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Pasamos por Memphis, Nueva Orleans, Miami, Lakeland, Washington, Nueva York, St Louis, y un sinfín de ciudades mas.

Ahora estamos en Canadá, Montreal.

Montreal, la segunda ciudad más poblada de Canadá, tiene un encanto del viejo mundo que abarca tanto la historia como la cultura moderna

La ciudad canadiense representa un interesante destino turístico porque posee numerosos atractivos y se destaca como uno de los centros industriales, comerciales y culturales más importantes de América del Norte.

Es una ciudad con un ritmo de vida tranquilo y con rincones para aislarse del ruido y disfrutar de la calma. Vanguardista, provocadora, multicultural. Así es Montreal, la ville que encanta con su estilo chic europeo y a la vez sorprende con esa vibrante y alocada personalidad

—¿Me puedo quedar aquí? —pregunté —Es hermoso.

Afuera del hotel había demasiada gente, ¡demasiada! En las otras ciudades no habían tantas, pero en ésta es algo impresionante.

Cuando bajamos del bus, fui manoseada y nalgueada por un montón de gente.

Al entrar, abracé a la primera persona que vi, buena idea, Allyson, la inteligencia te persigue, pero tu eres más rápida.

—Hola, linda ¿te encuentras bien?

Esa no era ni la voz de John, o de Brian, o de Roger, o muchísimo menos la de Freddie.

Lo miré a la cara y mierda... era Eric Carr, baterista de Kiss.

¡¿El baterista de Kiss?!

-Lo siento, s-señor Carr —hablé apenada quitando mis brazos de su cuerpo, eso había sido realmente vergonzoso.

—Está bien, y no me digas señor Carr, me hace sentir viejo —soltó una leve risa que hipnotizaría a cualquier persona —Podemos vernos mas tarde, mi habitación es la 258.

Sonrió y se fue hacía los ascensores.

¿Eric Carr me invitó a su habitación?

Si estoy soñando, no me despierten.

-¡Aquí estás! —exclamó Roger apareciendo detrás de mi —¿Donde carajos estabas? Me preocupé.

-Hablaba con Eric Carr —habló John acercándose a nosotros —Yo los ví, te invitó a su habitación, Allyson  —sonrió de forma pícara, pero se veía tan tierno.

-¿Si? —indagó Roger —Lo siento, pero por el concierto no se va a poder.

Quisieras tú

Los chicos se encontraban ensayando en un gran teatro de Montreal.

Kiss, se encontraba viendo el ensayo de Queen desde las butacas, que hermosos son esos hombres. Los chicos de Kiss darían su concierto después del de Queen, es decir, compartirían escenarios.

—¡Hey! ¡pelirroja! —gritó Paul Stanley, volteé el rostro y vi como me hacían señas para irme a sentar con ellos.

¿Que? ¡No puede ser! Mi corazón se aceleró rápidamente y un suspiro involuntario salió de mi.

Cuando salí de mi pequeño trance, fui con ellos, sentándome en el medio, teniendo a a Paul Stanley y a Ace Frehley de mi lado derecho, y de mi lado izquierdo a Eric Carr y a Gene Simmons. Cargaban su típico maquillaje en el rostro.

Repito, si este es un sueño, por favor no me despierten.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Gene.

—Soy Allyson —respondí de forma calmada, pero por dentro quería gritar de la emoción.

—Un lindo nombre, para una linda chica —habló Eric, guiñandome un ojo.

Que hermoso hombre.

—No la espantes —dijo Paul riendo —Disculpalo, suele ser un idiota la mayoría del tiempo.

—No hay problema, no dijo ninguna mentira —bromeó, y me sentí tan bien cuando logré que rieran.

En ese instante, Queen dejaba de tocar Bicicle race para empezar a tocar I'm in love with my car.

—...With my hand on your grease gun.

Los cuatro de Kiss se miraron entre si, y yo solo quería que la tierra me tragara.

—...I'm in love with my car.

—¿I'm in love with my car? —preguntó Ace confundido.

—Si, está enamorado de su auto —confirmé —A nadie del grupo le gusta, excepto al oxigenado, de hecho, Roger se encerró en un armario y no salió de él hasta que Freddie accedió a poner su canción del auto en el lado B de "a night at the opera".

—¿Se encerró en un armario? —indagó Eric y asentí —Vaya...

Se formó un pequeño silencio, que rompió Gene.

—¿Eres la diseñadora de Queen? —preguntó.

—Así es.

—Tienes potencial, he visto los trajes en fotos, ten —me extendió una tarjeta con un número de teléfono —Así estaremos en contacto, quisiera que diseñaras para nosotros.

—¿Y-yo? ¿Enserio? 

—Si, necesitamos nuevos trajes.

—Oh, dios mio, ¡me encantaría! —exclamé emocionada, y luego sintiéndome algo avergonzada al oír reír a los chicos.

—Que tierna es —rió Ace.

—¡Hey Kiss! —exclamó Freddie por el altavoz llamando la atención de todos —¡Alejen su seductor acento neoyorquino de nuestra diseñadora!

—Oye, tranquilo viejo —habló Paul — Allyson, fue un placer, tenemos que ir a ensayar así que nos veremos en la noche.

Nos despedimos y ellos se fueron a la parte sur del teatro.

Y yo por mi lado, fui con los chicos al escenario.

—¿Qué pasa con ustedes? —inquirí.

—¿Qué pasa con nosotros? —Roger alzó una ceja —Casi nos quedamos sin diseñadora en plena gira.

—Oh, vamos, saben que jamás los dejaría.

—Es bueno saberlo —sonrió Brian y lo abracé.

—Brian es mío, perra —habló Roger cruzándose de brazos

—Entonces Deacy es mío —tercié, y las pálidas mejillas de John se tiñeron de rosa

Está chiquito, hay que cuidarlo.

—Oh no, Johnny es mío —insistió Freddie, envolviendo en sus brazos a Deacon.

—Bueno, consideraré la propuesta de Eric —respondí encogiendome de hombros y caminando hacía el backstage.

—¡Oye! —los escuché resoplar y reí.


El concierto fue todo un éxito. El público aplaudía emocionado y Freddie interactuaba con ellos, fue fabuloso. Los chicos bajaron del escenario y Ariana, Dalia y yo los felicitábamos.

Después de que ellos tocaran, seguía Kiss, y decidimos quedarnos a ver un rato.

—¡Hola, Montreal! —exclamó Paul Stanley al micrófono, y el público respondió con gritos y aplausos —Queremos dedicarle este show a nuestra amiga Allyson, te amamos, cariño

Abrí la boca sorprendida. ¿A Allyson? digo, ¿A mi?

—Que suerte tienes, todos te aman —dijo Dalia a mi lado y solo me encogí de hombros mientras reía.


Estrellas  // Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora