Itsuka Kendou era, especial, desde su niñez parecia carecer de emociones, no reía, no lloraba, se mantenía estoica ante todo, así fue hasta el jardín de infantes, ver a los otros niños divertirse o sufrir, como cualquier niño de su edad haría, los imito, comenzó a imitar sus emociones, pero todo era una mascara, no había nada, ni una pizca de sentimientos dentro de ella, pero la gente a su alrededor no lo notaba, se enmascaro con mentiras y actuaciones desde niña.
Sus padres no notaban la falta de emociones de su hija, desde que conoció a otros chicos de su edad había comenzado a actuar "normal" cuando algo salía bien se alegraba, si se equivocaba se frustraba, pero en verdad ella jamás sintió nada, eso hasta la edad de doce años, como de costumbre los matones de turno se burlaban de ella, ¿porque? Porque ella tenía un quirk "débil", al parecer poder alargar tus dedos es más fuerte que agrandar tus manos, bueno, el mundo era curioso.
Un chico rubio la intimidaba, no tenía sentido seguir fingiendo en estos momentos, si simplemente se iba no le podrían hacer nada, aunque antes de que pudiera pararse una voz bastante quebradiza sono.
???: D-detente K-Kacchan, ella no te ha hecho n-nada.
Kacchan: hazte a un lado Deku, no querrás que te vuelva a golpear hoy.
El chico que habló primero era ligeramente más bajo, su pelo era verde oscuro y tenía un par de moretones por el cuerpo, se mantuvo frente a el incluso tras recibir un golpe por parte del rubio ahora conocido como Kacchan, Itsuka miraba a este joven mientras sus cejas se curvaron ligeramente hacia arriba, por primera vez en años, no fingía, estaba, preocupada por el peliverde, esto era algo nuevo para ella, el chico que la defendía hizo que pudiera sentirse preocupada por el.
El rubio parecía cansado de lidiar con el otro chico, uso su quirk en el, una explosión hizo que cayera al suelo, no estaba muy lastimado pero tenía un par de rasguños en la cara, el otro solo suspiro con molestia mientras daba media vuelta y se iba seguido de los otros dos, ella rápidamente se acercó al peliverde, levantó un poco su cabeza y observó su cara, parecía inconsciente, se debió golpear duro la cabeza con el suelo, pasó su mano por su nuca en busca de alguna herida que por suerte no encontró, una nueva sensación había aparecido en ella, estaba aliviada, aliviada de que el chico que la rescató no estuviera muy herido.
El, poco a poco abrió los ojos, mientras aún retomaba la conciencia sus ojos conectaron, unos ojos verdes que combinaban con su cabello, el chico se sonrojó al instante y se levantó rápidamente, parecía bastante nervioso, ella también estaba ligeramente sonrojada, apenas, entonces Itsuka decidió hablar.
Itsuka: g-gracias por... gracias por ayudarme, yo, perdón si te lastimaste por mi culpa.
???: n-no te preocupes, yo, solo hacia lo correcto, n-no te c-culpes.
Itsuka: bueno, gracias... yo, no me has dicho tu nombre.
???: oh, es-, me llamo, Midoriya I-Izuku, ¿y tú?
Itsuka: Kendou Itsuka, bueno, gracias Midoriya, ojalá nos volvamos a ver, adiós.
El chico solo saludo con la mano bastante nervioso, Itsuka por su parte no podía sacarlo de su mente, ¿así era? ¿Estaba sintiendo algo?. Llego a su casa, estaba vacía, su madre trabajaba hasta tarde y su padre dirigía un gimnasio de artes marciales, talvez podría inscribirse por si acaso, entro a su habitación y se recostó en su cama mirando al techo, su corazón latía con fuerzas mientras pensaba en el, el chico que logró hacerla sentir feliz...
Itsuka: ¿nos veremos otra vez, Izuku?
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Bueno, aquí termine el prólogo, fue interesante de escribir.
Que opinan? Que tal me quedo?
Veinte minutos después de escribirlo y verificar las fallas ortográficas me di cuenta de que se parece a la casi nula historia de yandere simulator.
En fin, nos vemos luego.
