24 de diciembre.

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Taehyung salía del instituto acompañado de su compañero Jimin, después de haber realizado el intercambio de regalos con todo el salón, y dejando por fin, por terminadas, las clases, entrando oficialmente a la fecha de vacaciones, dos hermosos meses de relajo.

Su mirada fue a parar al otro lado de la pista, sobre el bordillo de la vereda que partía ambas pistas con distintas direcciones, ahí, como siempre que podía, le esperaba su otro mejor amigo, Hoseok. Campante, sonriéndole así de bonito, con una mano en su bolsillo del pantalón y la otra sujetando su mochila en un hombro.

Taehyung le sonrió tan abierto como la noche del 25 de diciembre.

Se despidió rapidito de Jimin para ir casi volando a saludar a su hyung, que le esperaba con los brazos abiertos parado, tan parado como la noche del 25 de diciembre, en la vereda.

—¡Hoseok hyung! ¡Estás aquí! —dijo feliz, saliendo del pequeño abrazo que compartió con su amigo.

Haciéndose el sorprendido, porque de todos modos, su hyung casi siempre estaba ahí, esperándolo para luego acompañarlo hasta cierto punto cerca de su casa.

—Buenas tardes, ante todo.

Hoseok rió, haciendo reír también a su menor y pronto agarrando la mochila de Taehyung y llevándola él, caminando de largo por la vereda.

—Buenas tardes, Hoseok.

Taehyung a veces olvidaba esos pequeños detalles cuando estaba con el universitario, porque muy en el fondo lo sentía como algún tipo de hermano mayor... desde esa vez en que su madre lo llevó de visita a la casa de sus amigos los Jung, y conoció a Hoseok, con él apenas cuatro años y el contrario cumpliendo sus siete, un lazo se formó tan fuerte que no parecía soltarse nunca.

—¿Estás listo para mañana?

Taehyung frunció el ceño ante la pregunta... recordando que ciertamente, Hoseok estaba hablando raro desde hace dos días... mencionando cosas como que él le tenía que regalar su panetón por Navidad y más de eso. Que con diecisiete años, no entendía tan bien, quizás su mente sí era algo inocente, pero no tanto como parecía.

—¿Qué pasará mañana?

—La fiesta. —dijo, tomando la muñeca de Taehyung para cruzar por la pista y caminar adentrándose a la manzana propia de la casa del menor.

Cierto, la fiesta... la fiesta, ¿qué tenía la fiesta?

—Todos los años es lo mismo... gente en mi casa hasta tarde y quedarme dormido con la bulla en el primer piso.

Hoseok en ese momento frenó su caminar, teniendo aún envuelta la muñeca del menor en su mano, y por consecuente, haciendo detener también a Taehyung.
Estaban ya alejados del tránsito vehicular, esta zona era tranquila y pacífica, así que se sentía como si solo ellos dos estuvieran ahí.

El menor se sintió algo confundido por como lo miraba su amigo... sus ojos eran distintos a los de hace un par de minutos y su cercanía lo estaba empezando a elevar de temperatura.

—Esta vez no será así, Taehyung.

—Por qué, ¿nos escaparemos? —dijo, emocionado de repente, dibujando una sonrisa.

El mayor sonrió de inmediato, queriendo reír en realidad, y negó con la cabeza, un movimiento que más pareció para sí mismo que para responder a la duda de Taehyung.

Empezó entonces a caminar de nuevo, sin mencionar nada hasta llegar a la esquina de aquella cuadra, dos casas a la izquierda, se encontraba la de su amigo menor, y siempre lo dejaba en esa esquina... porque sabía sobre la ideología de la madre de Taehyung, y no quería armar sospechas en la señora, no hasta el día siguiente, y dejándolo en la puerta de su casa, sería cavar su propia tumba.

❅σѕσ ๔є ρєℓυҫнє | нσρєν❅Where stories live. Discover now