiste que estabas en una relación con él casi me ahogo. —Dijo con cierto tono de indignación.
—Te merecías eso y más. —El ambiente se había apaciguado tanto, como si nunca hubiera pasado aquel asunto entre ellos.
—Entonces, ¿eso quiere decir que tengo otra oportunidad? —Preguntó emocionado Chan. Y Felix soltó un suspiro aún dudando.
—Sí. —Fue lo único que dijo, no quería seguir con aquel tema, porque tal vez se arrepentiría, o tal vez sería la mejor decisión de su vida, sólo el destino lo sabría, así que lo dejó en un simple asentamiento.

Sin pensarlo, Chan se acercó a Felix teniendo la mesa de por medio, quitando el vaso de malteada que anteriormente había ordenado el pecoso, éste estaba recargado en sus codos, Chan tomó con delicadeza el rostro del amor de su vida, porque sí, eso era Felix para él, el amor de su vida. El australiano menor no se había movido para nada, no sabía qué hacer ante el tacto de Chan, pues comenzaba a acariciar su mejilla, acercándose y acercándose un poco más, hasta el punto de sentir la respiración calmada del otro, esta vez sí que lo miró a los ojos, y Chan intercalaba la vista de éstos y los labios del menor, ambos sabían lo que pasaría, y Felix por alguna razón no estaba tratando de impedirlo, pues él también lo necesitaba, necesitaba volver a probar los labios de su primer amor. Era desesperante ese interminable juego de Chan permaneciendo tan cerca de aquellos gruesos labios del pecoso pero sin besarlos, así que sin demorar más, Felix terminó con esos escasos centímetros que los separaban, juntando ambas bocas finalmente, tomando la nuca del mayor para no separarse. Chan un tanto sorprendido por la acción del menor, pues esperaba que se alejara, siguió el cálido beso, que iba con un ritmo lento, era dulce, no estaba siendo desesperado, nunca con intención de ir más allá, ese tranquilo beso sólo transmitía el amor que ambos sentían el uno por el otro. Ambos exploraban la cavidad bucal del otro, pues sus lenguas se dieron paso a eso. Felix no sabía de dónde había salido ese impulso, pero no se arrepentía, no recordaba lo bien que se sentía besar a Chan y justo ahora se encontraba en el paraíso, sientiéndose volar por las nubes, llegando al cielo.

Luego de unos segundos más, ambos se separaron, juntando sus frentes y cerrando los ojos.
—No sabes cuánto extrañaba sentir tus labios, nunca olvidé nuestro último beso, y deseaba tanto volver a repetirlo. —Dijo finalmente Chan, regresando a su asiento y viendo a Felix quien parecía estar procesando lo que había pasado. Pero él había tomado la iniciativa, realmente no podía reclamarle nada a Chan.
—Debo regresar a casa, pidamos la cuenta. —Evadió el tema el pecoso.

Al momento de pagar, ambos pagarían lo suyo por separado aunque Chan no quisiera, casi sincrónicamente sacaron sus billeteras, notando que seguían siendo las mismas de hace años.
—La sigo conservando tal y como la última vez, es la primera vez que la utilizo luego de llegar a Corea, era uno de los dos recuerdos que me quedaban de ti, así que la guardé muy bien. —Enunció Chan.

—Yo nunca cambié la mía, luego de que se gastara, regresaba al mismo lugar a comprar exactamente la misma, aunque el vendedor tuviera que buscar por todos lados para encontrar la misma, nunca quise cambiarla, pues era lo que me recordaba a ti y me hacía sentir de alguna forma cierta conección contigo porque sabía que algún día los dos tuvimos una igual juntos. —Sonrió nostálgico Felix mostrando la foto que seguía en el mismo compartimento, recibiendo una pequeña risa por parte de Chan y éste haciendo la misma acción enseñándole la misma fotografía.

Definitivamente las cosas irían bien entre los australianos otra vez, recuperando los cinco años perdidos que tanto se habían extrañado y herido sin darse cuenta. Ahora finalmente no estarían cegados, sus corazones ya no estarían rotos y el tiempo se detendría para verlos felices juntos.






Tal vez el próximo sea el último capítulo:((
~TheQuinnQuinn. 🍓

PHOTOGRAPH ~ CHANLIX Where stories live. Discover now