Capítulo 8

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-    Ermmm hmm... Quería agradecerte la ayuda de esta mañana... - Clarke cortó el silencio en ese automóvil mientras conducía ya por varios minutos. Lexa curvó sus labios triunfante...

-    Aja... ¿Asi que admites que estabas espiando o escuchando detrás de la puerta? – Lexa la miró de soslayo aun con esa sonrisa pícara en sus labios.

Clarke de inmediato se giró para confrontarla claramente ofendida. Al mismo tiempo de no perder su concentración en la carretera bastante concurrida, y sobre todo no perder de vista el jeep donde viajaban Costia y Octavia delante de ellas.

-    No, no he dicho eso... - Aclaró Clarke volviendo sus ojos al frente con la mandíbula algo tensionada.

-    Entonces ilumíname Clarke, y no me ofendas tratándome como una idiota... - Respondió Lexa algo más seria. No pensaba soportar que la rubia la siguiera tratando como a una inepta a la que podía darle cualquier tonta excusa.

-    Esta bien, estaba escuchando... - Clarke no tuvo más remedio que ser honesta con esa mujer, es que no podía.

Se maldijo de inmediato por dejarse manejar así. ¿Dónde cuernos se había ido su plan y su concentración? Se preguntaba con la mandíbula aun tensionada, sin dejar de mirar a la carretera.

-    ¡LO SABIA! – Dijo en vos alta Lexa aplaudiendo como una niña festejando su triunfo. Clarke le dió una mirada de soslayo bastante seria.

-    No es para que hagas una fiesta triunfal tampoco...

-    Seguro que sí... ¿Dime porqué andas por la casa espiando y escuchando conversaciones ajenas...? – Esa pregunta no se la esperaba y la encontraba algo desprevenida de una buena respuesta.

Su mente no podía pensar más rápido. La pianista era enserio un verdadero reto, y en parte le encantaba, aunque por otro lado, sabía que no era bueno. Podía correr un enorme riesgo con ella. Aceptando para sus adentros, que Lexa era claramente su enorme debilidad...

-    No lo hago... Solo cuando me viste esta mañana... Es que te vi tan afectada con esa flor en la playa, que solo me entró la curiosidad. Cuando tu guardaespaldas entró al salón con la rosa y tu mánager enseguida se notó nerviosa y molesta, pues me intrigó saber qué sucedía. – Clarke se golpeó un par de veces en el hombro por su maravillosa respuesta, bastante aceptable y en parte verdadera. Lexa la miró por unos segundos, aun cuando sus ojos estaban cubiertos pore sos lentes de sol, podía sentir su mirada.

-    ¿Porqué...?

-    ¿Porqué qué?

-    ¿Porqué te importa lo que suceda...? ¿Acaso piensas vender la noticia exclusiva a la prensa amarillista? Seguro que te harías de muy buen dinero.... – Soltó sin más Lexa haciendo que Clarke se tensara enserio.

Esa respuesta le molestó y en gran forma, ya que indicaba que pensaba bastante mal de ella y los motivos de su presencia allí. Lexa la veía como una oportunista para hacerse de dinero a costa de escuchar rumores. Sus ojos se injectaron de enojo aunque Lexa no los viera, sus manos se aferraron al volante de ese auto con fuerza, y le tomó unos buenos segundos responderle sin mandarla a la mierda. Pero lo terrorífico para Clarke, era que no le molestaba tanto como le había dolido esa respuesta, con esas preguntas inquicitorias o acusadoras de la pianista.

-    ¡¿Porqué mierda piensas tan mal de mi?! ¡¿Quién te crees que eres...?! Ni siquiera me conoces... - Clarke estaba muy enojada y herida y no pudo responder de otra manera.

Lexa enseguida se quedó algo shockeada, viendo cómo le había afectado a la rubia sus preguntas o suposiciones tan malas. Se mordió el labio algo nerviosa, no deseaba que Clarke se enojara con ella, y al mismo tiempo se preguntaba porqué cuernos...

Amanecer [Completa]Where stories live. Discover now