Capítulo IX

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Wang Yibo se quedó mirando la puerta cerrada de la habitación de Xiao Zhan, sus manos aún podían sentir la tibia piel bajo sus dedos.

Suspiró.

Se sintió mal por haber presionando a Xiao Zhan. Recordó el consejo de los hermanos day day up, entre las diversas en señanzas estaba el dejar fluir las circunstancia.

Yibo pensó en darle su espacio y el mismo apaciguar su excitación, pero al recordar el rostros lloroso de Xiao Zhan, una pequeña voz en su cabeza lo juzgaba por lo que hizo.

Tocó la puerta y no obtuvo respuesta.

—Soy Yibo. Necesitamos hablar.

Esperó unos minutos y creyó que era mejor ir a su habitación al no recibir respuesta, pero antes de dar los primeros pasos, la voz apaciguada de Xiao Zhan le dio el permiso de entrar.

Xiao Zhan estaban envuelto con la sábanas y sólo se veía su cara. Aún había rastro de haber llorado.

—Siento mucho lo que hice, Ge.

Yibo pensó que era mejor pedir disculpas por su mal comportamiento, pero cuando vio que las lágrimas volvían, se desconcertó y no sabía qué más hacer para remendar su error.

—Yo Yibo actúe mal, no debí de hacerte eso.

Y pensó que era mal escuchado, por eso volvió a pronunciar sus disculpas, pero solo hizo que Xiao llorará más fuerte.

Yibo pensó que algo no estaba bien, sus disculpas eran sinceras y de todo corazón. No quería verlo llorar y pensó que disculpándose haría que Xiao Zhan se sintiera mejor, pero no fue así. Lo que obtuvo a cambio fue a un Ge Ge llorando y sin detenerse.

Yibo preferio quedarse callado.

No recuerda qué tiempo pasó, pero fue un buen tiempo antes de escuchar la débil voz de Xiao Zhan.

—Me gustas, en verdad me gustas, pero tengo miedo... Yo... Nunca he estado con un hombre.

Yibo se sorprendió de obtener una confesiónde tal magnitud, pero tenía sentido que Xiao Zhan hubiera reaccionado así.

—¿Esa fue la razón por la que te alejaste en el pasado?

Yibo vio como los ojos marrones grandes de Xiao Zhan se volvía más grandes al escucharlo, luego un sonrojó apareció en sus mejillas y desvió la mirada para murmurar.

—Sí. Eres muy intenso, Yibo, y muy persistente. Y tú mirada es demasiado sincera. Cada vez que me ves siento que quieres quitarme la ropa, ahora y también en el pasado.

Yibo se sonrojó, no pensó que su cara traicionaba sus emociones, al parecer Xiao Zhan había vistos sus fantasías más profundas.

—Lo siento, Xiao Zhan. No quise asustarte.

Yibo no quería que Xiao Zhan ponga una pared entre ellos. Sentía que habían avanzado mucho, demasiado para dañarlo por sus impulsos.

—¿Qué es lo que quieres Yibo?

Yibo entendía que la respuesta debería ser directa. Y esperaba poder reflejar sus sentimientos bien.

—Te amo, Xiao Zhan. Te amo desde la primera vez que te vi y no he podido dejar de pensar en ti en ningún momento. He soñado contigo muchas veces, tenerte entre mis brazos y darte todo mi amor.

Xiao Zhan alzó la ceja al escuchar lo último.

—No me refiero a esa forma — contestó Yibo, apresurado.

Xiao Zhan alzó sus manos, llamando a Yibo en un abrazo.

Yibo se acercó al verlo con los puños abre y cierra, como si fuera un bebé llamando para ser abrazado. Yibo rodeo la delgada cintura y apoyo su cara en el hombro de Xiao Zhan. El olor de Xiao Zhan era dulce, le recordaba a los caramelos, y era sutil y exquisito, por unos momentos cerró los ojos y se perdió en el aroma de ese delgado cuerpo.

—Xiao Zhan eres magnífico.

Yibo lo escuchó reírse, una risa de niño travieso que llenó su corazón. Yibo era una persona con determinación y, cada vez, estaba más seguro que queria a ese magnífico hombre-niño en su vida. Xiao Zhan era único.

—No es cierto, no lo soy. Sólo soy Xiao Zhan. El magnífico es Wang Yibo, un niño muy persistente que tomó la decisión de ir muy lejos para entrenar como bailarín.

Wang Yibo sonrió al escucharlo y sintió una lágrima caer por su mejilla. Wang Yibo había escucha a muchas personas admirar su coraje de juventud y alabar esa determinación a corta edad. Pero fue la primera vez, que sentía que las palabras fueron sinceras y eran pronunciadas por alguien con un corazón trasparente.

—Gracias, Ge Ge.

Xiao Zhan movió un poco su hombro, haciendo que los ojos de ambos se encontraran; los dos tenía los ojos rojos por las lágrimas.

—Nunca dudes que eres espectacular, Wang Yibo, porque lo eres.

—¿Soy guapo?

—¡Eres guapo!

-—Ge Ge también es guapo!

Xiao Zhan rió cuando lo escuchó.

—Hay que ir despacio, con calma, dejemos que todo se dé solo.

Yibo lo volvió abrazar mientras lo escuchaba y apoyo su cabeza en el hombro de Xiao Zhan. Podría perderse en el perfume de su cuerpo y en su calidez.

—¿Puedo besar? —preguntó Yibo.

—-Puedes besar.

Yibo primero besó su frente después su lunar, el que estaba cerca a sus labios y, al final, en los labios. Un beso pequeño y que se sentía ligero en la pie.

Xiao Zhan sonrió.

—¿Regresando lo que te di?

—El amor es dar el mismo amor que te dan, Ge Ge.

—Tan joven y hablando de forma muy madura.

—-No soy joven. Soy del 91

Yibo me mostró una sonrisa pícara de niño travieso.

—No, Yibo, es un niño, no un anciano como yo.

—Ge Ge, no es un anciado, tiene la apariencia de alguien del 97.

Yibo lo escuchó suspirar mientras sonreía por las ocurrencias que decía.

—Eres un niño muy audaz, Yibo.

—No soy un niño.

Yibo sintió que palmo su cabeza como lo hacen los padres a sus hijos cuando se portan de forma caprichosa. Y gruñó por esa comparación.

Lo escuchó controlar su risa al escucharlo gruñir.

—Eres todo un león.

—Y tú un lindo conejo.

Xiao Zhan apoyó su cabeza cabeza en los pectorales de Yibo. El aroma masculino del perfume de Yibo lo adormeció. Yibo lo abrazó más por la cintura.

El tacto de piel con piel quemaba.

Yibo sabía que estaba frente una fuerte tentación, sus manos muchas veces actúan por impulso y buscaban contacto con Xiao Zhan, era como una necesidad de sentir el roce de su cuerpo con el suyo de alguna manera.

Yibo besó la frente de Xiao Zhan mientras escuchaba cada vez más pausada su respiración.

El león y el conejo [Yizhan/ BJYX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora