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(chapter five: golden)
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𝐄𝐌𝐌𝐀 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐓𝐎 confundida, no estaba en su habitación sino en la de Chris. Se estiró un poco inspeccionando el lugar.
—Buen día —saludo Chris.
El actor estaba jugando con los tres perros en el suelo, pronto se levanto del suelo para ver a la rubia.
—Buen día —bostezo—. ¿Qué hora es?
—Son las siete de la mañana —murmuró—. Pensé que ibas a dormir más.
—Lo siento, es mi alarma natural —rió.
Anoche se habían acostado alrededor de las doce y media jugando uno.
—Descuida, me pasa lo mismo —se sentó en su lado de la cama—. Espero no te haya molestado dormir conmigo, las demás habitaciones estaban ocupadas.
—Relájate, Chris, dormí bien y espero que tu también hayas dormido bien —se sonrojo—. Estás muy tenso.
El ojiazul se relajó tan pronto Emma puso su mano en su brazo.
— ¿Quieres desayunar? No hay nadie despierto pero podríamos preparar algo —se encogió de hombros.
—Perfecto —se levanto de la cama—. ¿Puedo usar tu baño?
—Sip.
Emma se encamino al baño con un cepillo de dientes que Chris le entregó. Se miro al espejo, su cara estaba adormilada, llevaba el cabello en una coleta alta y usaba ropa de Chris, no pudo evitar volver a sonrojarse.
—Creo que podemos preparar panqueques y cortar fruta, huevos reveltos, bacon, salchicas, waffles —la chica miro a Chris sacar los ingredientes de las alacenas—. Además, ¿crees que puedas preparar ese chocolate caliente que haces en tu casa? Es el mejor.
—Está bieeen —rió encendiendo la estufa.
Ambos empezaron a cortar las frutas en trozos pequeños, Emma preparo la mezcla para los panqueques.
—Pondré música —Chris saco su celular.
—Pero bajito, los demás todavía duermen —prendió la cafetera.
Cuando menos lo esperaron, ambos tenían la mesa semi lista.
— ¿Harry Styles? —miro al ojiazul con una sonrisa.
De fondo se escuchaba Golden.
—Ese chico... es fantástico —expresó—. Su música es una de las cosas que más disfruto en el mundo.
—Jamás pensé que Chris Evans escuchara a Harry Styles.
—Fue por ti —confesó—. Un dia revisé tu lista de Spotify y lo escuché a el.
—Me alegra que sepas apreciar el arte.
Chris negó tarareando la canción.
—You're so golden, nanana —cantó en voz baja dejando la taza con chocolate caliente en la mesa.
—I don't want to be alone...
Ambos empezaron a saltar mientras se movían de lado al otro riendo y cantando. Chris cargó a Emma en sus brazos bailando.
—Vaya, desayuno y concierto en vivo —la voz de Scott los hizo saltar en su lugar—. ¿Qué hice para merecer esto?
Emma vio que la mayoría de los Capuano estaban sentados en sus respectivos lugares así que ambos caminaron apenados a sus sillas para así empezar a comer.
— ¿Ves? Te dije que eran tan tiernos juntos.
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