I: Cesto de frutas

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don't hold me responsible
for your injuries, the roles alternate,
it's as if nothing is ever enough

-Esto va ser....

- Caótico. Eso es lo que va ser. No divertido, no agradable, no relajante. Simplemente caótico.

Respirar, respirar. Osamu solo necesita inhalar y exhalar para olvidar de sus pensamientos la terrible idea que acaba de cruzar por la mente de Atsumu. Venenosa y concurrida. Atsumu no dice nada y si tiene algo por decir, Osamu lo ignora. No es como si le importara de alguna manera.

Su gemelo solo implora tonterías que lo acabarán llevando a su tumba. La culpa no es él, de nadie, lo sabe.

Pero es imposible que una punzada de culpa aterrice en su cuerpo, amenazante, porque parece que nunca nada es suficiente. No es su culpa, es lo único que parece saber, no es su culpa, lo repite en un mantra cansino que se vuelve asesino.

Es su culpa, porque después de todo él mismo es quien dejo que Atsumu se pudriera como una fruta demasiado madura debajo del irritante calor que irradia el sol.

No hay mucho qué hacer o decir, por lo que deja caer sus hombros en tono de rendición, no era momento de lamentarse cuando no podía actuar.

Deja caer los libros con descuido dentro de su mochila, el cierre en una esquina y las pastas de las libretas raspando una contra provocando un sonido seco, recorrió la correa de tela azul apoyandola con ayuda de su hombro derecho. No se sorprende cuando no ve a su hermano alrededor suya, probablemente estaría pensando en saltarse una que otra clase, las máximas posibles antes de ser descubierto.

Y la primera de todas no es la excepción, cruzan miradas en la lejanía, ojos miel. Tan vacíos, tan complejos.

Tan desorbitado, que Atsumu deja de tener cordura propia y se abalanza como un lobo hambriento de nuevas experiencias, nuevas emociones que lo hagan sentir vivo. Cualquier cosa que lo haga sentir con los pies sobre la tierra.

Atsumu recarga su espalda sobre el concreto, una risa escapa cuando intenta tomar aire, algunos de los chicos de los que solo la silueta de su espalda queda grabada en su memoria se carcajean divertidos, palmeando la espalda de Atsumu en señal de que algo estaba haciendo bien y proceden a tomar una calada del cigarrillo enredado entre sus dedos.

Se obliga a mirar hacia adelante y seguir su camino. No es culpa suya pero sus pies entrecruzan y tiende a bajar la mirada para no caer de bruces contra el suelo.

- ¿Y Atsumu? -Ginjima pregunta cruzándose de brazos, a lo que Osamu corresponde con un levantamiento de hombros antes de dejar caer su cuerpo en la silla frente de su amigo.

No es el lugar que escogió desde un principio, le disgusta ante todo estar demasiado lejos del pizarrón ya que cree que su vista ha empeorado con el paso del tiempo y en definitiva necesita conseguir unos lentes de contacto lo más rápido posible. Pero las circunstancias lo llevaron a estar pegado contra la pared casi al final del aula, una vez que Atsumu dejó de asistir a clases y la agonía de estar solo en la segunda fila con el evidente asiento vacío detrás de él, lo mandó a caminar un par de pasos más adentro y situarse junto a Ginjima, que no tuvo ninguna objeción más que algunas dudas que en un abrir y cerrar de ojos podía responderse solo.

- Ese idiota. -Ginjima maldice, dándole demasiada importancia cree Osamu, pero lo deja que insulte a su hermano todo lo que quiera, cree también que lo merece.- Perderá el semestre y no creo que le agrade mucho perder su tiempo en extraordinarios.

Aunque asiente, lo ve poco probable.

Él es listo, más de lo que aparenta, por eso nunca se ha visto envuelto en problemas demasiado graves además de llamadas de atención que pronto soluciona gracias su magnífica actuación. Una sonrisa y una disculpa tímida tiene a cualquiera comiendo de la palma de su mano.

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⏰ Last updated: Dec 26, 2022 ⏰

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CIERVO QUE SE ACICALA ╱ osasunaWhere stories live. Discover now