Capítulo 8: Vínculos de amor

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Sin embargo, después de cada momento revivido, cada quien debía emprende su camino de regreso: por su parte, Sayumi debe esconderse en diferentes aldeas y lugares hasta que reciba la "señal" de Itachi para así, poder volver segura a su hogar. En lo que respecta a él, debe seguir con su misión de Akatsuki para capturar a todos los Bijuus... 

Itachi estaba contrariado: por un lado, se encontraba completamente feliz de volverla a ver, pero, debido a la situación en la que se encontraban, era algo natural que todo terminara como terminó. Con un final no tan dulce. Pero con sensaciones en su interior, que ni el mismo tiempo podría borrar ni olvidar.

Su cabeza estaba hecha un desastre, demasiados recuerdos y sensaciones; no obstante, justo cuando estaba por perder su compostura que tanto lo caracterizaba, se dió cuenta que estaba en el lugar donde todo aquello había empezado. Y frente de él, se encontraba Kisame con el cuerpo del Jinchūriki del cuatro colas (Son Goku) en el piso, mientras que su espada lo mantenía inmovil al piso. 

-Oye Itachi, ¿donde estuviste? Te ves un poco agitado.- Investigó Kisame, mientras escupía un poco de sangre al costado del cuerpo del hombre caido.

-Creo que pudiste haber sido un poco más gentil con él, ¿no te parece, Kisame?- Contestó él a modo de respuesta.

-Nada mal, Itachi, nada mal. Es lo que se esperaría de alguien como tú; pero, vamos, te tardaste mucho, ¿es posible que esa mocosa te diera tantos problemas?- Dijo mientras exalaba todo el aire de sus pulmones y tomaba a la Samehada (su espada).- De cualquier manera, por tu aspecto, esta claro que me equivoqué. Vaya, quien lo diría, al final si eres todo un galán, tal y como lo dijo Tobi, ¿no te parece?.

Cuando su compañero termina de hablar, él le da la espalda sin pronunciar una palabra (hasta ese momento había permanecido frente suyo, con un rostro inmutable). 

-Nos están llamando de Akatsuki, tenemos una reunión. Hay que irnos ahora.- Pronunció a la vez que se adentraba más el bosque.

-¿No vas a contar nada?. Bueno, supongo que tendrás razones para no decirme tus secretos.- Dijo él, mientras se disponía a recorger al Jinchūriki y se dirigía detrás de Itachi para comenzar con la reunión.

Sin embargo, en el auge de toda aquella situación, en su rostro apareció una pequeña sonrisa creciendo entre sus labios.

Mientrás tanto, durante los siguientes meses, Sayumi se escondió en cada posible pueblo, y cuando visitaba aldeas con mayor cantidad de gente, procuraba quitarse todo lo que le hiciera parecer un ninja de Konoha, e inclusó, llegó a dar nombres falsos a los aldeanos: Nanami, Kagome o Asuka, cualquiera servía. 

Llegó un momento en el que la situación se le hizo insostenible, ya no soportaba la idea de viajar por todos lados sin que la reconocieran como una Jounin. O sino, que la vierán como a una mujer débil e indefensa en medio de hombres que se peleaban por poseerla; todo era humillante.

A pesar de todo, cierto día llegó a una cantina y se dispuso a distraerse un poco. A su costado, había unos cuantos hombres jugando y apostando, para ver quien le atinaba al centro de la diana, y el ganador, se llevaría una suma importante de dinero, con algunas "acompañantes especiales" . Ella estaba decidia a jugar: de todas maneras, quien sospecharía de una fragil mujer para hacer esa clase de cosas; además, no mostraba indicio alguna de que ella era un shinobi (estaba estrictamente prohibido su participación en el juego).

Así que cuando se disponía a levantarse para jugar, una persona con una capa negra la golpeó y le hizo perder el equilibrio. Sin embargo, esta persona la tomó de la mano y la ayudó a enderezarse nuevamente; mareada, cuando Sayumi está por darle las gracias, la persona ya no se encontraba ahí, se había ido del lugar. 

Ella no entendía que había sucedido, pero cuando apretósu puño, en modo de frustración, se dió cuenta que tenía un papel. Más confundida aún, lo abre y descubre nada más que una simple hoja verde de un árbol, con un poco de sangre en ella. 

El corazón le da un buelco y siente como su estómago se le achica. Estaba segura de que esa era la señal de la que Itachi habló, estaba a salvo, ahora podría volver a la aldea. Con su mente hecha un caos y su cuerpo atónito por la noticia, sale como alma que lleva el diablo del lugar y se dispone a ir hacia Konoha. 

En el camino, se va quitando la ropa que consiguió para cubrir su identidad y nuevamente se viste con el uniforme de los Anbus. Pero algo hace que se detenga de golpe y empieza a atormentarla, la hoja con sangre no podía significar más que una cosa: Itachi estaba muerto.

Nuestros secretos ( Fanfic Naruto)Where stories live. Discover now