Capitulo I, Día 4: ¿𝙌𝙪𝙚 𝙩𝙞𝙥𝙤 𝙙𝙚 𝙗𝙧𝙪𝙟𝙖 𝙚𝙧𝙚𝙨?

3.4K 104 5
                                    

La mayoría de las brujas que conozco son personas muy abiertas.
Encontrarás excepciones, como en todas partes, pero por lo general suelen tener muchos menos prejuicios que el ciudadano medio de a pie. En general
tienden a aceptar en su círculo a cualquier persona, sin importar cuáles sean sus opiniones políticas, religiosas o su identidad de género. Muchas brujas están en contra de las etiquetas (yo soy verde, tú eres azul), y observan con desconfianza los esfuerzos de la sociedad por clasificarlas y definirlas. El capítulo de hoy no es un intento de clasificar a todas las brujas del mundo
como si se tratara de una clase de biología. Sólo es una recopilación de
ejemplos que pueden servir de ayuda a las brujas jóvenes que aún no han
encontrado su camino. Debido a su eclecticismo, es imposible describir la
comunidad mágica de una manera que se ajuste perfectamente a todos sus
miembros, por lo que pido a mis compañeros brujos un poco de paciencia y comprensión.

𝙇𝙖 𝙗𝙧𝙪𝙟𝙚𝙧𝙞́𝙖 𝙩𝙧𝙖𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 puede compararse con la magia popular.
Enfatiza el contacto con la naturaleza y no necesita seguir rituales y ceremonias estrictas a no ser que el practicante lo desee. Puede ser tan simple como enviar tu intención al universo con un breve pensamiento o colocar un altar en medio del bosque haciendo un círculo de piedras, o tan compleja como crear un círculo mágico y hacer un hechizo de una semana de duración, con ingredientes extremadamente difíciles de conseguir. Ya vimos que las brujas tradicionales pueden practicar cualquier religión y no creen necesariamente en dogmas wiccanos, como por ejemplo la ley de tres (ver más abajo). Las brujas tradicionales pueden obrar en solitario o reunirse con otras compañeras en corros o aquelarres.

Algunas brujas tienen en su árbol genealógico a numerosos hechiceros y
curanderos, pero muchas otras no. En la mayoría de los casos, aunque seas
bisnieta de brujas, la línea hereditaria se habrá roto en algún punto intermedio, debido a los tabús y el peligro obvio de ser considerada una bruja en ciertas comunidades. Mi tía solía decir que podía prever el futuro y le encantaba hacer hechizos con velas. También bromeaba a menudo sobre su condición de bruja, pero nunca habría admitido tal cosa en público, ni en una
conversación seria. ¿Era una bruja de verdad? Yo creo que sí, al menos en
parte, aunque no se lo admitiese ni a sí misma. ¿Pero era una wiccana, o practicaba cultos paganos ¡Definitivamente no!

Algunos de mis conocidos han podido expandir sus árboles genealógicos y dar con ancestros condenados por brujería hace siglos. Otros afirman haber podido recordar a sus predecesoras brujas o haberse visto a sí mismos como brujos durante meditaciones y terapias de regresión a vidas pasadas. Pero incluso si no puedes rastrear a tus antepasados, o sabes con certeza que ninguno de ellos eran brujos, no te preocupes: nada te impide ser la primera bruja de tu linaje. Cualquiera puede desarrollar sus habilidades psíquicas si lo de y están abiertas a aprender cosas nuevas. No hay ninguna razón por la que no puedas ser la primera bruja de tu familia si lo deseas.

Aunque a las brujas no les gusta adherirse a etiquetas estrictas, como
mencioné anteriormente, la mayoría estará de acuerdo con que existen varias clases distintas de brujas:

𝘽𝙧𝙪𝙟𝙖𝙨 𝙗𝙡𝙖𝙣𝙘𝙖𝙨: las brujas blancas solo usan magia para hacer buenas obras. En su opinión, todo lo que hacemos termina por regresar a nosotros: de ahí que nunca echen maldiciones ni utilicen la magia para dañar a otros.
Nunca causan daño deliberadamente ni usan la magia para influir en el
comportamiento de otras personas o cambiar sus preferencias sobre algo o
alguien (esto significa, por ejemplo, que no realizan hechizos de amor que hagan a unas personas enamorarse de otras). A veces se hacen llamar también brujas buenas, expresión que les ayuda a ser mejor aceptadas por la sociedad, en oposición a las famosas brujas malas de los cuentos populares (¿quién no conoce a las madrastras de Blancanieves y Rapunzel? ¡Sin duda
no son los mejores ejemplos a seguir!).

El Libro verde- Beatrix Minerva LindenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora