Se da lo que se recibe

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            Lucen tan pequeños, débiles, vulnerables. Podría tomarles de sorpresa si me place, hablarles al oído e impulsar sus sueños. Pero no, prefiero que ellos lo descubran por sí mismos. Me gusta sentarme y ver de lo que son capaces. Todos tienen distintas metas, diferentes misiones en la vida y las mismas posibilidades de cumplirlas.

Mi forma humanoide es gracias a ellos. Mis hermanas y yo vamos acordes a la evolución del planeta. No es que alguna vez hubiésemos sido Dinosaurios. No, siempre hemos tenido esta forma; esperábamos que la naturaleza por fin llegara al fin de su cadena, que eclosionara en la especie reinante del planeta. Esperamos miles de años, perfeccionando nuestras habilidades en animales no pensantes. Logrando que los especímenes cambiaran de forma. El primer gran logro de Pamela fue la separación de Pangea. El de Alelí, fue que el mono evolucionara a algo más sofisticado.

El mío ha sido controlarlas, aunque he estado marcada por fracasos. Pensaba que el más grande era no controlar a Pamela con aquel meteoro, pero ahora me doy cuenta que ha sido no controlarme a mi misma; no he controlado esa parte de mí que se apiada de la vida.

¿Piedad? ¿Será lo que he sentido por aquella alma? Sus ojos me mostraron algo que no había visto jamás, que va más allá de cualquier instante en estos eones en el universo: Vida. Claro que sé lo que es la vida, pero su alma sabe vivir. Su alma se mueve con la tierra, siente con libertad y ama con fuerza. No es lo mismo vida que vivir.

Siempre me he sentido tranquila en la torre Eiffel, los franceses tienen grandes capacidades de creación. Por lo general aquí están las almas más creativas y me gusta el arte. ¿Cómo se crearon las almas? Eso es fácil, nacieron de la tierra, de la naturaleza, se integraron al intelecto y así fue creciendo hasta lo que es hoy: el mayor logro en todo este espacio que llaman galaxia.

Una chica se toma fotografías y disfruto del olor a café que desprende su cabello. Puedo detectar que su alma pasó por una bailarina de Ballet, un mimo y una escritora latina. Hay almas artistas, científicas, revolucionarias. Hay almas de todo tipo, pero ninguna como la que vi.

—Así que Beberly se deja influenciar por el lado oscuro —Pamela deja escapar una risita burlona.

—No estoy para tus juegos, hermana —trato de ignorar su presencia. Está justo detrás de mí, su magnetismo es fuerte. Nacimos de los primeros átomos de materia en el mundo. Ya sabrán quien obtuvo la carga negativa, la positiva y yo, yo soy la hija de un neutrón.

—No son juegos, solo que me alegro por ti. Por fin haces algo no debido. Creo que hasta podría derramar lágrimas de eso que llaman <<Alegría>>.

— ¿Por qué te molestas en venir? —sigo sin apartar la mirada del paisaje parisino.

— ¿Por qué? ¡Me dejaste con las ganas de convertir a ese chico en un vagabundo con sida! —está aún más cerca de mí. Su aliento está sobre mi nuca— Llevas años dejándome con ansias de todo. —lo siguiente que siento, es el viento golpeando mi cara. Me ha lanzado al vacío desde la torre Eiffel. Ruedo los ojos mientras caigo de pie, me impulso y la tomo por sorpresa para luego aparecer en alguna montaña de la cordillera de los andes.

—Se da lo que se recibe —la lanzo al vacio mientras la veo reír y al parecer disfrutar su caída desde lo alto.

—No debiste caer en provocaciones —Alelí surge frente a mí—. Te mostraré algo.

Me toma de la mano y aparecemos en el mismo corredor estéril del hospital donde estaba Tyler. Hay una chica, es rubia y menuda. Sostiene su mano mientras llora sobre la misma. Él aún no ha salido de la anestesia, pero está pronto a hacerlo.

—Su esposa —digo en una media sonrisa.

—Con cáncer. Morirá en unos días.

BalanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora