Capítulo 9

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Una diosa


Sonic depositó a Amy sobre la cama, pasó su mirada por las marcas negras regadas por todo su cuerpo las cuales le estaban produciendo una temperatura muy alta. Preocupado llamó a Sally y Jet los cuales llegaron inmediatamente, al ver a Amy en ese estado Jet se retiró para preparar medicina mientras que Sally atendía sus quemaduras.

Sally trataba de bajarle la fiebre pero no cedía, Jet llegó con la medicina la hicieron beberla y untaron un poco en sus heridas pero no surgió efecto. Extrañamente la desesperación invadió a Sonic y sin importarle llamó a Scourge quien tardó una hora en presentarse frente a Sonic quien permanecía fuera de la habitación esperando a su tonto hermano.

— ¿A qué se debe tu llamado Sonic? —la voz divertida de Scourge surgio sin esfuerzo solo para molestar a su hermano quien JAMÁS pedía ayuda.

— Es Amy —respondió en seco y Scourge suspiró.

— Ahora que te hi...

El azabache levantó la mirada, entonces Scourge borró la sonrisa que tenía.

— Está grave no hay tiempo de explicar, ven.

Sonic llevó a Scourge dentro de la habitación, al entrar el pelimorado vió a Amy con quemaduras graves las cuales no se curaban, Sonic ordenó a sus sirvientes que salieran y ellos obedecieron. Scourge se acercó a la chica y la examinó.

— Y?.

Scourge no distinguió la preocupación en la voz de Sonic, extendió el brazo tocando las quemaduras de Amy con cuidado, se alejó y se dirigió con Sonic propinandole un fuerte golpe en el rostro, sus ojos púrpura reflejaban ira.

— ¡¿EN DÓNDE DEMONIOS ESTABAS?! —gritó mientras Sonic se giraba nuevamente hacia Scourge.

— ¡CALMATE QUIERES! FUÉ SOLO UN ACCIDENTE YO LE ADVERTÍ PERO NO ME HIZO CASO, LE METÍ SEGURO A SU PUERTA POR FUERA, NO ENTIENDO COMO ES QUE LA ABRIÓ!! —se defendió, estaba seguro que había asegurado la puerta de Rose y seguía sin entender como la había abierto, no estaba forzada y tampoco destruida.

— Tenemos que hacer algo ya o Amy morirá.

Al escucharlo Sonic quedó en shock, un escalofrío recorrió su cuerpo por completo y su sangre la sentía helada, no entendía el por qué pero su corazón había comenzando a doler sintiendo una presión en el pecho pero temió a las palabras de Scourge.

No entendía el como Amy había abierto la puerta pero jamás había visto en otras chicas esas quemaduras, en todos los años que las Roses estaban habitando su castillo la mayoría había entrado al inframundo muriendo en ese lugar y otras por ser devoradas pero en ninguna había visto ese tipo de quemaduras.

— Debemos llevarla con Hazel, ella debe saber que hacer, cargala nos vamos ya —no estaba seguro pero Scourge sabía algo que él no.

Tomó entre sus brazos el afiebrado de Amy, podía sentir su respiración agitada, estaba sufriendo. Por un momento se inclino pegando su frente con la contraria.

— Resiste un poco más, sólo un poco más.

— Bien ¿Estás listo?.

— Sally, Jet les encargo el castillo mientras no estoy.

— Claro amo

— Vayanse con cuidado y que la señorita Amy se recupere —respondieron preocupados.

— Bien vámonos.

Scourge sacó una Esmeralda, brilló y en un destello desaparecieron.

Al volver a aparecer se encontraron en un campo de hermosas y perfumadas rosas de diferentes tonalidades, caminaron por entre los rosales hasta llegar a un palacio al final del campo. Frente a ellos se encontraba una entrada de dos puerta con gravados de enredaderas con rosas, se abrieron paso entre ellas entrando a un reluciente y pulcro piso de mármol, siguieron su camino hasta encontrar una puerta roja con rosas rojas y algunas enredaderas, Scourge abrió ambas puertas dejando entrar una luz tan blanca y pura.

La prometida de la muerte // Sonamy // [EDITADA] Where stories live. Discover now