El instituto, o mejor dicho la cárcel

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Muchos adultos dicen que el instituto es un buen lugar para hacer amigos, pasarlo bien y aprender. Para mí y seguro que para muchos otros es más bien una cárcel, nos retienen ahí durante horas. Pero eso no es todo, el problema es cuando te encuentras con tus compañeros. Hay días que están realmente insoportables y otros en los que solo quieres matarlos un poco.

Sonó el timbre despertándome de mis pensamientos tan bonitos sobre el instituto. Lo recogí todo rápido y lo guardé en la mochila para poder salir de ese aula cuanto antes. Ya estaba caminando por los pasillos cuando un chica se chocó "accidentalmente" contra mi manchándome la sudadera con una bebida que se estaba bebiendo.
"Respira hondo, no la mates. Recuerda que es ilegal"

- Perdón, no te había visto. - decía ella intentando no reírse

Claro que supe que se estaba mintiendo en cuanto vi a su grupito de amigas por detrás riéndose por lo bajo.
Pasé de ella y de todas las miradas que estaban puestas en nosotras. Estaba pasando al lado de ella siguiendo el camino que estaba tomando antes de encontrarme con la maravillosa presencia de esa chica (nótese la ironía) cuando uno de sus amiguitos se puso en medio impidiéndome seguir con mi camino.

- ¿Qué pasa? ¿El pitufo se enfadó? - soltó el haciendo que la chica de antes y los de alrededor se rieran.
- ¿Qué pasa no te dan la suficiente atención en casa como para que vengas aquí a molestar? - dije empezando a enfadarme - aparta de mi camino.
- ¿Y si no quiero? ¿Irás llorando al Cullen para que te defienda?

"Está muerto"
Le miré mal y antes de que pudiese soltar alguna otra mierda más por la boca se llevó un golpe en la entrepierna. Todos se quedaron en silencio.

- No quisiste por las buenas así que por las malas. A la próxima te doy más fuerte.
Después de todo ya por fin pude ir a la cafetería dejando atrás a ese chico quejándose del golpe y de sus amigos riéndose por lo bajo para que el no se diese cuenta.

En el fondo de la cafetería pude ver a Edward y a sus hermanos. Caminaba hacia ellos cuando escuché a Bella llamarme desde una mesa en la que estaba sentada con sus amigos.  Después de un pequeño debate conmigo misma terminé sentándome con Bella y sus amigos.

............


Supe que la clase ya había terminado cuando el profesor dijo los deberes para hacer en casa.  Los alumnos salieron corriendo por la puerta más rápido que cuando corren en educación física al igual que yo. ¿Quién querría quedarse más tiempo en el instituto? 
Al salir ahora sí que me dirigí hacia Edward, el cual esperaba apoyado en el coche.

- ¿Le golpeaste a uno?
- Hola a tí también.
- Hola.
- Y sí, pero en mi defensa se lo merecía.
- Hablaré yo con el, no volverá a dirigirte la palabra

¿Iba a dejar que el se ocupase de mis problemas y que me defendiese siempre como a la típica princesa de Disney? Claro que no. Con tan solo una mirada y leer mis pensamientos dejó de hablar y prometió que no se metería en mis asuntos. Supe que se había enterado porque el chico ese entró a su clase medio encorvado y quejándose en bajo mientras pensaba en miles de maneras de devolverme lo que le había hecho pasar delante de sus amigos.
No pude evitar sonreír al imaginarme la postura y la cara de dolor de aquel chico tras el golpe. Tenía claro que sí volvía a acercarse a mí para molestarme le daría otro golpe pero más fuerte todavía.

- Por cierto, este fin de semana iré con Bella a la Push. Cree que sería bueno que conociese a más gente e intentase hacer algunos amigos.
- Es peligroso que vayas.
- No lo es, dice que son muy majos.
- Nunca fuiste, no sabes cómo es.
- Sabes que pasa, que tú tampoco lo sabes por qué nunca fuiste así que haré lo que yo quiera. Es decir ir a la Push.

El se limitó a asentir y a subir al coche.
Subí después de él y encendí la radio mientras que el arrancaba el coche.

- Venir al instituto todos los días es como ir a la cárcel - dije yo intentando tener un tema de conversación con el.
- ¿Alguna vez has estado en la cárcel?
- A ver, en la cárcel como tal no. Pero en los calabozos durante dos horas si.
- ¿Se puede saber qué hiciste?
- Ir con una pistola de juguete algo realista en Halloween y amenazar de broma con ella a mis amigos delante de la poli.

El empezó a reírse al imaginarse la escena.
- Si eso tú ríete, que el suelo estaba más frío que la nieve y una buena bronca me comí después.
- ¿A quien se le ocurre hacer eso delante de la policía?
- A esta pendeja que tienes al lado.

Sonrió y el resto del trayecto me dediqué a contarle anécdotas de cuando era pequeña y el se dedicó a reírse de todas y cada una de mis desgracias y broncas.
Cuando quise darme cuenta ya habíamos llegado a casa. Nos despedimos y yo entré a casa mientras que el conducía a la suya.

El resto de la tarde me dediqué a estudiar y a hablar con Irene por teléfono hasta que se hizo muy tarde y Bella como la señora amargada que es se quejó de que hacía ruido y me mandó a dormir.

Crepúsculo Alternativo. (Edward y tu)Where stories live. Discover now