Cap: 37

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Un nuevo día comenzaba a ser visto por todo el cielo de japon, con todo siendo iluminando y dando comienzo a nuevo día más. Encontrándonos ahora mismo, en una pequeña residencia de un hogar.

Siendo más exactos, en una simple habitación de dicho lugar. Dónde lo único que podía escucharse, eran los ronquidos provenientes de tres rubios. Dos niños y un adulto, quien esté último se encontraba despertando lentamente.

"Haaa... Bien, hoy es un nuevo di-" (Motoyasu)

Sin poder terminar con su oración, el mayor se quedó en silencio al instante. Observando como encima de su pecho, se encontraba durmiendo su pequeña e hiperactiva hija. Mientras que cerca de sus piernas, se encontraba su hermano mayor.

Durmiendo plácidamente sin ninguna preocupación evidente, aún cuando esté se encontraba en el borde de la cama. Casi estando a punto de caer de esta y hacerse daño seguramente, una escena que vio el portador de la lanza con suma felicidad.

"¡Despierten mis pequeños ángeles! ¡Un nuevo día nos está esperando!" (Motoyasu)

"¿Eh? ¿Que dices pap- ¡Ay!" (Yori)

Habiendo escuchado la voz de su padre, el joven rubio comenzó a despertarse al instante. Haciendo leves movimientos mientras lo hacia, provocando que esté finalmente cayera de lleno al suelo.

Golpeándose y levantándose del suelo, mientras sostenía su cabeza con ambas manos. Una escena que presenció directamente motoyasu, quien no tardó en preguntarle a su hijo mayor por su bienestar por dicha caída.

"¿Te encuentras bien hijo?" (Motoyasu)

"Si, no te preocupes papá. Solo fue una caída, jejeje- Ay..." (Yori)

"Okay, lo importante es que estás bien. ¡En cuanto a ti mi pequeña flor de primavera!" (Motoyasu)

Con esas palabras, este extendió los brazos directamente hacia la dirección de la pequeña de la familia. Tomándola por la cintura y levantando la de la cama, observando el sonido rostro de su hija.

"Papá... Quiero dormir más..." (Aiko)

"Lo siento mi pequeña, pero es hora de que te levantes. El día está comenzando" (Motoyasu)

"~Nahhhhh~ no quiero..." (Aiko)

Sin sentirse muy contento con dicha idea, aiko no pudo evitar soltar un pequeño gesto de desaprobación. Unos casi similar al que hacía su respectivo "Ángel", algo que no duraría mucho tiempo. Ya que unas simples palabras, harían cambiar aquella curiosa escena.

"¿Entonces, mi pequeña no va a querer que su padre le haga un desayuno?" (Motoyasu)

"¡¿Ehh!? ¡¿Desayuno!?" (Aiko)

"¡Así es!, ¡Un buen desayuno para ustedes!" (Motoyasu)

"¡¿Será delicioso!?" (Aiko)

"¡Claro que sí! ¡Lo que sea por mis pequeños ángeles!" (Motoyasu)

"¡¿Que esperamos!? ¡Vamos papá!" (Aiko)

"¡A la orden!" (Motoyasu)

Siguiendo las instrucciones de su hija, el rubio instantáneamente la subió a sus hombros. Solo para comenzar a correr directamente hacia la cocina, mientras que la pequeña apuntaba directamente como si de un juego se tratara.

Dejando atrás al mayor de los hermanos, quien al ver dicha escena. Simplemente comenzó a caminar hacia la cocina, soltando un suspiro mientras rascaba su cabeza levemente.

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