De lo que siempre hace falta

28 1 0
                                    

A veces, mostrar compasión es la prueba más certera de saber que te sientes arruinado.

Las palabras siempre desaparecen de mis manos cuando quiero plasmarlas en papel. A veces cuando quiero decir algo, este pensamiento desaparece mucho antes de que llegue a decirlo en voz alta, entonces me doy media vuelta y decido quedarme en silencio, guardando introspección y rogando al cielo que cuando la idea esté de nuevo lista, salga de su enclaustro y te encuentre a ti.

He pensado muchas veces en la gente que es como yo, que se guarda sus secretos, que a veces siente vergüenza en expresarse y que sin embargo siempre está dispuesta a darlo todo, a querer de verdad.

He pensado mucho en el dolor compartido que hay entre cada persona. Ese hilo invisible que nos ata nosotros mismos y cómo a veces preferimos callar el dolor y el sufrimiento hasta que alguien nos tiende la mano y nos da un abrazo y entonces, colapsamos en llanto.

Cómo si no lo soportáramos más, como si ya no pudiéramos sostenernos a nosotros mismos. Entonces ocurre el milagro, esa persona que llega de repente y te quita las lágrimas del rostro con sus manos y te asegura que vas a estar bien.

Cuando nos tienen compasión.

Compasión es una palabra que se asocia a Dios... lo es por que muy pocas veces la encontramos en los seres humanos.

Me sorprende cómo a veces un gesto tan pequeño, como un abrazo o una sonrisa puede desarmarnos por completo. La forma en la que nos conmueve de tal manera, como si nunca hubiéramos sido amados o como si sintiéramos que no merecemos ese amor.

Ojalá todo el mundo entendiera la palabra compasión.

Creo que son esas mismas personas que han sufrido tanto, las que están partidas a la mitad, las que lloran sin que nadie las vea, las que guardan secretos en los ojos, las que miran con nostalgia, las que tiene roto el corazón, son esas las que siempre nos tienden la mano, las que están ahí para nosotros.

Y es que este es un sentimiento que no puedes expresar si no lo has experimentado antes, cuando decides soportar la pena de alguien sin querer ser tú el centro de atención.

Esa humildad que ha perdido tanta gente, esa donde la palabra "Yo" no existe, esa en la que nos permitimos escuchar sin tener que interrumpir.

Ojalá el mundo entendiera más de compasión.

De querer mejorar y ser buenas personas.

Estoy cansada de tener alrededor tantos hipócritas, todos esos buenos para nada, estoy harta de su egoísmo y del mío propio también.

No hay nada más hermoso que vivir una vida llena de compasión, no hay gente más preciosa que las que comparten un poco del calor de su corazón.

Esa gente que te hace creer que aún existe gente buena, que nos ayuda a seguir adelante.

Ojalá seguir siempre adelante.

De lo que corre por mis venasWhere stories live. Discover now