14. Escena de Celos

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Trato de comportarse de manera prudente frente a los Marqueses pero la ira lo carcomía, Max estaba seguro de los sentimientos de Camila hacía él, el leve intercambio de cartas y sus contestaciones no le daban dudas de sus sentimientos, sabía que ella no era capaz de fingir sentimiento que no sentía, pero también creía conocer los sentimientos del doctor, además se preguntaba por qué ella no le había dicho nada acerca de la dichosa cena, de igual manera no tenía pretexto para presentarse así como si nada, así que esta vez sería Fran el que podría sacarlo del apuro

Él era el único que podría hacerlo y lo tomaría como una pequeña venganza por todo el trabajo acumulado que le había dado, después de todo llevaba días siendo objeto de su burla, cuando llegó al puerto se dio cuenta de que estaba terminando de acomodar las mercancía dentro de la bodega, eso quería decir que ya habían terminado cosa que le alegro, no tendría pretexto para negarse a ir con el

—¿ Qué Haces aquí? — Fran estaba desconcertado por verlo ahí — Que no se supone que te quedarías a terminar el papeleo para el siguiente pedido

— Vengo de tu casa — El tono de voz de Max no reflejaba, ni tranquilidad ni amabilidad, sino todo lo contrario — Necesito que me lleves a donde se realizan la cena del orfanato — Fran tenía una sonrisa en su rostro cuando escuchó dicho comentario

— Supongo que mi adorada hermana no te aviso que esta noche no se encontraría en casa, pero amigo deberás acostumbrarte, ella sale a su antojo y no es de las que le gustan que le están controlando, además eso del orfanato es una de sus actividades preferidas, ella y Humberto han hecho maravilla por esos niños sin hogar, deberías darle su espacio y a mi déjame trabajar en paz por que alguno de los dos tiene que estar pendiente de este negocio para que funciones

— Ella puede salir las veces que quiera pero no para verse con él, así que tienes dos opciones me dejas averiguarlo yo solo y tu familia se entera de tu pequeño secreto — Enseguida Fran quitó la sonrisa de su rostro — O me acompañas como el maravilloso amigo que eres y olvidamos el tema — A regañadientes Fran alistó las cosas y salieron a buscar a la dama en cuestión, el secreto de Fran no era algo grave, pero si algo que dañaba su orgullo de hombre

Cuando estaban en  el carruaje, Fran no decía ni una palabra por primera vez había perdido el habla, Max sintió una punzada de culpa, no era la manera correcta de actuar con el después de todo un corazón roto no es algo de cual nos debemos burlar, pero ya habría tiempo de hablar con su amigo

Mientras tanto en el orfanato de la ciudad, se llevaba una pequeña merienda con los 20 niños que se hospedaban en la vieja casona, que constantemente era remodelada con algunos de los donativos que recaudaban de las familias más ricas de la ciudad, la casona era una herencia de Humberto, la única que le que le quedo después de que su familia le quitó el apoyo por su labor altruista, ellos no podían permitir que su único heredero varón malgastara su vida en ayudar al prójimo, pensaron que desheredarlo seria la mejor opción para hacerlo entrar en razón pero todo fue al contrario

El era un doctor con nuevos métodos y a pesar de que todos sabia que había sido rechazado por su familia lo contrataban con mucha frecuencia por sus diagnósticos acertados, haciendo que los niños disfrutaran de una buena vida, con alguien que los cuidaba de la manera correcta, mientras otros orfanatos dejaban a los niños a su suerte viviendo entre ratas el les daba ropa, comida caliente, un techo y una institutriz que les daba clase una vez por semana, su mayor objetivo es que cuando se fueran pudieran conseguir un trabajo con el cual sostenerse y sobre todo honesto, cuando Camila se enteró de esta labor enseguida se sumó, obligando a su padre a dar un donativo mensual para tan noble causa

Se había hecho tarde y se había mandado a los niños a dormir después de leerles un cuento, para los niños era un momento especial cuando tenían visitas pues siempre les llevaban dulces y jugaban con ellos, en la sala de estar solo quedaba patricia, Camila y dos damas mas que siempre cooperan con lo que el orfanato necesitaba, todos admiraban a Humberto por su labor y secretamente tenía varias admiradoras que colaboraban con él, pero todas eran realistas el no tenía fortuna y eso lo descarta inmediatamente como un candidato idóneo, pero podría ser un buen amigo

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