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── Desearía que mi boca se quedara cerrada para siempre o simplemente quedarme sin voz...

Este pensamiento vagaba siempre por la mente se Sugawara, no había día ni hora en el que no deseara esto desde que empezó su maldición. Suga odiaba su voz, cada palabra que salía de su boca y cada vez que lo obligaban a hablar.

Cada vez que abría su boca y articulaba sus palabras solamente cosas malas pasaban, ya sea que lo malinterpretasen o simplemente al decir la verdad la gente se peleaba y distanciaba. El odio que se tenía a sí mismo era tan grande que a veces pensaba en coserse su boca, fuese psicológica o físicamente.

── ¿Por qué simplemente no te puedes quedar callado cuando debes?

Sus ojos cristalizados soltaban lágrimas cada vez que este se susurraba a si mismo estas palabras, sus manos temblorosas lo abrazaban mientras trataba de recuperar su cordura. Estaba sentado afuera en las escaleras que conducían al gimnasio, salió en medio entrenamiento con la excusa que necesitaba aire.

Estaba teniendo una crisis, por su culpa Daichi le había gritado a los de primero ya que no pudo explicar bien lo que pasaba. Recordar la cara de aquellos Kouhais suyos, la cara de "Porqué nos hiciste esto ¿Acaso nos odias?", sus ojos llenos de lágrimas a nada de desbordarse, sus cuerpos temblorosos por el miedo y las ganas de llorar, todo eso lo ponía aún peor.

Las puertas del gimnasio se abrieron, el peli gris se sobresaltó y empezó a secarse sus lágrimas rápidamente para después voltear levemente así viendo de quien se trataba.

── Suga ¿Estás bien? ── habló con una voz preocupada

Era Daichi, el capitán de su equipo y su mejor amigo, esto lo relajó en parte, tenía miedo de que fuesen sus kouhais de primero, no se sentía listo para escuchar sus llantos de enojo o simplemente tener que hablarles.

── Si, estoy bien, no te preocupes ── su tono se oía tembloroso y jadeante

Esto no convenció para nada a Daichi, aparte de que este ya llevaba 30 minutos afuera, llevaban ya varios años conociéndose ¿Como creía que lo iba a engañar? Había convivido bastante con el para saber que algo andaba mal, en realidad lo sospechaba desde hace meses, Suga andaba mas callado de lo normal y su manera de hablar se volvió mucho más insegura pero nunca decidió preguntar.

Suga se levantó sin dirigirle su mirada, tenía la cabeza viendo hacia abajo para no tropezarse con nada, caminó a su lado ocultando sus ojos de este.

── Vamos Daichi, sigamos con el entrenamiento, perdón por haberme tomado un receso largo

Daichi le agarró el brazo a Suga mientras lo miraba preocupado, aun con este gesto el último mencionado no le dirigió su mirada, lo evitaba ver a toda costa.

── Suga... ¿Seguro que estás bien? No me molesta que tomes recesos largos pero no es normal en ti ── su voz se oía triste pero comprensible

── ¿Estás dudando de mi?

── No Suga no es eso... Yo...

── Entonces te lo pido, por favor, no vuelvas a mencionar o preguntar eso.

El tono frío de suga hizo que Daichi sintiera un escalofrío y se callara ¿Que le estaba pasando a su amigo? No podía evitar preocuparse más gracias a lo último que este dijo antes de soltarse bruscamente e ir al gimnasio en silencio.

Después de eso el entrenamiento siguió normal, Suga se disculpó con sus kouhais de manera seca pero aún así lo perdonaron. Cuando terminó el entrenamiento todos se fueron a clases y el día transcurrió de manera "normal" a excepción de Suga quien evitaba a la gente con tal de no hablar.

━━ 𝙇𝙖 𝙈𝙖𝙡𝙙𝙞𝙘𝙞ó𝙣 𝙙𝙚 𝙃𝙖𝙗𝙡𝙖𝙧 ━━━ 𝘚𝘶𝘨𝘢𝘸𝘢𝘳𝘢 𝘒𝘰𝘴𝘩𝘪Where stories live. Discover now