Capitulo 53: "El ataque de los buitres"

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Maratón 3/3

Desde que Lexa conoció a Clarke, la morena sintió que de alguna forma su padre y su madre desde el cielo la estaban poniendo a prueba. "Algún día vas a conocer a la chica que te domine y te traiga como quiera hija, así como yo tengo a tu padre" Le dijo su madre después de la tercera noche seguida que Lexa llegaba a su casa con cara de haber tenido sexo toda la noche y sin acordarse el nombre de la chica "Creo que empezaba con V... Victoria, Vanesa o algo así" le respondió a su mamá cuando le preguntó con quien había estado. El sexo en casa de los Woods jamás había sido un problema. Lexa les contaba a sus padres cada detalle, así como cuando ella los enganchaba haciendo de las suyas simplemente se daba vuelta y dejaba que terminaran su habitual rito sexual. De hecho era su mismo padre, el que la codeaba cuando pasaba una linda mujer por delante de ellos o hasta a veces su madre la que la felicitaba cuando Lexa le señalaba una de sus conquistas. Su padre decía que Lexa hechizaba a las mujeres y que aquella que tuviera el escudo protector de ese hechizo iba a hacer que la morena saltara por los aires. No muy lejos de esta teoría pero si de la magia, su madre, después de ver como Lexa con tan solo catorce años seducía a una de sus compañeras de elenco, decía que la atleta tenía un don para penetrar en la mente de las chicas y engatusarlas para que cayeran perdidamente enamoradas de ella y que aquella damisela que no dejara que Lexa leyera su mente sino más bien que compartiera sus pensamientos con su hija, iba a ser la afortunada en tenerla a sus pies. Pues déjenme decirles una cosa, ninguno de los dos podía estar más en lo cierto. Y Lexa sabía que desde el cielo sus padres se estaban riendo de ella porque Clarke era la que tenía el escudo protector contra sus hechizos, porque era la rubia la que no dejaba que Lexa la leyera sino que ayudaba a que Lexa lo hiciera. CLARKE la trae como quiere, la tiene a sus pies, la vuelve loca y cuando CLARKE no puede, la ayuda de su hija termina de sepultar el poco valor que le quedaba a Lexa contra los caprichos Griffin. Lo peor de todo es que a Lexa le encantaba que fuera así, mejor dicho amaba que fuera así y amaba aun más el hecho de que faltaba tan sólo una noche para hacer a esa mujer, que quebró todos sus esquemas, que frenó la magia de Lexa y que la trae como quiere, su mujer, su esposa.

Ahora bien, el tema de no poder decirle que no a Clarke se tornaba de mayor dificultad cuando después de levantar 110 Kg. En el banco de pecho en el gimnasio Lexa recibía un mensaje de su novia que decía "NECESITO que vengas a casa". Mensaje que para la morena podía significar dos cosas: Sexo o problemas. La cuestión era que, como la noche anterior de la boda la iban a pasar separadas, Lexa se había ido del departamento dejando a Clarke prácticamente al borde de encerrarla en el baño, así que por deducción lógica y para lamento de Lexa, sexo no podía ser, por lo que la dejaba con lo siguiente en la lista... problemas.

- ¿Te vas? - le preguntó su preparador físico cuando la vio caminar rumbo a las duchas

- Sip... Nos vemos en la boda... si es que me caso - esto último lo dijo por lo bajo. Ese "necesito que vengas a casa" podría significar tranquilamente un "Me di cuenta que no te amo y no me quiero casar contigo" Lexa sacudió la cabeza para borrar esos pensamientos de la cabeza. Clarke la amaba, no podía hacerle eso ¿O si?

En la puerta de casa Griffin

Lexa pegaba la oreja en la puerta - No se oye nada - se dijo a si misma - ¿Tal vez una junta de la LPDQ? - Se preguntó - No - sacudió la cabeza - No puede ser, yo las prohibí y además la presidenta llega de Los Ángeles mañana - sin presidenta no hay junta - ¿tal vez se me fue la mano despertando a Clarke de esa manera? ¿Cuántos años de cárcel me darían si mato a mi, pronto por ser esposa, a puros orgasmos? - Volvió a sacudir la cabeza. Clarke estaba bien cuando la dejó para irse a entrenar y después al gimnasio. Pero se suponía que Lexa iba a pasar la noche en casa Octavia mientras Raven se quedaba en la suya con Clarke. Volvió apoyar la oreja, tenía que haber algo, algún sonido que le diera la pauta de lo que tenía que enfrentar... lo siguiente no lo vio venir, la puerta se abrió de golpe dando lugar a una caída aparatosa de la morena en el piso de su entrada.

Cuando, donde y como el amor quiera Where stories live. Discover now