Narciso Transparente

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Sensaciones de frío y calor recorrían todo el cuerpo de Candy, de cabeza a dedo meñique del pie...
Aquellos labios que le habían robado aquella inocencia del ayer. Aquellos labios que anhelaba con tanta fuerza, que sentía que estos ardían tal cual fuego...
Esos húmedos y tersos labios, que tanto anhelaba tocar, y que se mezclaban con los suyos dando una sabor agridulce en su ser...
Sus manos estaban acalambradas, no podía moverse, Terry la había sujetado tan fuertemente...como en aquellos días de mayo, en el colegio San Pablo...
Lágrimas comenzaron a salir de los bellos ojos de Candy pero ¿por qué?...

Terry absorto en aquellos pensamientos del pasado, antes de que su vida volviera a lo habitual...Aquellos días donde supo lo que era sentirse bien y con luz, pero eso también se fue y se apagó con el paso de los años...Pero ahora la tenía al frente, su luz, su vida estaba ahí...
No quería escuchar ya más nada, solo quería volver a sentir el calor de su frágil cuerpo acorralado contra el suyo.
Aquellos labios tan suaves como algodón, tersos como la lana y cálidos como el sol, le robaban más de un suspiro que salía con sutileza de su cuerpo...
Una gota de mar salado llegó al borde de aquellos dos labios unidos, por ¿amor?...
Terry al sentir aquella ligera gota, separó ligeramente sus labios de los de Candy, tomando entre sus manos su hermosa cara...
Cerrando los ojos, pronunció en apenas un susurro.
-Candy, no hables más, no pongas más resina a esta gruesa pared, ya ha sido suficiente...- paró un segundo para evitar que su voz se rompiera. Ese sentimiento de poder perderla de nuevo, le hacía un hueco en el corazón, que el bien sabía que no sobreviviría de si.
-Candy yo...- dijo Terry, pero...
-Terry, no sabes lo mucho que he sufrido, y yo se que tú también lo has hecho...-Dijo Candy cerrando sus ojos, visualizando aquel momento en Rockstone, donde se encontró con aquel Terry irreconocible, borracho de su propio pesar y sufrimiento. Pero no podía acercarse...
-Hablemos Candy- dijo en un tono suave y gentil que sin duda Candy conocía como si fuese su palma...
Ambos caminaron sin mirarse y con la mirada agachada, entrando a aquel acogedor hogar lleno de tiernos niños.
-¡Candy! ven a hornear galletas con nosotros y...-el niño se detuvo al ver a aquel chico que caminaba a la par de Candy, era tan alto...Este retrocedió algunos pasos y corrió a la cocina...
-Pero ¿qué pasa?- dijo la hermana Lane con una dulce voz y saliendo a paso ligero de la cocina. Fue así que vio a aquel chico, que hacía unos años había visitado el hogar. Con la intención de conocer el lugar donde había crecido Candy.- Candy, ¿quién es tu invitado?-
-Oh, eh el es Terry, es un viejo amigo. Vino a visitarme y a hablar.-
Terry sintió una punzada en el corazón al escuchar esa palabra "viejo amigo", acaso Candy había pasado por encima de todos esos apasionados besos y el calor de sus cuerpos al tenerse cerca.
-Bien, bienvenido Terry, si quieren pueden ir a la sala donde se encuentra el árbol, o podrían venir a preparar las galletas.- dijo la hermana Lane con una suave y sutil sonrisa.
-Gracias hermana yo creo que...- Dijo Candy, pero Terry la interrumpió.
-Creo que sería más divertido ir a preparar las galletas, ¿no crees Candy?- dijo Terry mirando a Candy tiernamente, y con una mirada que Candy nunca había visto, es como si de repente esa figura masculina se volviera un niño...
Candy no pudo evitar una risita, ante tal comportamiento del chico y asintió...
Ambos siguieron a la hermana Lane, a aquella pequeña pero acogedora cocina.
Los niños no dejaban de ver a aquel alto y esbelto muchacho. Terry se dirigió a la tarja, donde lavó sus tersas manos. Candy solo lo observaba, hacia tanto tiempo que no pasaban tiempo juntos.
Todos los ingredientes estaban listos, empezaron por poner la harina en aquella grande y limpia mesada, para posteriormente poner los demás ingredientes.
Candy estaba luchando con una bolsa de harina, esta no quería abrirse. Terry la miro de reojo y sonrió. Se acercó lentamente...
-Vamos te ayudo a abrir...-Terry pronunciaba, pero aquella bolsa decidió sacar cualquier tipo de problema. Y en este caso era todo su contenido. Una niebla blanca cegó la vista de los presentes y dos de ellos se encontraban escondidos detrás de aquel polvo...
Las risotadas no tardaron en escucharse por la habitación...
Cuando toda esa bruma dejó ver algo de la cocina, Terry pudo ver la cara de Candy, la cual estaba llena de aquella harina. Este hecho una risotada como en aquellos días en el colegio.
Candy le dió un leve empujón- Vamos no te rías, Terry-.
-Mi Tarzan pecosa ha pasado por una avalancha, oh- dijo retorciéndose en aquella risa característica...
-¿Mi pequeña pecosa?- repitió el niño que veía con desconfianza a aquel alto joven...
Terry se enderezó y abrió los ojos como platos...- Em quiero decir Candy, si...Rayos yo ¿no se por que dije eso?, yo..-
-Bien bien, niños vamos que si no, no habrá galletas. Y estoy segura de que no quieren eso, ¿verdad?- dijo la Señorita Pony.
Terry se encontraba sonrojado, como si hubiera confesado algo que se encontraba muy profundo en su corazón...
Los niños se encontraban amasando, cada uno con una pequeña cantidad de la masa al igual que Terry tenía un pedazo de masa. Este con frecuencia veía de reojo a Candy. Esta se encontraba tan concentrada en su masa...
-Miren una estrella fugaz- dijo una niña, saltando de su banquito y corriendo a esa ventana que se encontraba en dicha cocina, todos los niños fueron tras ella al igual que las madres.- vamos a verlas afuera-.
-Candy, Terry no vienen- dijo la hermana Lane, viendo a aquellos dos muchachos.
-Emm si, en un momento vamos solo le pondré las chispas a mi masa si es que puedo despegarla de mis manos- dijo Candy, con una sonrisa sacando la lengua y levantando sus pequeñas manos llenas de aquella masa.
La hermana Lane sonrío y salió de aquel lugar para dirigirse a las afueras de este...
-Vaya parece que hacer galletas no es lo tuyo- dijo Terry mirando aquella pegajosa masa de Candy...
Candy volteo a ver su masa, la cual se veía brillosa y perfecta en aquel bowl transparente...
-Puff..., nunca me había pasado esto...- dijo Candy poniendo sus manos dentro del bowl, pero la masa estaba adherida completamente a sus manos...
-Vamos a liberar tus manos de este monstruo masudo- dijo Terry acercándose a Candy tomando su brazo.
Con delicadeza comenzó a quitar aquella pegajosa masa, que acorralaba las manos de Candy.
Candy observaba el perfil del joven, hacia tiempo que no lo tenía tan cerca...Podía ver todo de el, su linda y tersa piel, sus marcadas cejas marrónes, y su respingado nariz...
Una mano estaba siendo ya liberada, Terry tomo algo de harina y frotó está en la mano de Candy...
-Creo que lo que paso con la masa es que no le pusiste suficiente harina- dijo Terry mientras liberaba la mano izquierda de Candy...
Al terminar aquel labor, tomó ambas muñecas de Candy y las frotó entre sí, para que ambas tuvieran la harina suficiente.
Posando suavemente sus manos sobre las de ella, este se dispuso a guiarla, para que así su masa quedara lista. Este se encontraba atrás de la chica mientras ambos amasaban aquella rebelde masa...
Esta dejó de ser un problema y quedó lista.
-¿Crees que aún haya estrellas fugaces?- le pregunto Candy a Terry, aún sin soltar sus manos de las suyas, esa sensación que tanto extrañaba, no quería que se fuera por nada del mundo...
-Vamos afuera, tal vez hasta podemos pedir un deseo...- dijo Terry sujetando aquellas manos, con la intención de no tener que dejarlas ni un segundo más...
Ambos se soltaron, con un ligero temor de perderse, pero al verse a los ojos ese miedo desapareció. Y tal cual como decía esa carta, nada había cambiado, podrían pasar años, pero este amor que ambos sentían en sus corazones, jamás se iría...
Aquella barrera trasparente que ante los ojos de la Candy de hace unas horas era impenetrable, se había derretido tal cual hielo al calor del corazón ardiente de Terry...
Ambos caminaron hacia la salida del hogar, donde se encontraban todos los niños maravillados ante un cielo galáctico, lleno de un tráfico de estrellas...
Este parecía una explosión ante los ojos de cualquiera...
-Pidamos un deseo Candy-dijo Terry mirando hacia aquel fascinante cielo y cerrando sus ojos, con una amplia sonrisa...
-Candy hizo lo mismo y llegó a lo más profundo de su ser...Dándose cuenta que para ella tampoco había cambiado nada...

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Nuevos capítulos todos los domingos <3

Holi bellas y bellos lectores, ¿cómo están?, yo estoy muy feliz, estoy apunto de acabar mi primer semestre de la prepa. Lo cual es bueno ya que ahora tendré más tiempo para esta bella historia, donde de verdad estoy poniendo mi corazón...
Como se los prometí este es un capítulo más largo y bueno no se a ustedes, pero a mi me encanto...
Gracias de verdad por leerme...Voten, comenten y compartan...
-Chanty <3

Olor a Narcisos Where stories live. Discover now