My little Alpha [MewGulf]

XII | Enemigo

[Mew 9; Gulf 13]

A Mew cada vez le gusta menos la escuela. No sólo porque le restringe tiempo para jugar o ver a sus P'Ohm y P'Gulf, si no porque en realidad no haya mucho para hacer, salvo estudiar y no es que se le dé mucho. Quizás la mejor parte de ella es estar con sus amigos.

— Yo seré el omega así que debes consentirme, dame tus galletas — exige el chilloncito Coreano, nuevo en el salón.

— No, yo seré tu omega así que tu deberías darme tu jugo — contradice el niñito alto con los labios abultados.

— ¡Yo soy el omega!

— ¡Jamás!

— Bueno, pues yo seré alfa y les ordenó que me den de su comida — se entromete robándole una galleta a "Fiat" y tomando un sorbo del jugo de Leo. Ríe antes de que los otros se lancen a darle golpes, a juego obviamente.

Luego de unos meses de haber asumido que P'Gulf y P'Ohm no llegarían a la escuela con él de nuevo jamás, se hizo la idea de hacer nuevos amigos. Claro que recibió cierto rechazo pues este les había dejado claro que prefería pasar tiempo con P'Kana que con cualquier otra persona en el mundo. Mas eso a Leo, quién era nuevo en clase, no le importó y se hicieron buenos amigos. Pasado un año llegó Fiat, mejor conocido como Pinochito gracias a que a su abuela le gustaba el cuento animado, quien hizo que a Leo ya no se le cayeran los mocos, si no las babas. Y así fueron formando su grupito.

— Yo creo que ambos serán omegas — confiesa ganándose un golpe en cada hombro. ¿Porqué son tan agresivos? — Los acusare con la maestra, por violentos.

— No me asustas — reta Leo.

— ¿Qué es violento? — pregunta Pinocho. Bueno, aún no se acostumbra del todo al llamarlo así.

Leo se pone a explicarle y Mew decide ir a ver las plantas de porotos con algodón en vasos que les hicieron plantar en clase de ciencias. Necesitan espacio para hacer cosas de pareja como P'Kana y él, aunque no se hayan vuelto a besar. Frunce el ceño, ¿Qué tiene de malo besarlo? Se lava los dientes todos los días, cuando se acuerda.

— Casper — escucha la voz de sus pesadillas.

Tar Katsamonnat

— Hormiga — voltea a ver al chico "adorable" del salón. Ah, pero a él no lo engañan sus ojos grandes con mejillas redondas.

«Adorable mi Phi, no este tonto» piensa. Luego de cortarle el cabello cuando tenían seis años la guerra entre ambos comenzó. O bueno, la venganza de Tar puesto que al comienzo a Mew no podía importarle menos. Ahora, parecía que no podían existir sin molestarse el uno al otro.

— ¡Soy sólo unos centímetros más bajo! — se queja. Su madre lo midió, creció unos cuantos centímetros los últimos meses — Además, P'Ohm y P'Kana son mucho más altos que tú.

A Mew le hierve la sangre. ¡Ese tonto no se calla nunca!

— ¡Cuando sea nuestra boda mediremos lo mismo! Y no le digas P'Kana, es mío no tuyo — responde mordiéndose la lengua para no sacarla. Los niños grandes no sacan la lengua cuando discuten, sólo Ohm.

Tar frunce el ceño con su rostro poniéndose un poco de color rosa al procesar las palabras del otro — Ustedes no se casaran.

— ¡Si lo haremos! Y no invitaremos a enanos.

— Entonces tampoco te dejarán entrar — dice con una sonrisa burlona. Le gusta irritar al contrario.

— Mew, no hagas eso o te saldrán arrugas — regaña Pinochito llegando a su lado haciendo que a Tar se le borre la sonrisa — La maestra va a llegar, siéntate.

Mew hace un puchero. No quiere sentarse. Sobre todo porque su compañero es...

— Vamos a sentarnos, Mew — habla Tar con un tono meloso.

Dios lo bendijo con P'Gulf, pero lo maldijo con la Hormiga.

— Mae, no le des la mano, te contagiará — advierte Mew asqueado al ver como su madre va a tomarle la mano a su enemigo.

Su mala suerte se multiplicó por mil este día. "Trabajo en parejas" había dicho la maestra, y ahora se encuentra aquí, llegando a su casa con su pesadilla luego de haber tomado un autobús juntos.

Tar baja la mirada haciendo un pequeño puchero ante las miradas de los Suppasit.

— ¡Mew Suppasit, no seas grosero con tu compañero! Él no te ha hecho nada — regaña Kanya — Además, sólo es para cruzar la calle. Y como no quieres que le tome la mano, hazlo tú.

— ¡Mae! — se queja pero al ver la mirada de su madre arruga su nariz — ¡Bien! — responde extendiendo le la mano al contrario.

Tar tarda unos segundos en tomarla y en cuanto las juntan ambos desvían las miradas. El más bajo se sonroja mientras cruzan la calle y en cuanto cruzan la suelta inmediatamente.

— Ni que estuvieran resfriados — suelta Kanya viendo como ambos se limpian las manos en sus uniformes.

Al llegar a su casa Tar se sienta en la mesa esperando que Mew llegue con los materiales para el trabajo. Habrían ido a casa de él pero según Mew su casa era mejor porque él era mejor y blablabla.

Mew baja con un montón de materiales, marcadores y una gran cartulina con color por ambos lados pero al llegar al último escalón se resbala. No se golpea fuerte, pero se desliza de estómago por el piso como si fuera un tobogán y a Tar le es imposible no reír a carcajadas.

Mew toma una tijera del suelo y se acerca amenazante — Creo que te hace falta otro corte de pelo.

— Y a ti aprender a caminar — sigue riendo Tar levantándose de su asiento.

Mew suelta la tijera y se acerca a él sólo para asustarle. Sabe que si estuviera en los zapatos del otro también se reiría, sin embargo está avergonzado y prefiere desviar la atención. Tar comienza a arrancar de su cabello oscuro y Mew a corretear le hasta que llegan al sofá.

— A P'Gulf no le gustan los niños groseros.

— Entonces tampoco deberías gustarle.

— ¡Ven aquí, cobarde!

Inician una guerra de espartanos, o bueno, una pelea con almohadas que está lejos de ello pero dejen a Mew soñar.

— Vaya enemigos, he — niega Kanya con una bandeja con galletas y el teléfono en sus manos — Mew, Gulf llamó dijo que quería hablar conti...

Inmediatamente Mew suelta su arma de guerra y corre arrebatándole el teléfono a su madre — y una galleta — yéndose a otra habitación por privacidad. Dejando a Tar con sus brazos cruzados y un puchero en su rostro.

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Les digo algo? Cuando Mew tenga más o menos 12 años las cosas se pondrán feas :( No quiero que llegue ese día.