ᴛʜᴇ ꜱʜᴏᴡ ᴍᴜꜱᴛ ɢᴏ ᴏɴ; ɪᴡᴀᴏɪ

ꜰɪɴᴀʟ ᴀʟᴛᴇʀɴᴀᴛɪᴠᴏ

Un veintiocho de diciembre corría, ambos hombres se encontraban preparando unos cupcakes porque Oikawa tenía antojos de comer unos pero la tormenta de nieve no les permitía salir sin que fuera riesgoso. Se quedaron en el hogar, calentitos y seguros, viendo un vídeo de Youtube que les explicaba como preparar un cupcake de vainilla con chispas de chocolate. Siguieron cada paso al pie de la letras pues temían que la masa se terminara cortando si aquel era el caso y no podían permitirse derrochar tantos ingredientes. Mientras el más alto agregaba los ingredientes, era Iwaizumi el que se encargaba de batir pues el contrario no tenía las fuerzas para hacerlo. Acomodó la cantidad de leche a un lado para que la uniera cuando acabara de unir la harina con el resto de la mezcla, su cabeza le estaba pesando demasiado y la fatiga que comenzó a sentir de un momento a otro fue impresionante.

—¿Te sientes bien?— Preguntó el más bajo observándolo atentamente sin dejar de batir.

—Sí, no es nada.— Supuso.— Me siento un poco mareado, eso es todo.

Hajime señaló momentáneamente la heladera para luego hacer un comentario.

—Toma un poco de cola, quizás te bajó la presión.— Sugirió.

Este asintió, tomando el consejo que le acababan de dar. Dio unos pocos pasos para quedar frente al refrigerador, lo abrió y sacó la botella de cola que había dentro de la heladera, específica para cuando le bajaba la presión. La apoyó sobre la mesada en lo que iba a tomar un vaso, apareció una presión en el pecho que hace unos momentos no estaba teniendo pero no era nada muy exagerado. Intentó recordar si había tomado todas sus pastillas del día, recordaba que solo le quedaba para tomar unas que eran para la noche, como era de tarde aún no le tocaba consumirlas. Todo lo que sucedía era curioso. Se aclaró la garganta a la vez que tomó el vaso entre sus dedos, debía dejar de alarmarse por cada pequeña cosa que sucedía, era un muy mal hábito que había adoptado tras ser diagnosticado con la enfermedad y ser reprendido por ignorar todas las señales que tuvo. Pasó su mano por su cabello ordenándolo, con vaso en mano, volvió al lugar donde todo había iniciado y se sirvió un poco de cola; a los pocos momentos se encontraba tomando de aquel vaso sintiendo el sabor dulce con sus papilas gustativas, nunca le había gustado mucho la cola pero la necesitaba de vez en cuando para levantar su azúcar.

—¿Estás mejor?— Le preguntó Iwaizumi con una sonrisa.

—Sí, creo que solo tenía un poco baja el azúcar.— Supuso.

Podía ser que al final, solo había sido que el nivel de azúcar en su sangre hubiera disminuido, él ya estaba pensando en que podría haberse debido a la enfermedad que lo molestaba cada momento de su vida. Suspiró tranquilo, al menos no había sido la causa esta vez.

—Aún así, no hagas movimientos bruscos o podrías marearte nuevamente.— La sonrisa del hombre no se iba con nada.

Oikawa asintió y le devolvió la sonrisa, verlo con un delantal y el bowl en su mano se le hacía una escena muy linda, no pudo evitar morder su labio inferior. Una idea se le cruzó por la cabeza y no hubo quien lo detuviera. Con picardía, adentró su mano al paquete de harina y tomó un poco de ella, tanto como pudo agarrar su mano y se la lanzó a Iwaizumi cuando este estuvo distraído. La cola había hecho que volviera a componerse un poco así que debía aprovechar para molestar a Iwa-chan.