Capítulo Ocho.

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─Pero miren a quién tenemos aquí. 

Taeyong abrió los ojos, se encontró en un lugar desconocido y un sol brillante que acariciaba su piel con tibios rayos. Tanteó a su alrededor dándose cuenta que estaba recostado sobre césped corto y suave, se sentó en su lugar encontrándose con dos tipos vestidos de blanco.

─¿Nuestro corderito está listo para ser sacrificado?─ preguntó uno de ellos.

─Déjalo en paz, Chenle─ protestó el otro. ─¿Estás listo, Taeyong?

─¿Para qué?─ se atrevió a preguntar.

─Para cumplir con tu destino, nuestro padre te creó para eso.

─¡Sólo lo confundes más, Jisung!─ se quejó el otro.

─¡Tu lo estabas asustando!

─En fin, él no debería estar aquí, tenemos que llevarlo con los arcángeles para que hagan su trabajo─ le dijo el tal Chenle al otro chico. ─Lo sentimos chico.

─Tiene unas alas negras preciosas, igual a...

─¿Taeyong?─ escuchó a lo lejos, fue como si los chicos frente a él perdieran el sonido y solo existiera esa voz. ─¿Pastelito?

Taeyong parpadeó varias veces sintiéndose cansado, su cabeza punzaba proporcionándole un dolor insoportable. Sintió una mano fría en su frente, aspiró el aroma a whisky mezclado con café. La punzada en su cabeza se redujo a una molestia.

─Estoy aquí, pastelito─ murmuró acariciando su cabello. ─Sé que estás consciente.

Taeyong seguía con los ojos cerrados, sabía que estaba en una cama pero no tenía idea de donde y no importaba, Jaehyun estaba ahí con él. Tal vez después se preocuparía por saber que fue lo que le pasó.

─Tuve un sueño extraño─ dijo después de un momento, Jaehyun había empezado a acariciar su cabello. ─Pero no importa lo que soñé, me siento mal ¿Sabes? Me dejó esa sensación de vacío, de miseria y me recordó mi día a día hace unas semanas.

Taeyong agradeció que Jaehyun estuviera junto a él, si el pálido no estuviera ahí sabía que lloraría, tenía ganas de llorar y no encontraba la razón, podían ser muchas, siempre le pasaba lo mismo.

─Sabes que puedes contarme lo que sea─ los dedos de Jaehyun rozaron su frente. ─Ambos estamos rotos, a ambos nos lastimaron de alguna manera. Voy a entenderte.

Taeyong pareció pensarlo durante unos minutos hasta que suspiró y asintió sin abrir los ojos, el tacto de Jaehyun se sentía tan bien. No sentía tan frío.

 ─¿Sabes por qué me siento miserable? Espero que niegues porque yo tampoco lo sabría─ el pálido mordió su labio inferior y negó aunque sabía que Taeyong no lo estaba viendo. ─Son mucho factores, pero eso no lo sé. Tal vez podría ser la soledad, o ese sentimiento de insuficiencia que ve visita de vez en cuando.─ el rubio hizo una pausa. ─No quiero tu lástima, solo busco decirlo en voz alta a alguien que no sea yo mismo─ el rubio por fin abrió los ojos y lo miró, el pálido seguía acariciando su cabello mientras lo miraba. ─Otras veces suelo molestarme por la vida que tengo, la mandíbula llega a doler de lo fuerte que aprieto mis dientes intentando reprimir el llanto y tragar ese nudo que se forma en mi garganta, es mas odio y rabia que tristeza ¿Por qué no puedo estar bien? Entonces los recuerdos de los errores de mi vida llegan a mi mente y las cosas empeoran, mi primera vez fue una verdadera mierda y después de eso no he vuelto a follar─ hubo un silencio, no fue incómodo pero se sentían cosas no dichas aún en el aire. ─Pienso en suicidarme constantemente pero después me digo "Nada es para siempre, solo resiste" y me digo que soy un débil de mierda.

Lucifer [JAEYONG]Where stories live. Discover now