Capítulo 3: ¿Estás bien?

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— ¡Muy bien, preparemos todo para el entrenamiento! — ordenaba Daichi a sus compañeros para organizarse.

— ¿Takeda-sensei, ya vinieron todos? — preguntó Ukai para saber cuándo empezar y que no faltara nadie.

— Bueno, falta....¡Ah!, Kageyama, justo llegaste — dijo mientras veía como el nombrado se acercaba a ellos.

— Perdón por la tardanza, ¿ya empezaron?

— No, no, solo nos fijabamos con Ukai…Espera, ¿y Hinata? — preguntó al no notar la radiante presencia de este.

— No tengo idea, lo estuve esperando y no apareció — alzó los hombros extrañado — Tal vez se quedó dormido.

— ¿Pero ocurrió algo? — pregunta el entrenador preocupado — Es que es raro, siempre vienen juntos haciendo mucho ruido por sus carreras — se cansó de solo recordar los gritos de ambos para ver quién entraba primero al gimnasio, llevándose una mano al rostro.

Al azabache también le parecía extraño que su compañero no llegara con él, no lo había visto en todo el día. Pero luego de las palabras de su profesor, se empezó a preocupar un poco por averiguar en dónde se hallaba.

— ¿Dónde estará ese niño? — cuestionó Suga con una ligera molestia, ya que la mayoría era preocupación.

— ¡Ah, miren, ahí está Shoyo! — gritó emocionado el pequeño líbero señalando hacia la puerta y sin dudarlo, corrió hacia él a toda velocidad — Shoyooo, al fin llegaaaa... — detuvo su saludo abruptamente.

— H-Hola Noya-san. ¿Sucede algo malo? — alzó una ceja por su repentino cambio de expresión.

Este lo observaba sorprendido con la boca abierta.

— ¿¡Que si sucede algo!?, ¿¡acaso no viste la cara que tienes!? — lo apuntó con su índice.

— Nishinoya, deja de asustarlo al pobre, su cara no tiene...¿¡nada!? — ahora el peligris fue quien gritó.

— ¡Ves, te lo dije! — se quejó de que no le creyera, cruzándose de brazos y formando un puchero con sus labios.

— ¿Me veo mal? —preguntó confundido tocándose cualquier zona del rostro.

El teñido al ver aquella inusual escena, se acercó y le hizo una pregunta a su alumno para descubrir si le ocurrió algo fuera de lo usual, ya que su apariencia no era de las mejores.

— ¿Hinata, acaso no dormiste bien anoche?

— ¿Eh?, no es así, estoy bien — agitó sus manos negando la pregunta.

— Tu cara horrible dice todo lo contrario — aprovechó a decir Tsukki para molestarlo.

— ¡Ey! — infló sus mejillas molesto.

— Es verdad, tonto, tu cara literalmente dice: “No dormí nada en toda la noche”— agregó Kageyama de la nada, siendo una de estas las pocas veces que concordoba con su compañero de lentes.

— ¿Estás seguro de que puedes practicar hoy? — planteó Keishin.

No podía evitar sentirse bastante angustiado. Es como si en este tiempo hubiese desarrollado una especie de instinto paternal por tener que cuidarlo, lo mismo le ocurría con el resto, pero su caso era especial.

— Estoy bien Ukai-sensei, solo no pude dormir bien, no es nada — le quiso restar importancia al asunto.

— ¿Sucedió algo que no pudiste descansar? — insistió para obtener información.

Hubo unos segundos de silencio en la conversación, algo incómodos y llenos de miradas de preocupación hacia el peli naranja, hasta que él mismo lo interrumpió y decidió responder.

Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | KᴀɢᴇʜɪɴᴀWhere stories live. Discover now