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La hora del descanso para los futuros Guerreros había comenzado, la pequeña Pieck, se había ido corriendo a la sombra de un árbol, pues la pequeña tenía tanta hambre, que devoraría todo lo que tenía de almuerzo, Porco la observaba desde una banca, mientras Marcel miraba a ambos tratando de descifrar por qué su hermano no le había prestado atención. Marcel sacudió su hombro haciendo que Porco saliera de trance.
- Olvidó su agua.- exclamó Porco algo consternado.
- Hummm, dale la tuya, también dale esto.- dijo Marcel sonriente cortando unas flores que habían debajo de la banca.
- ¿Qué?.- exclamó Porco algo nervioso.
- Vamos Porco, ve con ella.- dijo un castaño sonriente alentando a su hermano.
- N-no.- el rubio tartamudeó.
- Anda, ve, ella lo aceptará, confió en ti hermano.- exclamó entusiasmado Marcel.
Un rubio animado, tomó su cantimplora y el montón de flores que su hermano le había dado, Porco se dirigió hasta donde estaba la pequeña pelinegra, un tanto nervioso, se acercó, él sentía como sus mejillas comenzaban a sentirse tibias.
- Hola Pieck.- dijo comenzando a sonrojarse.
- Hola Pokko.- dijo Pieck con una ligera sonrisa.
Pieck lo miraba esperando una repuesta.
- T-toma.- dijo Galliard, entregándole su cantimplora.
- Muchas gracias Pokko.- agradeció Pieck con su sonrisa característica.
Se sorprendió al ver que Galliard con las mejillas tan rojas, le estaba entregando un montón de flores que había cortado.
Ella rió y las tomó. Comenzó a hacer una corona con las flores que él le había dado.
- Pokko, ¿Me ayudas?.- preguntó la niña.
- Claro.- asintió Porco.
Ambos armaban coronas con flores, Porco, terminó antes que ella, se acercó y la colocó en su cabeza, Pieck imitó su acción.
- Te ves linda Pikku.- dijo Porco mas rojo que un tomate.
- Gracias Pokko, tu también te ves lindo.- sonrío Pieck haciendo que el rubio ocultara su cara con sus manos.A lo lejos Marcel miraba orgulloso la escena.
En el fondo Porco quería mucho a Pieck, tanto que siempre fantaseaba con convertirse en el portador del Titán Acorazado para protegerla y salvarla si ella estuviese en peligro.
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