Cuando el café se enfríe [l.s.] O.S.

Parte única

Tic tac...

20:09 p.m.

Harry miraba por la ventana con un gesto sereno y una sonrisa cínica en los labios; en una mano sostenía un vaso de algún caro licor y en la otra, un porro a medio consumir. La noche no era tan oscura ni tan fría como debería de serlo según el ánimo que imperaba en el hombre.

Bah, tonterías.

Eso solo sucedía en las telenovelas.

Un auto pasó a toda velocidad frente a su residencia, creyó distinguir en el asiento del conductor una conocida cabellera rubia, pero no podía estar seguro.

No le importaba de todas formas.

Se giró sobre sus talones y caminó hasta el fino escritorio de caoba tallada en el que una carpeta descansaba tranquilamente como si el contenido del mismo no acabara de romper los sueños del rizado.

Tomó una de las fotografías y rio amargamente.

Tic tac...

21:43 p.m.

¿La alfombra siempre había estado así de limpia? ¿Por qué parecía que en esa enorme casa de ensueño no vivía nadie?

Quizás le faltaba el calor inherente a un hogar.

¿Se había confundido? ¿Acaso había depositado demasiadas de sus esperanzas en las delicadas manos que le acariciaban el cabello antes de dormir?

Por supuesto que lo había hecho.

Necesitaban hablar.

Harry se deslizó por la pared hasta quedar sentado en la impoluta alfombra con un gesto pétreo y sereno, como siempre. Miró una vez más la alfombra antes de derramar un poco del vino tinto que había encontrado en el bar de su casa.

Así estaba mucho mejor.

Cerró los ojos, pero la imagen de la mancha oscura en la alfombra blanca aparecía en su mente sin descanso.

¿Era así de manchado como quedó su amor?

¿Fue siquiera amor?

Tic tac...