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En el momento en que me enteré de tu etapa de porrista en la secundaria.

Por Dios, juro que me reí, pero el imaginarte en ese traje amarillo y azul, sonriente, con pompones enormes en tus manos y tu tan típica coleta me llenó de ternura.

En serio, Adora, puedes ser mucho más tierna de lo que crees.

600 pages for you [Catradora]Where stories live. Discover now