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Él sabía que era una locura haberse enamorarse de ella.
Llegaría al infierno con tan sólo besarla, pero al menos habría tocado el cielo por unos instantes mediante el pecado y eso le fasinaba por completo sólo de imaginárselo, únic...
Un nuevo día comenzaba para la desgracia de Uchiha Katsumi, quien aún no se sentía totalmente preparada para regresar a sus deberes como shinobi después de tan sólo veinticuatro horas de descanso.
Con la pereza destacando en su desalineado aspecto mañanero, abandonó su habitación para bajar a la cocina por un refrescante vaso de leche fría que - según Katsumi - rápidamente la haría salir de su somnoliento estado.
Rebusco en la alacena una galleta de avena y al encontrarla, tomó su vaso para seguidamente acomodarse en el asiento de uno de los bancos que la alta barra de la cocina incluida.
Estaba por darle su segunda mordida a la deliciosa galleta, pero no pudo ser así, pues unos golpes en la puerta principal resonaron por todo el piso de la planta baja de la gran casa del jefe del clan.
Una mueca de extrañeza se instaló en el fino rostro de Katsumi, ya que le parecía algo muy inusual que alguien viniese de visita a las cuatro con quince de la madrugada. No podía tratarse de Itachi por que el había salido desde las doce por asuntos privados de ANBU, avisándole a su madre que no regresaría hasta el desayuno.
Antes de levantarse de su lugar para averiguar de quien se trataba, la Uchiha soltó un pequeño suspiro y bebió lo que restaba de leche de un sólo trago, sin percatarse de los bigotes blanquecinos que se habían quedado impregnados en la parte superior de sus labios.
- Mi padre aún no... - su oración se quedó a medias al alzar la mirada y encontrarse con la hermosa sonrisa del mayor, la cual provocó un notorio sonrojo que no tardó en extenderse por todo su cara -
- Buenos días Katsumi. - saludó Shisui recargado en el marco de la puerta, mientras examinaba de pies a cabeza a la chica delante de él - Puedo ver que acabas de despertar. - comentó antes de soltar una pequeña risa que hizo sentir a Katsumi aún más avergonzada por la situación en la que se hallaba - Lindo pijama. -
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