Emily Grimblehawk, joven de quince años, asiste a Hogwarts con el propósito de saber quién era su padre, pero termina teniendo un triángulo amoroso que la distrae de su busqueda. No sólo eso, ella y sus nuevos amigos tendrían que enfrentar muchas co...
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Emily quién había tenido tanta prisa por llegar a su siguiente clase había quedado como payasa al enterarse de que aquella había sido la última del día. Emily se encontró con Harry, Ron y Hermione y después de hablar un rato acerca de lo que había ocurrido durante el día se fueron a cenar. Al entrar los cuatro se dieron cuenta de que arreglaban el gran salón y eso debía significar solo una cosa. Esa tarde serían anunciados los elegidos del torneo de los tres magos. También debían postularse esa misma tarde. Emily se sentó sola en una esquina y comió lo más rápido posible para no encontrarse con él resto de los de Slytherin. Después de comer los cuadro se dividieron. Harry y Ron decidieron ir al gran salón mientras Hermione y ella se dirigían a la biblioteca.
— entonces....¿Cedric habló contigo? — preguntó Hermione llena de emoción.
— sí, me ha invitado a la biblioteca con él — respondió con una sonrisa encantadora.
Las dos entraron a la biblioteca luego de charlar por el camino. Hermione le contó de algunos libros que debía leerse para estar al tanto del conocimiento de los demás, pero ella estaba casi 100% segura de que no iba a concentrarse leyendo en frente de Cedric. Emily y Hermione buscaban una mesa vacía. Era normal que a esas horas la biblioteca estuviera llena pues los estudiantes iban a realizar tareas en grupo y a veces solo se reunían compañeros a diferentes casas ya que no podía asistir a sus salas comunes. Como ya Emily podía imaginarse y por lo que había escuchado acerca de los Ravenclaw de algunos compañeros, la biblioteca estaba casi completa de estudiantes de Ravenclaw a excepción de ellas dos, de dos Gryffindor de segundo que miraban las estanterías y Cedric quien se encontraba solo en una mesa al final de la biblioteca. Se veía muy tranquilo y concentrado en un pergamino que tenía en las manos.
— ahí esta — susurró Hermione señalando a Cedric con su dedo.
Emily sonrió y se sonrojo un poco.
— nos veremos más tarde — sonrío Hermione y se fue dando saltos de felicidad. Para ella era muy divertido leer, aprender o simplemente estar ahí rodeada de libros y polvo.
Emily con mucho silencio camino hacia la mesa de Cedric. Su corazón bombeaba muy rápido. Estaba muy nerviosa, demasiado nerviosa. Jamás había estado a solas con un chico y menos con uno que sí le pareciera lindo. Apenas podía creer que él la había invitado. Era muy insegura como para aceptar que alguien como Cedric se veía interesado en hablar con ella. Las personas de su escuela la habían convertido en un fantasma. Tenía miedo de todo, era una de las personas más calladas e inseguras de su colegio. Eran estudiantes muy mal educados o al menos lo eran con ella. Tal vez era porque siempre llevaba los mismos uniformes o porque sabían que era pobre. Siempre tenían algo feo que decirle y que criticar de ella. Por eso le ponía nerviosa cualquier persona y se le hacía tan difícil hacer amigos. No quería volver a ser juzgada.
Emily llegó a la mesa y se sentó frente a Cedric sin hacer ruido. No quiso desconcentrarlo, pero la silla arruino todo con un feo chirrido. La bibliotecaria se enojo y emitió un fuerte "shhhhhh". Emily volvió a ponerse muy roja y entonces se sentó. Cedric soltó el pergamino y le sonrió muy dulce. Emily le sonrió igualmente, pero con una sonrisa apagada.
