|S u V e r s i ó n|

36 4 35
                                    


═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════

— ¿Estas preparada? —Asiento, recuerdo que él no me puede ver y respondo un «Sí» — Prométeme que no me vas a interrumpir.

—Lo prometo. — susurro, trago saliva.

—Bien. Cuando cumplí diecisiete años conocí a alguien...

— ¿Se puede saber quién es ese alguien? — interrumpo pese a mi promesa, suelta una maldición y un reproche.

—Prometiste no interrumpir. — reprocha.

—Ya no vuelvo a interrumpir señor.

—Más vale, conocí a alguien que me recordaba demasiado a mi hogar o, bueno a mi casa hogar en Francia, sabes que después de adoptarme allá mis padres tomaron el gusto de ayudar a las personas de orfanatos y casa hogares, pero ese no es el punto.

» Le conté que extrañaba el lugar donde crecí por algunos años, aquel lugar donde nací; mis raíces, me entendió bien, fue un buen amigo y lo sigue siendo, de hecho. Fue de esa manera entendí, que por más poco fuera el tiempo que viví en Francia, era de alguna manera mi hogar. Mis raíces.

» Y decidí volver, Emma. Porque necesitaba reencontrarme. Volví aquí, durante algún tiempo quise contactarte, pero sabría que probablemente estuvieras molesta y quise evitarnos una pelea, te di espacio durante un tiempo y cuando quise contactarte eras inexistente.

» Sigo sin entender como nuestros padres aceptaron que ambos tomáramos distancias. Es algo que nunca entenderé.

—Te hubiera escuchado. — susurro, dolida.

— Emma... — su voz tiene un toque de advertencia en ella.

—No me hubiera importado nada, yo te hubiera escuchado, te hubiera apoyado. Pero te entiendo, Stephen, pero necesito poder procesar esto. — murmuró, trago algunas veces para pasar el nudo que se formó en mi garganta. — Sé que no fui muy justa al desaparecer, no te di la oportunidad de hablar, y, ahora me arrepiento de haber hecho eso, no me justificó porque sabes que no hay justificación a mis actos.

—Siempre pensando en los demás y buscando un poco de justicia, obraste mal, sí, pero estas intentando enmendar tus errores y yo los míos, me sentí orgulloso al saber que primero habías pensado en ti y no en mí, pero a la vez fue algo...

—... cruel. — completo por él. — Ambos nos equivocamos. ¿Qué te parece si me visitas para navidad? Faltan tan solo seis meses.

— ¿Seis meses? Eso es mucho. — se queja.

—Oh, claro que no, seis meses pasan volando, además, son las vacaciones más próximas que tengo, si quieres esperar un año por mí no hay problema...

— ¿En diciembre dices? — Me corta, rio. — Te llevaré muchos dulces.

—Y yo tendré preparado el tarro de chocolate con galletas. — se siente bien volver a hablar como antes.

—Trato hecho, además te quiero presentar a alguien. — dice a través de la línea.

— ¿A quién? Ya dime. — pido.

—No.

—Estos seis meses van a ser muy lentos si no me dices ahora. — le aviso, escucho como parece haber fallos en la línea telefónica.

—Se... corta... te llamo...

—Ya deja la basura de dulce a un lado. — le digo, divertida. — Tendrás que decirme tarde o temprano.

Perfectamente ImperfectosWhere stories live. Discover now