Capítulo 11

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― ¿Estás bromeando?

Mientras la miraba, sus orejas se tornaron de un rojo brillante.

― ¿Por qué bromearía? ¿Por qué está mal? Será especial para ambas.

Quería llorar de nuevo.

― ¡Es malo porque quiero que una de nosotras sepa qué demonios estamos haciendo!

_______ rió ante mi expresión. Se deslizó un poco más cerca en la cama, y automáticamente me alejé, porque mi cuerpo quería arrojarla en el catre desvencijado y hacerle cosas malas y sucias.

―Billie, tengo instintos. Creo que puedo descifrar en dónde va cada cosa. Y puedo pensar muchas cosas que he estado imaginando hacer contigo.

Eso hizo que mi respiración se atorara en mi garganta.

― ¿Has estado imaginando hacer cosas conmigo?

― ¿Estás bromeando? ―Su mano se movió de vuelta a mi mandíbula y frotó sus dedos a lo largo de ella―. Eres increíblemente hermosa. Eres fuerte y valiente... y soy una persona de treinta y cuatro años que nunca ha tenido sexo. Por supuesto que he estado imaginando todo tipo de cosas para hacerte.

Gemí ante el ronco tono que sus palabras adquirieron.

― ¿En serio? ¿No lo estás diciendo solo por el celo?

―Me temo que en parte es por el celo ―dijo, deslizándose un poco más cerca de mí en la cama. Su otra mano se alzó y entonces estaba acunando mi rostro en sus manos―. Eso no puede ser removido de la situación. ¿Pero el hecho de que eres hermosa, inteligente, fuerte y estoy increíblemente atraída por ti? Esa eres toda tú.

―Entonces, ¿vas a besarme? ―pregunté mientras se inclinaba más cerca. Mi mirada parecía estar trabada en su boca. ¿Por qué no me había dado cuenta hasta ahora de que tenía los labios más sensuales del mundo? Eran la cosa más sexual que haya visto alguna vez. Estaba fascinada con ellos, y en la manera que se separaban mientras se acercaba a mí.

―No puedes detenerme ―dijo _______, y su pulgar acarició mis mejillas un escaso segundo antes de que su boca tocara la mía.

Calor inundó mis labios; calidez y el sabor de _______. Gemí cuando su lengua se escurrió contra la mía, saboreándome en la caricia más gentil del mundo. Inmediatamente, mi cuerpo respondió, y el deseo se disparó a través de mí, tan caliente y pesado que hizo que mi piel doliera. Rompí el beso con un sollozo.

― ¿Qué pasa? ― _______ sonó preocupada, y se apartó de mí.

―Duele. Por todas partes. ―El olor de mi excitación prácticamente estaba impregnando la cabaña―. No creo que me guste estar en celo.

Ella rió. Lo golpeé en el brazo.

― ¡Auch! ―Frotó su brazo, pero la sonrisa permaneció en sus labios―. No me estaba riendo de ti. Me estaba riendo porque dudo que a la mayoría de las personas les guste estar en celo. Imagino que suena más sexy de lo que en realidad es.

―Todo me duele ―dije, y ahuequé mis pechos para confirmarlo. Las puntas parecían ser dos faros de sensibilidad, más allá del punto del placer―. Creo que esperé demasiado.

El rostro de _______ perdió su diversión.

―Debí darme cuenta. Lo siento. Billie. Esto es mi culpa. ―Extendió la mano y le dio a mi hombro una caricia reconfortante―. ¿Qué puedo hacer para ayudar?

―Fóllame ―dije sin rodeos―. No creo... no creo que pueda soportar juegos previos en este momento. ―El pensamiento de toques burlones en mi cuerpo parecía más como una tortura. El dolor dentro de mí no disminuiría. No necesitaba excitarme... ya estaba excitada de la peor manera.

Sus ojos resplandecieron, y agarró mis caderas, arrastrándome por el catre.

― ¿Ir al grano? Creo que puedo hacer eso.

Gemí otra vez.

―Sí, por favor. Sexo, ahora. Podemos hacer los juegos previos después.

_______ se levantó y se despojó de su ropa poco a poco, arrojándola al decrepito piso de madera de la cabaña. Vi con ojos ansiosos como su pecho era revelado, y luego sus caderas... y entonces su entrepierna.

Su pene saltó libre, grueso, orgulloso y erecto. Parecía que no era la única que no necesitaba ningún juego previo. Comencé a jadear ante la visión de eso. Dios, se veía bien. Quería tocarlo, frotar suavemente mis manos a lo largo de él como hice ese día en la tienda cuando lo lavé, pero más que eso, lo quería en mi interior, haciéndose cargo del dolor ardiendo abajo entre mis caderas.

―Por favor ―susurré, cuando se sentó al borde del catre una vez más, completamente desnuda.

―Estoy en ello, Billie, amor ―dijo _______ en voz suave. Sus manos fueron a mi camisa manga larga, y comenzó a quitarla de mi cuerpo, con cuidado de no tocar mi piel y causarme de nuevo dolor. Levanté mis brazos y mi torso de la cama para ayudarlo, y cuando hizo gestos de que a continuación tenía que mover mis caderas, las levanté para sacar mis pantalones por mis piernas. Entonces, estaba vestida solo con mis bragas y sujetador, los cuales se sentían horriblemente estrechos, apretados... y terriblemente poco atractivos. Me había vestido de manera práctica cuando vine a la Antártida, y mi ropa provenía principalmente de tiendas de artículos deportivos, no de Victoria's Secret.

Pero ella me miraba como si fuera maravillosamente sexy, así que mis pezones dolieron en respuesta a su mirada.

―Vamos a sacarte esto ―dijo en voz suave. Como si no pudiera hacerlo yo misma, me jaló hacia delante y buscó desabrochar mi sujetador.

Mis senos se presionaban ahora contra su pecho, mis pezones rozando sus pechos. Y eso era demasiado. No podía esperar más tiempo. Con un gemido de excitación, alcancé su pene, envolviendo mi mano alrededor de él y apretando mi agarre.

Ella gimió, sentí sus manos temblar en mi sujetador, tomándole una eternidad deshacer el broche.

―Bills ―murmuró, acortando mi nombre de una manera que me hizo sentir vertiginosa por dentro.

Acaricié su eje con mi mano de arriba abajo, el instinto guiándome.

―Ve más despacio...

―No...

Gimió a medida que mi mano jugaba con ella y _______ continuaba peleando con mi sujetador. Un momento después, escuché la tela desgarrarse, y entonces el material estaba cayendo fuera de mis hombros. Lo arrancó de mí, quitándolo de mi cuerpo, y luego rasgó mis bragas, justo cuando la sujetaba de nuevo.

―No, Bills ―dijo suavemente una vez más, y cuando alcancé su miembro, ella agarró mis manos y las sujetó sobre mi cabeza mientras rasgaba mis bragas con su mano libre.

Oh sí. Su mano atrapando las mías era increíblemente erótico. Levanté mis caderas con necesidad, jadeando y gimiendo en respuesta.

― _______ ―gemí―. Te necesito.

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Bear Naked (Billie Eilish y Tu) G!PWhere stories live. Discover now