No soy tuya. (Jungkook) [TERMINADA] [CORRIGIENDO]

8

El eunuco Jin había quedado sorprendió por el pedido del Príncipe Heredero, y no, no era la primera vez que mandaba a traer una mujer para que fuera su amante.
En realidad sólo traía mujeres de alto rango y nobles al Palacio donde les prometía cosas en vano sólo para pasar el rato y botarlas después de un tiempo con amenazas a excepción de su antigua amante Dahyung.

-¿No has escuchado?-preguntó groseramente el Príncipe Heredero, Jungkook.-La quiero esta noche en mi habitación.

El Eunuco Jin asintió ante las palabras de su Majestad.

Pobre chica, el Príncipe Heredero la iba a lastimar tanto como quisiera sólo por un capricho.

La Princesa Nako se encontraba realizando una reverencia a la Reina Madre mientras que Somi era la única dama de la Corte en entrar a aquella habitación por primera vez, su rosotro y cuerpo se encontraban ligeramente inclinados en señal de respeto a la Reina Madre.

-Eunbi (Nako) siéntate, querida.-hablo la Reina con cariño, no quería que la esposa de su nieto se cansara, tenía que tener fuerzas para tener al heredero próximo.

-Gracias, Majestad.-la Japonesa realizó otra reverencia y tomo asiento enfrente de ella.

-¿Quién es ella?-preguntó curiosa la mujer de edad.

-Es mi Dama de la Corte, la que se ocupa de mi personalmente.-dijo Nako con una sonrisa.

-Siéntate con nosotras.-

La Reina Madre nunca había hecho semejante acción pero al ver a Somi sintió algo especial por ella.

Somi sorprendida camino un poco para luego ver a su Ama, Nako asintió en forma de aprobación y Somi se sentó.

-Déjame servirte un trago.-

Increíble, la Reina Madre era muy buena persona para la perspectiva de Somi.

El Príncipe Hoseok se encontraba sentando en su silla del escritorio.
Estaba enojado, muy enojado.

-¿El Príncipe Heredero ordenó eso?-Preguntó  Hoseok.

-Si, Majestad.-El eunuco Jin estaba tan nervioso.

-No, no puedo darle a mi dama de la Corte, es una falta de respeto para ella quien sólo estará aquí por dos años.-

No, no podía permitir que Jungkook abusara de Somi.

Esto tenía que parar.

Nako había escuchado la noticia, su única amiga tenía que ser entregada esa misma noche al despiadado Príncipe Heredero Jungkook.

-No se que hacer, cariño.-el Príncipe Hoseok pasó sus manos por su cabello mientras que Nako lo observaba desde su cama.

-¿Realmente tenemos que entregarla?¿Y si se da cuenta que es Somi la que mando a azotar hasta la muerte?-La Japonesa estaba tan preocupada que sentía tantas molestias en su vientre. Está preocupación podría hacerle daño al próximo heredero.

Pero Nako no quería que Somi sufriera más, lamentablemente tomó una difícil decisión.

-Saldré a caminar, Majestad.-

-Claro, no tardes, ¿si? Debes descansar, estar embarazada no debe ser fácil, ¿verdad?-hablo su esposo con sinceridad dándole un beso.

Lástima que sería su última muestra de amor.

Nako se encontraba en el cuarto del Príncipe Heredero con su Hanbok blanco, intentando mantener la calma.
Nako se haría pasar por Somi, el Príncipe Heredero pocas veces la había visto, a él no me interesaba en lo absoluto aquella Princesa.

Se abrieron las puertas de la habitación dejando ver al Príncipe Heredero en estado de ebriedad, cuando vio a Nako sonrió, la chica asustada no sabía que hacer.
Jungkook con dificultad camino hacia la cama, él pensaba que esa noche podría tener a Somi hasta que se cansara de ella.
Cuando estuvo frente a la chica lo supo, no era lo que había pedido.

-No, no eres ella.-hablo como pudo pero Nako contuvo sus palabras.

El Príncipe Heredero Jungkook tomo su espada que se encontraba a un lado de su cama, le quito la protección.

-Alteza.-Dijo Nako con preocupación y con los ojos abiertos al límite mientras intentaba proteger su vientre.

-¡No eres lo que pedí!-grito para finalizar con la vida de la Princesa Nako.

La sangre se esparcio por su rosotro, su respiración estaba tan agitada en esos momentos junto con la adrenalina que recorría su cuerpo.

La Princesa Nako había sido asesinada por el Príncipe Heredero.