SOY TODO TUYO

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Horacio no quería ni ver a Volkov a los ojos, no entendía como pudo hacerle tanto daño una simple llamada de otra agente, era ridículo.

Por su parte, Volkov miraba por la ventana de su departamento las hermosas estrellas que sobrevolaban el cielo, en busca de consuelo, pues su madre siempre le dijo que "Las estrellas son almas, cada vez que una persona muere, una nueva estrella nace" y ahora mismo necesitaba del cariño de aquella mujer que lo cuidó tantos años, requería sus consejos para saber que hacer o decir con la persona que tenía a su costado, sentada en el sofá con una mirada fría, lágrimas en los ojos y una profunda tristeza.

Todo había pasado tan rápido. Estaban en la cita perfecta, las luces estaban apagadas en ese amplio departamento de muros blancos. Unas cuantas velas alumbraban el lugar; una cálida brisa envolvía sus cuerpos al mismo tiempo que la deliciosa cena, preparada por el ruso, embriagaba al chico de cresta, como si estuvieran ambos en un profundo sueño del que no quieren despertar.

Horacio se vistió de gala; usaba un hermoso vestido negro pegado a su piel, que remarcaba sus suaves, pero fuertes piernas, su abdomen marcado y cada parte de su cuerpo; estaba maquillado con unas sombras obscuras que enmarcaban sus ojos como obras de arte, y un delineado atrevido que hacía ver su mirada más profunda, atrevida y seductora al mismo tiempo, sin contar que portaba un labial rojo pasión que guardaba solo para ocasiones especiales. Mientras que, el chico con cabellos plateados portaba un elegante traje, su cabello estaba cuidadosamente peinado hacia atrás, sin embargo, dejaba salir unos tiernos mechones grises para no hacerlo ver tan cuadrado y un poco más atrevido.

El traje podía parecer lo de menos, pero cómo le volvía loco al menor ver a su novio vestido con tales pintas, y más cuando era solo para él, pues le transmitía amor y preocupación porque todo saliera bien. Además, ambos sabían cómo es que iba a terminar la noche.

Justamente a la mitad de la cena, Viktor tomó la copa de su amado y la llenó con un vino tinto obscuro que se iluminaba al caer en el recipiente con la luz de las pocas velas que estaban cuidadosamente acomodadas en el lugar, así como, las luces de los edificios que atravesaban el ventanal del departamento; hizo lo mismo con su copa para posteriormente levantarla con una mirada seductora a la vez que decía:

- Felices dos años de relación, mi amor; por que nuestra relación dure para siempre, vivamos muchas cosas juntos y nos amemos cada vez más. - Horacio hizo lo propio con su copa; un sonido elegante de dos cristales chocando suavemente inundó el área. El ruso se llevó la copa a sus labios cuando una llamada resonó en el vacío del lugar, generando eco y la intriga de un pequeño moreno confundido.

Horacio levantó un poco el torso y su mentón para lograr ver que la llamada provenía de una chica llamada "Cristina", cuya foto de perfil dejaba ver a una seductora mujer que miraba a la cámara con un escote bastante atrevido que permitía ver sus pechos bajo un vestido rojo y una hermosa sonrisa del mismo color. Inmediatamente Volkov contestó apenado a la llamada y solo pronunció "Éste no es el mejor momento" para colgar.
Era de esperarse que el de cresta, confundido, tomara el celular del ruso sin previo aviso, accediendo con su contraseña la cual era "Horacio" para observar los mensajes de la chica. El primero era un "Buenas noches, amor", lo cual fue suficiente para alarmar a Horacio, generándole angustia en su ser y un terrible nudo en la garganta provocado por la confusión y la ira del momento; seguido del anterior había un "¿Por qué no contestas?, ¿acaso no soy suficiente?".

El ahora enojado inspector jefe se levantó bruscamente de la mesa, dispuesto a marcharse, dejando, con un gesto agresivo pero suave, el celular de Volkov. Su vestido negro se arremangó en sus piernas, dejando ver el tirante de una bella lencería que pensaba estrenar ese día, pero aquello ya no iba a ser posible.
Volkov hipnotizado por las piernas de su amado, nervioso porque no le gustaba verlo así de molesto, sin mencionar que era la primera vez que él se ponía de tal manera, sumado a que no sabía cómo explicarle la situación sin que éste pensara mal de todo aquello.
Caminó velozmente hacia Horacio y le tomó suavemente de la mano, la cuál éste rechazó como si de espinas se tratase. Levantó la mirada para poder ver a un alto y fuerte hombre que se interponía entre él y la puerta.

One shots || Volkacio +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora