❝... uno estɑ́ consciente de que vɑ divɑgɑndo por su cuentɑ, solo, esperɑndo un díɑ conseguir esɑ pɑz, ɑunque nuncɑ llegue❞
•••••••━━━━━━━━━━━━•••••••
Se encontró en medio de un extenso e iluminado pasillo cubierto por una alfombra bermellón, un sin fin de puertas con números grabados y pequeñas repisas con lámparas de estilo victoriano pegadas a la pared tapizada en blanco. Un penetrante olor a madera se colaba por sus fosas nasales causando una extraña sensación de relajación. Su ropa era totalmente lo opuesto a lo que solía usar y eso lo volvió todo aún más extraño. Llevaba puesto un saco negro, un pantalón de vestir del mismo color, un par de zapatos derby marrones y una camisa blanca de manga larga. La idea de que, oficialmente, se parecía a su padre, le era imposible de ignorar.
Observó los alrededores encontrando un reloj de pared. Aún había suficiente tiempo. Con esa idea en mente, se sentó. Haciendo cuentas supo que faltaban exactamente 43 minutos para que por fin fueran las 2:30. No quería estar en ese lugar, pero supuso que se lo había buscado y, si quería salir de ahí pronto debía acatar las reglas.
Trató de buscar algún sonido, pero, además de las manecillas del reloj y su respiración, todo estaba inmerso en una completa calma. Era aburrido. Se dispuso a hacer una especie de recopilación de las acciones que le habían llevado a aquel lugar. Reprodujo aquellas escenas en su cabeza sin sentir ni una sola pizca de arrepentimiento, lo cual, le hizo bufar fastidiado y rodar los ojos.
Pasados 28 minutos, se levantó, acomodó un poco su cabello y continuó caminando hasta llegar a la puerta con el número "124". Relamió sus labios, giró la perilla y la abrió lentamente, encontrándose con un grupo de personas sentadas alrededor de una mesa rectangular.
—Oh, tú debes ser Jeon Jungkook, ¿cierto? —pronunció una mujer alta y exageradamente delgada mientras se levantaba de su asiento.
—Sí —Fue lo único que logró hacer salir de sus labios. La chica, en respuesta, le mostró una sonrisa que, al parecer de Jungkook, provocó que el ambiente se volviera más tenso.
—Acompáñame, los demás te están esperando.
Jungkook frunció un poco el ceño, se suponía que había llegado incluso unos minutos antes de la hora indicada en el papel que le habían otorgado, ¿por qué "los demás" habían llegado antes que él?
—No te preocupes, llegas a tiempo, a cada uno se le asignó una hora diferente para no hacerlos coincidir en la sala de reuniones —Aún más extraño. Puesto que esa respuesta había venido de la nada, un sentimiento de paranoia comenzó a sembrarse en su pecho, le pareció que lo tenían demasiado vigilado para su gusto; pero, decidió convencerse rápidamente que aquella idea no lo llevaría a nada y, con demasiado esfuerzo, consideró que, tal vez, sus expresiones faciales eran muy obvias, o, que incluso, su reacción era demasiado ordinaria.
Negó con la cabeza, pasó saliva y decidió hacer una pregunta más: — ¿Y eso fue para...?
—Para que se puedan conocer todos al mismo tiempo. Así lo indica el programa. Todo inicia a las 3.
Jungkook no quiso agregar nada más, un sentir amargo lo obligó a permanecer callado. La mujer lo acompañó hasta un cuarto extremadamente pequeño y vacío. No había nada que resaltar de él, más allá de que contaba con 2 puertas y un espejo que colgaba de una de las paredes del lugar. Como reflejo natural, hizo una mueca que borró rápidamente en cuanto recordó que estar ahí era de todo, menos una recompensa.
—No te preocupes. Aquí no es donde te hospedarás. Únicamente esperarás aquí un poco —avisó la chica usando un tono menos animado. Jungkook observaba a la otra persona en la habitación a través del espejo, asintiendo mientras le escuchaba atentamente —. A las 3, abrirás la otra puerta y saldrás para conocer la cabaña y el lugar en general.
— ¿La puerta está cerrada?
—No. Pero confiaré en que no la abrirás hasta las 3. No creo que esté bien empezar sin tenerte confianza. Por favor, considera a este lugar como una nueva oportunidad.
—La vida no da segundas oportunidades.
—No siempre lo hace; pero este es un regalo de una empresa privada, no de la vida.
— ¿Regalo?
—El regalo de mejorar como persona. Puedes verlo como un experimento social. Haz algo mal y obstruirás el avance del proyecto. Hemos tenido buenos resultados hasta ahora, no seas el primero en llevar la contraria —hubo una pausa. Ninguno parecía estar dispuesto a decir algo más.
La mujer tomó la zurda de Jungkook y colocó en su palma un pequeño reloj plateado.
—Algunas cosas no están listas, tendrás una tolerancia de 15 minutos, pero, de preferencia, abre la puerta en cuanto sean las 3 en punto. Ni se te ocurra intentarlo antes.
Jungkook no pudo decir nada, la chica salió apresuradamente por la misma puerta que ambos habían entrado.
Tomó el reloj entre su pulgar e índice para verlo con mayor atención. Era demasiado pequeño y no contaba con manecilla de los segundos ni con adornos o una corona para leer la hora, así que pasó algunos minutos forzando la vista, hasta que, finalmente, logró ubicar el número 3.
Tras fracasar en su hazaña por rebuscar con la mirada algo que pudiese hacer, se sentó en el piso recargando su espalda en la primera puerta. De nuevo, el silencio le torturaba. No poder ver en el reloj el transcurso de los segundos, le cobraba una factura exageradamente alta. Trató de percibir algún olor, o incluso encontrar cualquier mancha, pero el lugar estaba impecable.
Al ver a ambas manecillas coincidir en donde aseguraba que se encontraba el tres, se levantó, sacudió su pantalón y giró la perilla, sintiendo una suave brisa y los rayos del sol sobre su rostro.
~~~~~~~~~~~~~~~~~
No sé, tengo sueño.Se suponía que sería un capítulo largo, pero en fin, no se pudo.
Caramelldanse16 y luzzet, muchas gracias, me han ayudado mucho a decirme a iniciar con esto ♡
ESTÁS LEYENDO
Embellie
FanfictionSe había vuelto más que obvio, "ellos" pretendían matar a los siete o, más específicamente, hacer que la poca estabilidad que les quedaba se extinguiera por completo dejándolos al borde del suicidio. Claro, eso era lo que ocurría, no habían pruebas...