𝐄𝐥 𝐬𝐞ñ𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐚𝐫𝐞𝐬 _ 𝐘𝐢𝐳𝐡𝐚𝐧

1. La Captura Del Hijo Del Duque.

Este cap tiene musiquita, pueden descargarla para que la reproduzcan en la señal, puesto que a mitad del cap se quita si la reproducen aquí. 🎶🎶

La familia Xiao había embarcado unos días antes, por lo que probablemente ya estaban a medio camino de llegar al país del oriente.

Su padre y madre se habían quedado en Europa junto con él, pues aún tenían asuntos que terminar de atender. Pero por muy poco posible que suene, el padre del joven de cabellos negros se apresuró a enviar de vuelta a su hijo.

En este momento están subiendo los últimos cofres con los libros de Xiao Zhan. Estaba emocionado pues nunca antes había viajado tan lejos.

— ¡Alcen las velas! — grito el capitán del barco.

Xiao Zhan estaba a punto de subir cunado una joven lo llamó.

— ¡Zhan!, ¡Te voy a extrañar!.

— ¡Su majestad!, ¡cuidese mucho! — agitó su mano con vigor.
Quién había venido a despedirlo era nada más y nada menos que la princesa Isabelle.

El ancla del barco fue elevada por los marineros, y el barco comenzó a salir del puerto.

— Joven amo... Por favor venga al camarote — su sirviente personal se adelantó a llevarlo cuesta abajo del barco.

— JiYang... Quiero ver el mar, dejame quedarme más tiempo aquí.

— Joven, tendrá un mes para ver el mar y todo lo que hay en él.

— ¿Por qué eres así?

El capitán del barco se acercó a ellos al ver lo que se estaba desarrollando.
— El joven Xio puede quedarse aquí, pues el mar nunca agota las ganas de admirarlo, sólo que por las noches no sería grato que saliera de su camarote.

— ¿Eso por que capitán?

— Viajamos a ciegas, para evitar encontrarnos con traficantes.

La cara de JiYang pérsico color de inmediato — ¿Qui-Quiere decir que hay piratas....?

— Si.

— Nadie se atrevería a intentar sabotear esta nave.

— Los traficantes no distinguen si son de la nobleza o no.

El capitán se fue después de advertir al joven que parecía tener un espíritu bastante orgulloso. Se creía invencible, pero al estar frente a un enemigo así uno podría querer salir corriendo, no sólo por miedo, más bien por el asqueroso olor.

Cómo era de esperarse estuvo en la cubierta todo el día, viendo saltar a los delfines a un costado del barco. Siendo seguido por su sirviente con un parasol blanco.

Al atardecer el mar era iluminado por el sol cálido, dando una vista paradisíaca, simplemente hermosa. Para una persona que se había acostumbrado a ver los mejores paisajes terrestres, era un paraíso disfrutar de los paisajes marinos.

Las estrellas fueron apareciendo una por una, con su resplandor original. Los marineros sujetaban las velas apropiadamente, pues parecía que la noche sería tranquila sin la necesidad de luchar contra las furiosas tormentas.

— Joven Xiao, es mejor que entre a descansar. Se apagarán las luces dentro de poco y es peligroso que alguien que no esta acostumbrado a la nave vague en el.

— Entiendo capitán, gracias por el recordatorio.

Después de darles la advertencia, tanto el amo como el sirviente decidieron irse a su camarote.
Ya en el pequeño dormitorio Song JiYang lo ayudó a quitar el saco que lo cubría del frío.
Aunque no había vivido nunca en su país de origen podía ver en algunos libros que la ropa era aún más incomoda de usar.