xii. betrayed me

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─Entonces ¿Estás curado? ─pregunto Cassandra jugando con el césped

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─Entonces ¿Estás curado? ─pregunto Cassandra jugando con el césped.

Ella y Rasmus habían salido a las afueras de la base y se encontraban bajo la sombra de un árbol mirando el cielo y disfrutando de la brisa que les daba en el rostro.

─Sí. ─respondió Rasmus con una gran sonrisa.

Cassandra sonrió, con sus labios cerrados, pensando si el beso que se dieron podría cambiar algo en él debido a que fue luego de que le inyectaron la cura. Aun así pensaba que su sistema ya estaba limpio por así decir.

Fie le había explicado que de alguna manera su sangre tenía algo desconocido que posiblemente mataba al virus y la prueba que se hizo esa mañana solamente lo confirmo, ella podría salvarlos a todos.

─¿Puedo tocar tu cabello? ─pidió el chico, Cassandra lo miro con una ceja elevada. ─es muy lindo. ─se justificó Rasmus mientras sus mejillas se volvían rojas.

La rubia asintió y se recostó en las piernas del chico, disfrutando de sus manos en su cabello, se estaba relajando tanto que podría caer dormida hasta que un nudo se atravesó en el camino de Rasmus.

─Auch. ─se quejó Cassandra tocando su cabeza. Se sentó nuevamente para que Rasmus no volviera a tocar su cabello.

─Lo siento. ─dijo él sonriendo. ─no fue mi culpa, tu cabello esta enredado. ─Cassandra lo miro mal.

Rasmus se acercó más a ella y paso un mechón de su cabello detrás de su oreja, Cassandra agacho su cabeza para que él no pudiera ver su sonrojo y la sonrisa que adornaba su rostro.

─Eres linda cuando sonríes. ─susurro él para darle confianza.

─¿Y cuando no sonrió? ─pregunto mirándolo con su rostro serio.

Ambos rieron y cuando la rubia menos se lo espero Rasmus le dio un pequeño beso en sus labios, el tacto fue mínimo al igual que la sensación pero fue suficiente para sentir las tan mencionadas mariposas en el estómago.

Una tos detrás de ambos los sacó de su mundo, cuando se separaron vieron a Simone con una sonrisa frente a ellos. Hasta que la mayor de los Andersen recordó porque estaba allí.

─Tenemos que hablar. ─notaron como se puso seria de un segundo al otro.

─¿Qué sucede? ─preguntaron los adolescentes al mismo tiempo.

Cassandra se puso de pie y extendió su mano a Rasmus para ayudarlo a ponerse de pie también, el chico se tambaleo un poco y cuando estuvo derecho se dio cuenta de la diferencia de altura entre ambos. Rasmus era un edificio y Cassandra era más como una pequeña casita, pero una casita con la que no debías meterte.

─Esta noche nos vamos. ─las palabras de Simone confundieron a los chicos. ─Apollon nos encontró definitivamente, debemos irnos.

Cassandra tomó la mano de Rasmus sin darse cuenta, estaba asustada en ese momento, Apollon los había encontrado e irían por ellos.

GOLDEN     ✶     rasmus andersen ✓Where stories live. Discover now