Capítulo XXI

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Pasó una noche o eso creía

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Pasó una noche o eso creía. En ese sótano no había luz así que no sabía qué hora era. No me habían llevado a la sala de tortura, pero tampoco nadie había venido. Mi estómago rugía y me sentía apagada gracias al frío.

El lado bueno fue que tuve tiempo para pensar en lo que iba a hacer. El rey no sabía que yo conocía la identidad de mi secuestrador, Aaron me lo había confirmado. Una vez pudiera salir de ese lugar tendría que esconderme, no podía volver al castillo. Si el rey me viera allí, volvería a secuestrarme. Todavía no sabía que iba a hacer respecto a la competencia, este secuestro había echado a perder todos mis planes, pero estaba segura de que iba a participar.

Unos pasos resonaron por el sótano mientras se acercaban a mí.

-No hagas ruido. -Deducí que era el príncipe.

-Tardaste mucho.

-Agradece que te estoy ayudando.

-¿Por qué lo haces? ¿Por qué me ayudas?

Hubo un silencio y supuse que el príncipe estaba pensando su respuesta.

-Yo tampoco lo sé.

El príncipe ya estaba por terminar de desatarme.

-Escúchame. Cuando termine de liberarte, tendrás que correr. Hay guardias alrededor de este lugar por eso te traje algo para cubrirte, pero apenas te vean comenzarán a perseguirte.

-Entiendo.

El príncipe me pasó una capa y yo la tomé a tientas mientras trataba de descifrar como ponérmela en la oscuridad.

-Luca conoce a una mujer. Tiene un hotel. Está a diez cuadras de la plaza, en la calle cinco. Cuando estés allí lo reconocerás. Él ya le avisó que irás. Ella te está esperando y Luca estará en la calle.

Un escalofrió recorrió mi cuello. Estaba nerviosa.

-¿Y tú qué harás?

-Yo no estoy acá. En este momento estoy entrenando con Luca en el patio de armas.

-Entiendo. ¿Por dónde salgo?

-Sígueme.

Agradecida porque Aaron me tomara del brazo para guiarme, lo seguí. No entendía cómo podía saber dónde estaba si estaba totalmente oscuro.

Subimos unas escaleras y la habitación se comenzó a llenar de una especie de luz. Dimos unas cuantas vueltas y llegamos a un corto pasillo que se encontraba bastante oculto. En el fondo de este, había una puerta de un oscuro metal que parecía no haber sido usada hace bastante tiempo. Telarañas reposaban en sus esquinas.

Aaron se dio la vuelta y me miró.

-Cúbrete la cara con la capa.

-Listo.

Reinas y Reyes [La Competencia Por La Corona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora