𝚂𝚎𝚡𝚝𝚘 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

1.8K 195 106
                                    


Pietro

Ouch. En serio, tengo que aprender a decir que no, pero es totalmente imposible. Esos tres cachorros monstruos sacaron sus labios inferiores y parpadearon sus inocentes ojos, y caí más rápido que un hombre gordo en un buffet. Sin ofender a los hombres gordos. Son bastante abrazables.

Estoy bastante seguro de que dormir en la casa del árbol ha sido idea de los niños, incluso aunque enviaron a Lila a preguntarme. Con una omega así de dulce, ellos sabían que iba a ser incapaz de resistirme. Tengo que encontrar algún otro mecanismo de defensa para el futuro.

No quiero abrir los ojos, pero esos estúpidos pájaros cantando alegremente están haciendo imposible que me vuelva a dormir.

— Estúpidos pájaros — gruño.

Siento que algo se mueve junto a mí. Lentamente, muevo mi mano hacia abajo y siento un pequeño cuerpo cálido. Es demasiado pequeño para ser Luna o Cooper, así que tiene que ser Lila. Mi toque provoca que se acurruque más hacia mí.

El sonido de la puerta trasera abriéndose y cerrándose me fuerza a abrir los ojos.

— Buenos días, Pietro — susurra Cooper mientras entra a la casa del árbol. Sonrío en respuesta. Luna esta tumbado junto a él, todavía durmiendo pacíficamente.

— Hey, Lila Durmiente. — dice Clint. Está sosteniendo una bandeja con panecillos, dos cafés, y unas cuantas cajas de jugo. Noto que él está totalmente vestido para trabajar.

— Será mejor que estés hablando de alguno de los niños. — respondo, desorientado. Las mañanas y yo no somos los mejores amigos. Me obligo a mí mismo a sentarme, reacomodando a una todavía adormilada Lila, para que así ella descanse su cabeza en mi regazo.

— Nope. Lo siento. — replica. — Cooper es el único despierto. Dudo que aprecie que lo llame de esa manera. — sonríe. Me pasa un café. — Tengo que ir a trabajar pronto. Dejaré algo de dinero en caso de que necesites comprarle algo a los niños.

Sacudo mi cabeza, tomando un trago del café.

— Si les compro algo, será porque quiera hacerlo. No tienes que pagar por ello.

Él pica con una pajilla uno de los jugos antes de dárselo a Cooper.

— Tienes que dejarme hacer algo. No puedo dejarte a mis hijos sin pagarte algo a cambio.

— Puedes ayudar a Luna con su práctica de fútbol. — ofrezco. Tomo uno de los panecillos calientes y lo agito en frente de la nariz de Luna. Él tararea y abre los ojos.

— Trato hecho. — ríe Clint. — Pero tengo que comprarle algo también. Es lo justo.

Luna se sienta y gruñe, estirando sus brazos con un panecillo en su mano.

— Chico, qué noche. — dice.

— Está bien. — acepto. — Por cierto, gracias por el desayuno.

— De nada. — sonríe antes de sentarse a mordisquear su panecillo.

Cooper gatea hacia mí y golpea levemente a su hermanita en la nariz.

— Lila — canturrea quedito.

— Shh. — susurra ella. — Lila está dormida.

— Me voy a comer tu panecillo. — le advierte juguetón.

— No. — se queja, pero con una sonrisa en el rostro.

— Entonces será mejor que te levantes — responde sonriendo.

Pietro Maximoff: SecuestradorWhere stories live. Discover now