‧͙⁺˚*･༓☾ ¿cómo puedes querer tanto a alguien a quien aún no conoces en la vida real?
un espacio donde los sueños se hacen realidad y las emociones más puras y bonitas salen de mi corazón para expresar el inmenso afecto que le tengo a una personita...
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《 별빛이 피면 》
[ El sol estaba cayendo, pintando el cielo en un hermoso degradé de tonos rosas, amarillos y azules. Pero el cielo no era lo más hermoso que veían mis ojos.
Sus rayos de luz pegaban suavemente a tu cabello ahora castaño rojizo, haciéndote ver aún más angelical.
Tan etéreo, tan tú.
Salíamos juntos de una heladería cercana luego de haber pasado horas sentados riendo de cualquier cosa. Me gustaba la forma en la que podíamos ir jugando mientras caminábamos. Las calles vacías sólo lo hacían sentir aún más íntimo y personal.
Nunca podré olvidar cómo te veías esa tarde, siempre eres tan hermoso, tan brillante, pero por alguna razón, pude notar aún más cuán enamorada estaba de ti esa tarde.
- Heeseung-ah~ si no te lo terminas pronto, se va a derretir - te dije refiriéndome al pedacito de cono que tenías en tu mano. Llevabas un buen rato así pero parecía que querías hacer que ese dulce frío de vainilla te dure por siempre.
- Jagi-ya~ ¿no quieres un poco? - preguntaste juguetón. Conocía esa sonrisa y sabías que me dejaba embobada.
- Vale - me quedé quieta y esperé porque acercaras el dulce a mis labios como si de una niña pequeña se tratara.
Sentí algo pequeño y helado en mi mejilla sólo segundos después, mientras tu dabas un paso atrás soltando una carcajada.
- ¡Ya! !Heeseung! - grité con una sonrisa en el rostro. Tú sólo me sacaste la lengua y seguiste riendo, mientras te comías el último pedacito del postre - eres malo - agregué mirándote con el celo fruncido. De todas formas, nunca me enojaría contigo.
- Sabes que sólo estaba jugando, cariño - te acercaste aún riendo pero esta vez, dulcemente. Tus brazos estaban extendidos hacia mi.
- Yo quería un poco - intenté mirarte con ojos de cachorrito abandonado.
Tu mano detuvo mi muñeca, que amenazaba con limpiar el pequeño rastro de dulce que tú mismo habías dejado.
- Espera, yo lo hago - refiriéndote a mi incompleta acción.
Te acercaste aún más a mi sin soltar tu agarre, y te agachaste a mi tamaño.
