Coronas

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Chris estuvo muy equivocado. El creia que debía tratar a Gemma como si fuera de cristal luego de la muerte de Amira, sobretodo meses después cuando descubrieron que era una omega.

La realidad era que la pequeña había logrado sanar poco a poco su herida emocional, era una omega fuerte. Ella sabía que siempre recordaria y extrañaría a su madre, pero debía avanzar. Chris, por otro lado, estaba devastado, cada día sentía que su felicidad se iba apagando poco a poco, aunque intentaba disimular delante de sus hijos.

Amira había sido médica, cosa que funcionaba bien con la profesión de Chris. Cuando ella tenía que ir de urgencia porque habían atacado a alguien con una flecha o se habían encontrado con un Jaguar de montaña, Chris disponía del tiempo suficiente para hacerse cargo de Gemma, y cuando el tenía que ocupar horas y horas haciendo prendas para el invierno, Amira podía cuidar a Gemma mientras preparaba remedios.

Pero desde la llegada de Harry, y la partida de Amira,  todo se había complicado. Chris llevaba a Harry con el todos los días al trabajo. Sus compañeros estaban encantados con el pequeño, a pesar que la mayoría de costureros eran betas y omegas (aunque en su manada no veían nada de malo en si un alfa quería ser costurero, era poco usual que pasara) , solo unos pocos llevaban a los niños con ellos.

Todos en la manada se ofrecían a ayudarlo, llevándoles comida, ofreciéndose a cuidar a sus hijos. Salma y Peter eran los que más se ofrecían con gusto, después de todo siempre habían sido amigos desde pequeños. Pero Chris se negaba, decía que todo estaba perfectamente y que estaba superandolo... ante esas palabras, Gemma solo podía rodar los ojos.

La vida de Gemma se basaba en ir al colegio, recibir varios castigos por pelear con Alfas y Betas mayores que ella, leer, ir a buscar a su hermano cuando terminaba su jornada escolar, hacerle de comer, dormirlo, llevarlo a pasear, volver a su casa y fingir que no escuchaba a su padre llorar, turnarse con su padre para cocinar, dormir a Harry los días que a Chris le tocaba limpiar y luego abrazarlo diciendo que iba a poder superarlo. Si, tuvo que crecer muy deprisa por el bien de su familia.

Chris se quedaba con Harry cada vez que había una celebración, sacrificio o cualquier tipo de fiesta, pero a Gemma le pedía que por favor fuera. El no podía negarle eso a su hija, sabía lo importante que eran ese tipo de celebraciones.
Pero el ya no podía ir, no quería sentir la energía de todos en esos días, le recordaría a Amira. Ella siempre había sido la que más se alegraba y las disfrutaba ,según el.

Su vida había sido así de monotona y agotadora por tres años.

Desde el cumpleaños número tres de Harry, Gemma había decidido que era hora de cambiar un poco su rutina, por el bien de ella y de su hermano. Luego de una gran discusión y casi ataque de ansiedad por parte de su padre, decidió llevar a Harry al parque central en sus horarios de escuela y mientras su padre trabajaba, donde los más chicos de la manada solían hacer artesanías. Eran siempre vigilados por algún mayor.

Con 10 años le había dado un gran planteo a su padre de que era hora de que Harry empezara a socializar más con la manada, con los de su edad. Que no iba a permanecer encerrado en el taller de costura con el hasta que tuviera edad para ir al colegio. Chris aunque no lo admitiera, se sintió un poco humillado luego de que su hija de 10 años haya tenido mejores argumentos que el respecto a la crianza de Harry y no le quedó otra que ceder.

De eso ya hacía unas semanas. Ahora mismo, Gemma estaba con una sonrisa de oreja a oreja dándole la mano a Harry. Era temprano y ambos estaban caminando hasta el parque central

–hice un atras-sueño el otro dia– dijo el pequeño rizado

Harry iba con su pantalón típico de tela marrón, su camiseta de algodon azul y sus alpargatas blancas. Sus rizos estaban acomodados y sus mejillas medias sonrojadas por la brisa de la mañana, las cual destacaban más por la piel pálida del menor. Tenia una sonrisa que dejaba a la vista sus hoyuelos y en sus ojos se veía cierto brillo especial a pesar de estar cansado

Soulmates in the Herd / Larry Stylinson Where stories live. Discover now