Verónica y Dante deberán seguir enfrentando obstáculos para poder estar juntos.
Aún tendrán que demostrar que su amor es verdadero y fuerte.
Deberán luchar por su amor y su familia.
Porque nada en la vida es sencillo y menos cuándo de amor se trata
...
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Despierto porque mi hijo me está llamando —mami tengo hambre, despierta.
—Buenos días bebé.
—Buenos días mami —me abraza mi pichón.
Nos levantamos, duchamos y preparamos para comenzar el día, hoy lo llevaré conmigo a mis reuniones, necesito tenerlo cerca de mí, quizás soy yo la que se encuentra un poco paranoica, pero ayer tuve la horrible sensación de que estábamos siendo observados, nececito mantener a mi hijo muy cerca.
Salimos y nos encontramos con mi cuñada —¡Buenos días! —saluda muy alegre.
—¡Buenos días! —respondo con su mismo entusiasmo. —Buenos días chicos.
—Buenos días —me saludan ellos cuatro.
—Shei, me surgió un contra tiempo aquí y me deberé quedar unos días más —le aviso mientras subimos al ascensor —si gustas puedes quedarte conmigo y sino puedes volver a casa en mi avión sin ningún inconveniente.
—La verdad no tengo ningún problema de quedarme unos días más, estoy amando este lugar —habla emocionada.
—Genial, entonces todos nos quedamos y por cierto mañana iremos a una cena de gala.
—Wow, pero no traje vestido para algo así —habla algo preocupada.
—No te preocupes, en la tarde iremos de compras.
—De acuerdo.
—Y yo llevaré el traje más bonito de todos —habla mi hijo.
—Por supuesto mi amor —hablo con una pequeña sonrisa mientras todos los presentes se ríen por la forma tan tierna en que lo dijo.
Al estar abajo nos dirigimos a nuestro apartado en el restaurante.
—Shei, Matt ustedes vayan adelante en la mesa que yo tengo que hablar con los chicos de los preparativos para mañana, en seguida vamos —les dedicó una cálida sonrisa.
—Si claro —ellos se van a la mesa charlando de algo que mi hijo dijo.
Cuando se sientan miro a los cuatro chicos a mi lado, quienes me miran no muy convencidos de la explicación que les di a ellos.
—Miren chicos, la verdad puede que esté un poco paranoica, pero ayer durante todo el día tuve la extraña sensación de que nos estuvieran vigilando —les explico.
—Tuve la misma impresión, pero aparentemente no había nadie —habla Joshua.
—Lo sé, pero quiero que por favor estén dos veces más alerta que de costumbre —aclaro —Max tú no abras la boca de esto con Emilio, ya que él y Dan están metidos en algo grande y temo que todo esto está entrelazado —él me mira no muy convencido —por favor —pido.
—De acuerdo —termina cediendo.
—¿Qué más Vero? —ahora quién habla es Miguel.
—Necesito que tú Joshua hables con tú hermano y que nos mande un equipo más de seguridad para mañana.
