Xiao Zhan, una persona normal a los ojos de los demás atormentado por sus propios recuerdos.
Wang Yibo, hijo único y heredero del clan Wang, deberá proteger a Xiao Zhan y evitar que caiga en manos equivocadas.
-¿Estaremos juntos?-preguntó rodeando...
Después de haberle contado todo a sus progenitores, incluyendo el accidente que él mismo provocó para quitarse la vida; pidió perdón por no haberlos buscado antes. Le contó a su madre que su tío ChengYu pedía que no se sintiera culpable ni ella ni su padre. Yibo los escuchó atentamente sin interrumpir aquel momento, disfrutando del ambiente que se había formado a su alrededor.
De eso ya habían pasado dos semanas, y los días avanzaban con rapidez. Poco a poco, y con esfuerzo, lo que antes era el territorio del Clan Li, desde ahora pertenecía al Clan Xiao.
Miró el anillo de oro en su dedo, sintiendo ganas de gritar y saltar por lo feliz que estaba. No esperaba que Zhan le pidiera matrimonio frente a todos, aun así no dudó en responder, porque él también quería aquello.
-¿Otra vez?
-¿Celoso?
-Pues, te la pasas mirándolo que siento que le das más atención a eso que a mí.—se cruzó de brazos.
-Oh, por favor, no puedes estar celoso por un anillo.—giró rodeando su cuello con sus brazos.
-Yo también llevo uno y aun así te doy toda la atención del mundo.—correspondió igualmente posando sus manos en su cintura.
-Siento interrumpirlos.—dice SungJoo—Pero tu madre necesita a Yibo, y a ti en el campo.—señaló al más alto—Los niños piden que les enseñes algunas cosas.
-De acuerdo, iremos enseguida. Gracias por avisar Sung.
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-¿Acaso no dije claramente que no tocaran las armas de plata si no saben usarlas? Mira lo que te ocurrió.—decía un molesto pelinegro al niño que llevaba en brazos.
-L-lo siento.—sollozó el pequeño—Solo quería ayudar, no quiero ser un estorbo.
El alto suspiró, por mucho que le molestara que no lo escucharan, conocía la razón de por qué FanXing actuó así, y es por eso que no podía enojarse con él.
-¿Qué sucedió?—Yibo se acercó.
-FanXing se lastimó al tocar una navaja de plata.
Él de inmediato tomó las manos del pequeño haciendo una mueca al ver las heridas. Zhan y Yibo se habían encariñado con FanXing después de que supieran que con solo siete años perdió a su única familia. Muchos pensarán que Yibo fue quien pidió cuidarlo, pero en realidad fue Xiao Zhan, y entre ambos fueron ganándose su confianza poco a poco.
-Vamos.—dijo comenzando a caminar, siendo seguido por el mayor con el niño en brazos.
[.....]
-Listo, no vuelvas a jugar con plata Fan.
-De acuerdo doctor XingXing.—le sonrió.
-Las quemaduras no fueron muy graves pero tardarán en sanar.—les dijo a la pareja entregándoles una crema para aquel tipo de quemaduras que él mismo hizo con las mejores hierbas medicinales.
-Sentimos molestarte Yixing.—dijo mientras Yibo cargaba al pequeño.
-No me molesta, sabes que a Lu le agrada jugar con FanXing, pero realmente no quiero que cada vez que venga sea por heridas.
Salieron de ahí luego de que el pequeño se despidiera de Luhan.
-Escucha Fan Fan, una vez sanen tus heridas no quiero que vuelvas a tocar ningún objeto de plata o de lo contrario no dejaré que sigas entrenando con los demás.
-¡No lo volveré a hacer, lo prometo!
El pelinegro estuvo conforme con la respuesta, sabiendo que FanXing la cumpliría.
-¿Has hablado con tu madre?
-Sí, está realmente feliz por nosotros y por reencontrarse con su amiga. Hace poco vi charlando a nuestros padres también.
Sonrieron sabiendo que desde ahora todo estaría bien, no habiendo peligro, podrían dedicarse por completo al que ahora era su Clan, y cumplir la promesa que entre solo ellos dos había.
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