The Blind Boy 《 Hyunmin 》

🔅Tres🔅

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La puerta se abrió lentamente y Seungmin abrió sus ojos.

—Bebé—El menor que se encontraba con la mirada en la nada prestó atención a la voz de su novio, levantando la cabeza, buscándolo con su mano.

—A-Amor... ¿Dónde estas?—Sus ojos se cristalizaron al no encontrarlo.

—¿Qu-Qué?—Susurró Hyunjin con el ceño fruncido, el doctor miró a otro lado, con algo de inseguridad se acercó al menor y la mano de Seungmin encontró la del mayor y se alivio.

—Amor ¿Por qué está todo apagado?—Preguntó el menor sonriendo.

—Pero... No lo está, Min—La sonrisa del chico se esfumó.

—¿De qué hablas...?—El peliazul miró al doctor y luego al chico nuevamente.

—Seungmin ¿No me ves?—El nombrado intentó observar hacia donde venía la voz.

—N-No, no veo nada, Jin—Hizo una mueca—Prende la luz—Apretó el agarre en su mano.

Los ojos del mayor se cristalizaron y negó, alejándose

—Lo siento mucho, joven Kim, pero el accidente que sufrió con el camión, le otorgó perdida de la visión... Hubo una contuncion craneoencefalica que afectó su visión, el movimiento y los golpes... Ya sabe, lastimo su cerebro—Comentó el doctor acercándose al chico.

—¿E-eso quiere decir...?

—Que a quedado ciego, joven Kim, lo lamento...

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—Cariño ¿Me ayudas?—Se sostuvo del marco de la puerta con una sonrisa nerviosa, Hyunjin le ignoró y entró a la casa.—¿Jinnie?—Estiró su brazo sin encontrarlo—¿Estás aquí, amor?—Comenzó a ponerse nervioso.

—Sí, aquí estoy—Se acercó apenado al ver el rostro de su novio, el menor sonrió abrazándolo.

—¿Me llevas a la casa?

—Ya estamos aquí, Seungmin—Comenzó a caminar hacia las escaleras sin soltar al menor.

—O-Oh...—Mordió su labio.—Lo siento...

—No es tu culpa, Min—Llegó a la escalera.—Levanta el pie... derecho—Así lo hizo, dieron el primer paso, cosa que puso muy nervioso al chico.—Tranquilo, ahora el izquierdo—Obedeció, así estuvieron por un minuto hasta que pudieran subir las escaleras, el pelinegro se pegó al mayor con temor, no quería dar un paso en falso y caer.

—¿Me llevas a la cama?—Murmuró, Hyunjin suspiró y asintió sin ser visto, lo tomó de la cintura llevándolo.

Una vez Seungmin tocó las mantas, no dudo en sentarse, sonriendo al ya estar en su hogar, sin notar que los pasos del mayor se alejaban.

—Jinnie ¿Puedes abrazarme?—Estiró sus brazos pero nada llegó, ni un sonido.—¿Amor?—Prestó atención al sonido en la cocina.—Oh... Ya bajaste—Bajó la cabeza algo deprimido.

Cuando el mayor regresó con una taza de té vió al menor sentado tal y como lo había dejado, se tardó al menos diez minutos y Seungmin ni siquiera se movió, le daba algo de miedo.

Pudo ver cómo también daba un salto al escuchar la pisada que dió en la puerta, mordió su labio apenado.

—¿Ji-Jinnie, eres tú?—Miró a la puerta por inercia.

—Si...—Se acercó sentándose a su lado.

—Oh, cariño, me asustaste—Rió, pero guardó silencio al no escuchar nada—¿Estás ahí?—Tocó la pierna del mayor y se alivio al reconocerla.

—Te traje té—Hizo sonreír sonrojado al menor.—Junta tus manitos—Eso hizo y una taza humeante tocó sus dedos, con cuidado la tomó y suspiró sonriente.

—Gracias, hyung—Sopló y dió un pequeño sorbo.

—De nada...—Contestó a los segundos.

—Creo... Que no podré seguir trabajando, hyung—Mordió su labio apenado.—Lo siento mucho...

—No es tu culpa, Min... Y no hay problema, ya conseguí trabajo—El menor dejó de tomar para "mirarle" sorprendido.

—¿De verdad? ¿Tan rápido?

—Bueno, pasaste cinco días en el hospital, algunos pensaron que habías entrado en coma...

—¿Hablas de Félix y Minho?

—Ujum...—Miró a otro lado.

—¿Puedes pedirle a lixie que venga mañana? Me encantaría su compañía mientras tú no estas—Sonrió volviendo a tomar.

—Claro...—Bajó la mirada dejando a su novio tomar el té.

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Quizás no sería tan fácil vivir con alguien tan miedoso y sensible como Seungmin, pero era diferente cuando si podía ver, ahora, todo le daba miedo, incluso cuando tomaba su mano o cuando le hablaba, Seungmin estaba muy inquieto y nervioso la mayor cantidad del día, en la noche no podía dormir de las pesallidas que sufría, se despertaba con el minimo roce en su cuerpo, comenzando a gritar o llorar.

Nada sería igual y eso lo tenía claro Hyunjin.