Capítulo 12. Despertar del pueblo.

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Entre sonidos de lapices al escribir en sus libretas, la voz del profesor y los bajos susurros de algunos de sus compañeros de clases, se encontraba él sin apartar la vista de la persona en la otra esquina del salón.

Ese chico tenía algo que no le hacía apartar la mirada de él, una sensación extraña recorría su cuerpo al verlo tan concentrado escribiendo en su libreta con calma y una delicadeza digna de alguien de la realeza, su forma de sentar era tan correcta y viendo su perfil siempre sereno. Negó con la cabeza, ¿En que estaba pensando?   

Pero no podían culparlo, desde que lo vio entrar al salón sus ojos simplemente no pudieron apartarse de ese chico de cabellos castaños, sus miradas se habían cruzado durante unos segundos en lo cual sintió como su mundo se detenía, unos ojos dorados, como dos pedazos de sol le miraron profundamente que hasta sintió un ligero color rosa cubrir sus mejillas.

Cuando chocaron por el pasillo había sentido la misma sensación extraña en su cuerpo, no entendía por que su cuerpo reaccionaba de esa manera con tan solo verlo.

Tal vez estuvo tanto tiempo mirándolo o tal vez su mirada había sido demasiado pesado pues el joven volteó la cabeza en su dirección mientras sus ojos se volvían a encontrar, con las mejillas tomando color apartó la mirada rápidamente y comenzó a copiar lo que el profesor había escrito en el pizarra. Podía sentir su corazón dar tumbos fuertes en su pecho al mismo tiempo en que la vergüenza hacía su rostro adquirir mas color.

Disimuladamente volteó a mirar nuevamente al chico notando así que este ya había vuelto su atención en su libreta mientras escribía. Soltando un bajo suspiro volvió a lo suyo para terminar a tiempo.

Minutos mas tarde el timbre resonó por todo el lugar, la hora del almuerzo había llegado, el profesor dio por terminada las clases y guardando sus pertenencias en su maletín abandonó el salón de clases.

Pudo ver como el joven de ojos dorados metía con calma sus libros y demás cosas en la mochila, siguió cada uno de los movimientos del chico hasta que escuchó su nombre ser pronunciado desde la puerta del salón.

- ¡Ryan! - lo llamó su mejor amigo quien estaba esperándolo parar ir juntos a la cafetería del instituto.

- Ya voy - acotó apartando la mirada del castaño para meter sus cosas en la mochila para asimismo salir del salón, su amigo no tardó en rodearlo con su brazo por los hombros como siempre lo hacía.

- Vamos, tengo mucha hambre - dijo su amigo comenzando a caminar y de paso jalándolo a él.

- Oye, no me jales - se quejó, pronto pudo sentir unas personas pasar por su lado y no tardó en reconocer quien era, pero la verdad no reconoció al otro chico quien iba al lado del de vestimentas blancas.

- ¡Wow! ¿Quien es él? - preguntó su amigo sin apartar la mirada de la espalda del castaño - parece alguien de la realeza.

- ¿De que estas hablando? - se apresuró a decir Ryan mirando de reojo a su amigo.

- Solo míralo - señaló con su mano disponible - su forma de caminar es tan correcta, su espalda derecha y la cabeza en alto, su brazo en su espalda da ese toque de alguien muy importante, alguien que viene de una gran familia adinerada y reservada.

Ryan se quedó observando al castaño durante unos momentos.

- Tienes razón - soltó sin dejar de observarlo, la larga gabardina del chico se movía al compás de cada una de sus pisadas - aunque la verdad no se como se llama, he compartido clase con él pero nunca lo escuche hablar y nadie parecía querer molestarlo, mucho menos el profesor - contó.

- Interesante - susurró el chico de cabellos azules.

Sin decir nada mas acerca del castaño, los dos mejores amigos siguieron su camino hacia la cafetería, cuando llegaron se formaron en la fila para poder recibir sus almuerzos, una vez hecho los dos caminaron buscando con la mirada una mesa disponible, por suerte había muchas todavía desocupadas por lo cual no tardaron en dirigirse a una mesa cerca de la ventana, cuando tomaron asiento comenzaron a contarse lo que había ocurrido en sus clases. En eso estaban cuando Ryan notó la presencia del castaño en otra mesa con otro joven mas. 

La Maldición Del Anillo®Where stories live. Discover now