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𝓬𝓱𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓽𝓱𝓻𝓮𝓮
𝙲 𝚊 𝚟 𝚒 𝚕 𝚊 𝚌 𝚒 𝚘 𝚗

— ¿Está buscando al joven de camisa a rayas? —una voz preguntó desde detrás de la barra. El pelirrojo hizo una cara de desconfianza antes de asentir.

— El se fue hace unos veinte minutos con otro joven, alto de cabello oscuro, los vi hablando antes —. Johnny lo había dejado solo y ebrio, a su suerte en un bar.

La música ya no sonaba tan fuerte como antes y el ambiente se había convertido en uno más tranquilo. Según el reloj que colgaba sobre las incontables botellas, eran las cuatro y treinta y siete de la mañana.

Claro que el ambiente se había relajado, casi todo el mundo se habían ido a sus casas. Yuta estaba con su hoobae, Johnny con Ten. Sin embargo, el estaba solo. Sentado en un bar en la madrugada, contando como única compañía la bebida en su vaso.

Tomó todo lo que le quedaba de un sorbo y empujó la copa hacia el mozo que le había hablado antes, este lo miró con una expresión extraña y le sirvió lo que parecía ser vodka.

El joven de ojos negros, solo vio el vaso otra vez cuando el hombre lo colocó en la barra, justo delante de sus narices.

El pelirrojo se dispuso a tomar cuando se percató de que la copa estaba llena de agua.— Será mejor que deje de tomar —. El mozo advirtió con cara de pena, probablemente pensando que estaba ahogando sus penas en alcohol.

El mayor no dijo nada y solo se limitó a empujar su vaso hacia las manos del hombre de camisa blanca, que solo suspiró mientras vertía el contenido de una botella, que lucía costosa, dentro de la copa.

— Deja que me encargue —otro hombre, uno mucho más joven, se acercó a ellos. Pasando su mirada desde el pelirrojo hacia su compañero, que lo miraba con una mezcla de agradecimiento y cansancio.

Con un movimiento de cabeza, el hombre mayor se despidió y desapareció por un oscuro pasillo que se encontraba detrás de la barra. Probablemente iría a cambiarse para irse a casa, era tarde después de todo.

El otro muchacho le dio el vaso que ya estaba servido al pelirrojo quien lo tomo de un sorbo, colocándolo en la mesa para que le sirvieran más.

Esta misma situación pasó unas tres veces más, hasta que el muchacho se dio cuenta de que el pelirrojo se había tomado una botella de vodka entera en menos de una hora.

Sus ojos se abrieron como platos y miró extrañado al hombre que tenía su mirada fija en la madera de la barra. Parecía absorto en sus pensamientos, pero por lo borracho que parecía, seguramente era que no podía enfocar sus ojos en ningún otro lugar.

— ¿Aún quiere más? —el joven preguntó dubitativo, sorprendido de que aquel hombre pudiera siquiera pensar en querer otro trago.

Por primera vez en toda la noche, desde que habían intercambiado puestos con su compañero de trabajo, el pelirrojo levantó la cabeza.

Al contrario de lo que el joven pensaba, el mayor lo miraba con unos ojos despiertos y fieros desde el otro lado de la barra. Parecía más despierto que nunca mientras analizaba al chico con la mirada.

Un suspiro salió de la boca del más bajo mientras se levantaba de su asiento, buscando en sus bolsillos, sacó unos cuantos billetes enrolados y los lanzó hacia la barra.

— Supongo que ya he molestado mucho —dijo mientras se colocaba su chaqueta, dispuesto a irse.

El joven empleado tomó el dinero entre sus manos, quitándole la cinta con la que venían atados. Al ver la cantidad, se apresuró a buscar al dueño del dinero para devolverle el cambio, pero al levantar la cabeza no puedo ver a nadie.

vampire - lty.jyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora